Bilbao - “Las cosas vienen así y no puedes hacer nada”, determina Pablo Berasaluze, resignado, tras sufrir la tarde del lunes una “luxación de metatarso falángica del tercero y el cuarto dedo del pie izquierdo”. El mago de Berriz tendrá que estar tres meses fuera de las canchas y se perderá el verano manista, del que estaba siendo un animador.
La lesión sucedió en el frontón de Bera de Bidasoa, en el estelar frente a Titín III y Beñat Rezusta, al alcanzar una pelota en el txoko. “Había algunas gotas de sudor, el suelo estaba algo mojado y resbalé. Se me fue el pie izquierdo y lo paré con la pared. Ahí fue cuando los dedos me hicieron crac”, confiesa el pelotari de Berriz. Desde el primer momento, Txema Urrutia, galeno de Aspe presente en la cita, presintió que se trataba de una rotura. El delantero fue evacuado a la clínica San José de Gasteiz y, tras realizarle unas placas, tuvo que ser intervenido de madrugada. Los peores pronósticos se habían cumplido. “Estuve en el hospital hasta las 4.00 pasadas de la mañana. Me metieron al quirófano y me tuvieron que dormir la zona de la pierna para meterme una varilla. Estuve una hora y media o dos en el quirófano”, cuenta el pelotari vizcaino, que tendrá que permanecer alrededor de cuatro semanas escayolado para que el hueso se vaya soldando. Para la quinta, en el guion está previsto que le quiten la varilla que le fue introducida durante la madrugada de ayer.
“Estoy tocadillo de ánimo. Me ha sucedido en el verano, cuando más partidos se juegan y cuando más a gusto me suelo encontrar. Es el segundo año seguido que no puedo jugar en esta época”, manifiesta el puntillero de Bizkaia. Y es que, el curso pasado tuvo que estar parado cinco meses tras una grave lesión en el tendón de Aquiles, que se le rompió en la disputa de la final del Parejas. Estuvo parado desde abril hasta octubre y le costó recobrar el tino competitivo. No obstante, tal y como sostiene el mago berriztarra, “no es una lesión tan complicada como la del tendón. Al final, me tuvieron que operar, me metieron una varilla, pero de lo malo malo, no es tanto. Son tres meses, pero igual podemos salir antes”. Revela Pablo Berasaluze que este tipo de lesión “va mucho más rápido. Con el tendón tuve que estar cinco meses, por la rehabilitación y todo lo demás. Esto no necesita tanto trabajo de rehabilitación. Lo importante es que se suelde bien la rotura y ya está. Luego, poco a poco empezaremos a entrenar cada vez más fuerte”. Aunque “tocado”, el de Berriz es positivo, puesto que “no hay otra cosa que tirar para adelante. No nos queda otra que pelear”. Además, a la hora de muscular su pierna izquierda y no perder tanta masa como le sucedió el pasado verano, el vizcaino puede empezar a trabajar “antes”. “Cuando me quiten la escayola ya puedo empezar a hacer algo de bici y a machacarme poco a poco para volver a coger la forma”, finaliza.