TRAS hacer historia y meternos en la Final Four, ¿por qué no soñar con jugar la final en casa?”, dijo Pablo Paredes (Getxo, 1995), jugador del Juanfersa Gijón de la Asobal. Dicho y hecho. Tras conseguir que el conjunto rojo se metiera en una final de Copa por primera vez en su historia, el lateral izquierdo deseaba que el escenario fuera la ciudad asturiana, su nuevo hogar; y la Federación Española de Balonmano (FEBM) le concedió el antojo. De esta forma, el próximo 6 y 7 de junio tendrá lugar en el pabellón de La Guía la Final Four, un evento que enfrentará a Barcelona, Granollers, Puente Genil y el propio Gijón en la lucha por el trofeo de la Copa. Una edición que contará con representación vizcaina.
Paredes ostenta el cartel de único vizcaino en la máxima división del balonmano estatal y, aunque ahora su equipo se encuentra en lo más hondo de la clasificación, con la permanencia casi como un imposible, el jugador getxotarra jugará su primera final de Copa. Con tan solo 20 años, el lateral izquierdo ha protagonizado un ascenso meteórico. Y es que hace tres temporadas, Paredes militaba en el Urdaneta juvenil. El club verdiblanco ha sido la cuna donde Paredes ha crecido y se ha formado, y recién cumplida la mayoría de edad, decidió que el lateral diera el salto al primer equipo de Primera Estatal. Después, sus 2,04 metros de altura no pasaron desapercibidos en el Barakaldo, conjunto referente de Bizkaia al ser el que mayor categoría ostenta -milita en la División de Honor Plata-, así que la temporada pasada el getxotarra se forjó en la segunda liga estatal. Tan solo una campaña duró el lateral en Plata puesto que, gran culpable del increíble año del conjunto fabril, que llegó a disputar el play-off de ascenso, los ojos de la Asobal se posaron en él.
El Juanfersa Gijón fue su destino, y eso que el Barakaldo intentó retenerle al menos un año más, pero la Asobal es un caramelo demasiado jugoso para no probarlo. Así que, en tan solo tres años, Paredes ha logrado escalar en la montaña del balonmano hasta lo más alto. Del Urdaneta juvenil a la Final Four, pasando por estrenar su internacionalidad junior y conseguir una medalla de bronce en el pasado Europeo de Austria.
Clasificación para la final El Juanfersa Gijón está en el farolillo rojo de la clasificación de Asobal, con tan solo cuatro victorias esta temporada, y tiene la salvación bastante complicada. Pero, a pesar de ello, el conjunto asturiano ha logrado meterse en la Final Four por primera vez en su historia y por la puerta grande. Luchando hasta el final. Y es que los cuartos de final en los que se impuso al Huesca fueron tan igualados como apasionantes. El Gijón se jugó la clasificación en casa, donde estaba obligado a remontar el tanto de desventaja que traía de la ciudad aragonesa. Y lo consiguió in extremis. A mil pulsaciones.
A falta de ocho minutos para el pitido final de cuartos, el equipo de Paredes tenía el billete de la final en el bolsillo, los cuatro tantos de ventaja (23-19) parecían una renta insalvable por el Huesca. Pero se equivocaron. El Gijón sufrió una pequeña caraja, con varios ataques fallidos y un par de lanzamientos mal ejecutados, y encajó un parcial de 0-3 que dejaba a su rival a tan solo un tanto de robarle el sueño de la Copa. El tiempo pasaba despacio y los visitantes acosaban el área con posesiones largas e incisivas, pero fueron incapaces de marcar el gol de la eliminatoria.
De esta forma, el Gijón y Pablo Paredes se clasificaron para la primera Final Four de su vida, una Copa que, además, se celebrará en el pabellón asturiano. Ante su público y sin nada que perder. Su situación liguera actual le cuelga el cartel de cenicienta en un evento en el que el Barcelona, ya con el título de la Asobal en sus vitrinas, es el principal favorito para conseguir un nuevo trofeo esta temporada. A pesar de ello, el lateral izquierdo promete dar mucha guerra en una competición en la que el único objetivo del conjunto gijonés es “disfrutar” de su Copa.