Bilbao - El primer golpe lo propinó Ryan Toolson con un triple, al que siguió una pérdida de balón de Raúl López como consecuencia de un perfecto dos contra uno de Caleb Green y Stefan Markovic. El estadounidense echó más sal en la herida con tres tiros libres tras falta de Axel Hervelle en jugada embarullada y Dairis Bertans, cuyo triple se salió de dentro, no pudo responder inmediatamente. Y para más inri, sin tiempo para coger aire, pausar los corazones ni ordenar las ideas, Markovic embocó un tiro de dos a la contra. Y todo este cúmulo de fatalidades en solo 73 segundos, los que inauguraron el tercer cuarto, los que hicieron que el Bilbao Basket perdiera pie en un duelo de cuartos de final de Copa ante Unicaja que hasta entonces transitaba igualado, los que colocaron a la espalda de los hombres de negro una piedra demasiado pesada (49-37) que fue ya imposible de transportar hasta la meta de manera exitosa. Y lo intentaron, vaya si lo intentaron. Los de Sito Alonso no bajaron la cabeza, cargaron pico y pala y tirando de entrañas no le perdieron la cara al choque. Lograron incluso ponerse a cinco puntos en el luminoso (77-72) a 6:12 del final, pero ahí jugaron en su contra factores como el físico, la claridad de ideas y las tablas.

Los de Joan Plaza siempre tuvieron un pilar en el que sostenerse, alguien presto para bajar los humos de los hombres de negro siempre que estos se acercaron hasta una distancia inquietante. Ya fuera Jayson Granger, excelente como todo el curso, Mindaugas Kuzminskas, silencioso pero dañino como pocos, o Carlos Suárez, irregular pero entonado en momentos vitales, el Unicaja se mostró como lo que es, todo un líder de la ACB, un equipo largo, bien armado y multidisciplinar que no pasó demasiados apuros para llegar victorioso hasta la meta. Hasta Jon Stefansson, el jugador número 11 en cuanto a minutos ayer, tuvo momentos decisivos en cancha, lo que fue también un factor diferencial.

Probablemente, los malagueños sabían muy bien que el Bilbao Basket lleva ya un par de semanas alejado de su momento de mayor efervescencia física, varios partidos en los que la brecha de minutos entre las dos unidades se ha agrandado por la diferencia de prestaciones, y supo aprovechar esta circunstancia para endurecer el choque tras el descanso y provocar que el cuadro vizcaino llegara pesado de piernas a los cinco minutos finales, esos en los que hubo ocasión de opositar a la remontada. Si quitando a Germán Gabriel hasta 11 jugadores actuaron más de nueve minutos en el cuadro andaluz, entre Andjusic, Dejan Todorovic, Wragge, Borg y Mendia no llegaron a 20 entre los hombres de negro. No es sencillo aguantar la mirada durante 40 minutos al Unicaja con una rotación corta y para el Bilbao Basket, con solo siete jugadores aportando, acabó siendo misión imposible y tuvo que rendirse a la evidencia pese a los intentos del núcleo duro. Notables, pero insuficientes.

Triple va, triple viene El duelo vasco-andaluz arrancó en modo bombardeo, con ambos bandos intercambiando proyectiles desde la larga distancia. Hasta en 20 ocasiones lanzaron entre Unicaja y Bilbao Basket desde la línea de 6,75 en los diez primeros minutos y fueron los de Plaza los que sacaron mayores dividendos pese a ser los hombres de negro los primeros en distanciarse en el marcador, 9-13, con Mumbrú, Bertans y Colom percutiendo por fuera, pero la entrada en pista de Granger reactivó en un abrir y cerrar de ojos a los suyos, aprovechando también que el juego ofensivo del conjunto vizcaino, con Raúl luciendo brújula errática y precipitada, se convirtió en demasiado predecible al apostar de manera abusiva por el tiro desde el perímetro desechando una mayor circulación de bola. El 21-17 al término del acto inaugural no encendió alarmas, pero los de Sito Alonso siguieron tropezando en la misma piedra, triple va y triple viene sin demasiado orden ni concierto, lo que aprovechó Unicaja para colocar un más que inquietante 29-21 a 6:24 del descanso. De todas maneras, el cuadro bilbaino, con una disposición de retaguardia liderada por el enérgico Latavious Williams primero y con una zona 1-3-1 preparada para la ocasión después, solo necesitó mayor equilibrio en ataque para equilibrar la balanza a 33 puntos a dos minutos del descanso. Sin embargo, Kuzminskas, entonadísimo, volvió a activar a sus tropas y permitió que Unicaja llegara al ecuador con 41-37.

Y al regreso de vestuarios, 73 segundos fatales, 73 segundos en los que Unicaja estiró su renta hasta el 49-37. Bertans cogió la responsabilidad en el Bilbao Basket y lideró la primera andanada (49-42), frenada por Suárez con un triple; luego llegaron Latavious y Mumbrú (58-52), pero Granger, también desde la línea de tres puntos, detuvo el peligro. El 68-59 a diez minutos del final daba aún opciones a los de Sito Alonso, quienes a base de defensa y un ataque más equilibrado llegaron a ponerse dos veces a cinco puntos (75-70 y 77-72). Sin embargo, las fuerzas ya escaseaban. Marko falló un par de tiros debajo del aro, una jugada con hasta tres lanzamientos acabó en nada y Markovic se encargó de fulminar la resistencia bilbaina, meritoria pero insuficiente.