bilbao - Se sinceraba Omar Fraile, extasiado, con la sonrisa que siempre le acompaña. “Parecía que no iba a llegar”. Palabras de alivio, una sensación indescriptible. “Llegó, ¡y tanto que lo hizo!”, debió pensar instantes después; pero también antes, cuando ya nada ni nadie se entrometía entre él y la línea de meta en el Giro de los Apeninos. Se refería a una victoria, tan anhelada, tan esperada, que sentía dolor solo con pensar en ella. “Es impresionante, un sueño, algo muy grande”. Omar ya tiene la primera, la más complicada. Ha abierto el cajón. Un impulso con el que subirse a los altares. En una carrera que otrora ganaron mitos del ciclismo como Fausto Coppi, Francesco Moser o Claudio Chiappucci, y también Marino Lejarreta, en 1983, el corredor santurtziarra estrenó su palmarés en la élite. Un recuerdo imborrable que perdurará en su memoria.

El Caja Rural está de dulce. Lo que hace unas pocas semanas eran lamentos, llantos de dolor como consecuencia de caídas estrepitosas -especialmente grave fue la sufrida por Sergio Pardilla en la primera etapa de la Vuelta al País Vasco-, en definitiva, de la desgracia, ahora son alegrías. El premio a la constancia, al tesón. Peio Bilbao abrió la veda con su triunfo en la primera jornada de la Vuelta a Castilla y León y Omar Fraile prolongó ayer el buen momento por el que atraviesa el conjunto navarro. Además, Amets Txurruka redondeó la actuación del equipo con una meritoria quinta posición.

Con su triunfo de ayer en las carreteras italianas, el de Santurtzi puso el broche de oro a un mes de abril para enmarcar que comenzó en casa. En la Euskal Herriko Itzulia se erigió en uno de los protagonistas. Combativo como el que más, entró en varias fugas y terminó haciéndose un hueco en el podio tras conquistar el maillot de la montaña. Aquello fue el preámbulo de lo inesperado, pues el nombre de Omar, que se impuso a corredores de la talla de Stefano Pirazzi o Damiano Cunego, no entraba en las quinielas en la cita transalpina.

Pero él, como admitiría tras la prueba, tenía “buenas sensaciones”. “Ahora puedo decir que tengo un triunfo en profesionales. Esto compensa todos los esfuerzos y sacrificios. Italia respira ciclismo, ha sido una etapa durísima y un escenario bonito. Ganar es una buenísima sensación, he tenido el día bueno tras unas cuantas pruebas en las que me he encontrado muy bien”, añadió.

golpe definitivo Tan buenas fueron sus sensaciones, tan fácil le iban las piernas, que rodó siempre con los favoritos. Incluso no titubeó para responder al primer ataque de Cunego cuando restaban aún un buen puñado de kilómetros para la meta. Poco después contó con la inestimable ayuda de Txurruka, siempre presto para echar un cable. La selección fue natural, aguantaron los más fuertes y, entre ellos, los dos corredores del Caja Rural.

La locura reinó en los últimos 15 kms. Se abrieron las hostilidades y los ataques fueron constantes. Nadie logró abrir hueco hasta que a 500 metros del final Pirazzi se lanzó a por la victoria. El italiano solo encontró la respuesta de Omar Fraile, que cambió de ritmo a 300 de meta y se quedó solo. Pudo hasta saborear el triunfo. Soltó toda la rabia acumulada. Un grito de liberación. “Por fin”, pensó mientras se subía a los altares. Ahora es tiempo de disfrutar, de saborear la victoria, su primera como corredor profesional.

1. Omar Fraile (Caja Rural)4h42:13

2. Stefano Pirazzi (Bardiani)a 1’’

3. Damiano Cunego (Nippo)a 2’’

4. Franco Pellizzotti (Androni)m.t.

5. Amets Txurruka (Caja Rural)m.t.