Paredes, la joya del balonmano vizcaino
El lateral izquierdo del Juanfersa de Gijón es el único jugador de bizkaia que actualmente milita en la Asobal
aLGO va mal en el balonmano vizcaino. Los resultados no llegan, los equipos no repuntan y la coyuntura económica tampoco ayuda. Lejanos quedan los años de gloria en los que el Barakaldo se paseaba por la geografía estatal en el autobús de la Asobal, aunque siempre cosechara modestos resultados. Ahora, si se mira a lo más alto de este deporte, tan solo te encuentras con un hombre con sangre vizcaina: Pablo Paredes. El lateral izquierdo de 19 años se ha convertido esta temporada en el único representante del territorio histórico en la máxima categoría al fichar por el Juanfersa Grupo Fegar de Gijón. Lo hizo tras abandonar las filas del Barakaldo, en Honor Plata, donde casualmente estuvo una temporada a las órdenes de Joseba Rodríguez, Jaito, último vizcaino que pudo mostrar su balonmano en la Asobal, hasta que en 2006 decidiera abandonar el histórico Arrate. De esta forma, ocho años después, Bizkaia vuelve a tener un nombre en lo más alto de este deporte gracias a Paredes, “un auténtico diamante en bruto”, tal y como explica su exentrenador Jaito.
Con 2,04 metros de altura, es complicado no fijarse en Paredes sobre el parqué, todo un portento físico que se deja la piel en defensa y suelta su brazo derecho cuando tiene la posesión en ataque. Pero lo mejor de todo, como destaca el técnico fabril, es su juventud: “No tiene ni 20 años todavía, está todavía por desarrollar. Si encuentra buenos entrenadores que le ayuden a mejorar sus cualidades, será muy bueno porque, si está así a esta edad, a saber cómo estará cuando llegue a los 27 o 28, que es cuando los jugadores alcanzan su plenitud”. De momento, con un bronce logrado en el Europeo de Austria el pasado verano con la selección estatal junior -donde ya es un pilar fundamental- y tras haber debutado ya en la Asobal, Paredes es toda una realidad. Una joya que aún no ha tocado techo: “No te aseguro que Pablo vaya a llegar a lo más alto en el balonmano y que vaya a conseguir una Champions, porque eso nunca se sabe, pueden pasar muchas cosas, pero tampoco sería tan descabellado pensarlo”, afirma Jaito.
El técnico del Barakaldo tuvo a Pablo a sus órdenes tan solo la pasada temporada pero le bastó ese año para quedar prendado de su juego: “Tenía ese lanzamiento exterior que nos desatascaba los partidos y nos daba muchas victorias; y seguramente el Gijón le haya fichado también por ello. Pablo tiene una gran envergadura en una Liga donde los jugadores tan grandes no son habituales y eso te abre un gran abanico de posibilidades, aunque hay que dejar claro que no llegas a Asobal solo por tu físico”, explica Jaito. La carrera del joven lateral izquierdo ha sido meteórica y es que Paredes ha crecido rápido. Comenzó dando pelotazos en Urdaneta y cuando llegó a la edad juvenil, dio el salto al primer equipo del club verdiblanco, viejo militante de la Primera Estatal.
La pasada temporada, el Barakaldo concretó su fichaje, tras varios años siguiéndole la pista, permitiéndole dar el salto a Honor Plata, la segunda división del balonmano. “Era el primer año de Pablo en senior y no solo se adaptó perfectamente a la categoría, sino que además consiguió destacar”, recalca Jaito. Paredes sumó 151 goles en treinta partidos y con estos registros es imposible permanecer en las sombras. Y así llegó la llamada del Juanfersa de Gijón. La Asobal tocó su puerta en su segundo año como senior. “Se puede pensar que todo ha ido muy rápido para Pablo, pero hay que achacárselo a su capacidad física. No sé si lo mejor para él habría sido otro año más en Plata. Desde luego a nosotros nos habría encantado”, bromea el entrenador del Barakaldo. “Pero nos planteó que tenía la opción de ascender y tampoco quisimos estropearle el sueño. Asobal es un caramelo muy dulce para cualquier persona”, concluye Jaito.
Por el momento, la aventura de Asobal está siendo agridulce para Paredes. Casi dueño y señor del lateral izquierdo del Juanfersa, al menos en el aspecto ofensivo, el joven vizcaino ve cómo sus esfuerzos no tienen recompensa a nivel colectivo, donde el conjunto asturiano no levanta cabeza y está penúltimo en la clasificación, con tan solo una victoria en los ocho partidos disputados hasta el momento.
problemas en Bizkaia La mala situación del balonmano vizcaino no es ningún secreto, no hay más que mirar el panorama actual: “No remamos todos en la misma dirección, cada club hace la guerra por su cuenta. Por eso tienen que meter un poco de mano las Federaciones... no solo tiene que ser un problema de clubes”, explica Jaito. “Es algo que puede cambiar y mejorarse, como se ha hecho en Gipuzkoa. El año pasado tenía un equipo en la Asobal, dos en Plata y un montón de guipuzcoanos por Europa. Y eso lo consiguieron a través del consenso y de hacer las cosas conjuntamente”, sentencia Jaito, que ve a la Federación vecina como el ejemplo a seguir para mejorar una Bizkaia que, en otro tiempo, era una constante en el balonmano estatal.