Bilbao - Barcelona, Madrid, Gerona, Sevilla, Cádiz y ahora Getxo también. El wrestling es una actividad que no tiene demasiado peso en el Estado, pero en Euskadi ha aterrizado con fuerza. Durante el pasado fin de semana el wrestler mundialmente conocido Doug Williams participó en una sesión de entrenamiento organizada por Pro-Wrestling Euskadi (PWE), la única asociación vasca de lucha libre. “Los chicos de la PWE son muy entusiastas y trabajan duro”, dijo el luchador. ¿Pero cómo comenzó la PWE?
Natural de Cambridge, Matt Charlton, más conocido como el Druida en el mundo del wrestling, es un profesor de inglés que emigró a Euskadi con 28 años. Tras una década compitiendo en el circuito independiente de wrestling de Inglaterra, se le hicieron muy duros los primeros cuatro años en Bilbao sin su pasión. “El wrestling es muy adictivo y una vez que empiezas no lo puedes dejar”. Por ello, en enero de 2012 decidió fundar la PWE. Desde entonces han pasado dos años y la asociación posee 8 luchadores que entrenan con regularidad. “A los vascos les gusta el wrestling”, asegura Matt. Basa tal afirmación en que en un evento que realizaron en 2012 cara al público en Bilborock asistieron más de 300 personas. “El problema es que hasta ahora no ha existido ninguna asociación que promoviera su aprendizaje”.
Asier Ruiz es otro wrestler. En su caso, este bilbaino comenzó a practicar esta actividad en 2012, cuando Matt fundó la PWE. “De siempre me ha gustado el wrestling y cuando vi que abría una escuela cerca supe que era mi oportunidad”. Sin embargo, critica la “mala fama” que este espectáculo de lucha tiene en Euskadi. “Dicen que es mentira, como si alguna vez se hubiera pretendido que fuera real”. De ahí que compare el wrestling con el cine. “Una película es mentira y no por ello dejas de disfrutarla”. Más que el daño que se hagan los luchadores, la clave para Asier son los movimientos que estos realizan. “Puede que no combatan a muerte, pero los wrestler son atletas sin ninguna duda”. Tras dos años practicando esta actividad, asegura que lo que más le gusta es la carencia de competitividad. “Nadie está por encima del otro tal y como sucede en las artes marciales”. La razón: en el wrestling todo está pactado segundo a segundo, incluido el desenlace de la pelea. “Aquí el trabajo duro es ganar y perder bien, porque vender eso es lo que interesa”. Después de todo, el wrestling es un espectáculo.
La esencia
“La esencia de la lucha libre es vender algo que no existe”, explica Rafael Insunza, un joven asturiano de 23 años. En cierto modo, considera el wrestling una mezcla entre el teatro y el deporte. “Son coreografías que se preparan a la perfección, pero que requieren un gran esfuerzo físico”. Aun así, comenta que hay un diferenciador importante: “Los wrestler tienen una mayor interacción con el público”. Sin embargo, el estar a caballo entre el deporte y el teatro también tiene sus inconvenientes. Uno de ellos sería el problema para solicitar las subvenciones. “Nadie nos quiere: ni los de cultura porque dicen que somos deporte, ni los de deporte porque dicen que somos cultura”, critica Francisco Garralda, un santanderino de 35 años que en el ring se transforma en Toni Tornado.
Wrestler desde 2007, Francisco comenzó a formarse en la SWA de Barcelona, la primera escuela de Wrestling del Estado. “Pero cuando se fundó la PWE empecé a venir aquí”. Motivación para estar en forma y satisfacción por hacer disfrutar a la gente, eso es lo que le aporta. “Al principio es un poco duro hasta que le vas pillando el truco, pero como todo es cosa de repetir, repetir y repetir”.
Alguien que está sufriendo la inexperiencia del principiante sería Asier Escobero, un joven bilbaino de 21 años. “Me ha parecido un buen momento para empezar”. Asegura que ha aprovechado mucho el tiempo y los consejos con Doug Williams, pero tiene algo claro: “Aunque sepas los movimientos del otro sigue siendo complicado”. Después de todo, no todo es técnica: cómo conectar con el público es algo que se adquiere con la experiencia. Hasta el próximo evento, que tendrá lugar en mayo de 2015, Asier tendrá tiempo para entrenar.