El campeón hinca la rodilla en el Bernabéu
El Madrid supera al Atlético en agresividad y fútbol, se saca la espina y pone pie y medio en la final
REAL MADRID 3-0 ATLÉTICO DE MADRID
REAL MADRID: Casillas, Arbeloa, Pepe, Ramos, Coentrao, Xabi Alonso, Modric, Di María (Min.82, Illarramendi), Jesé (Min.84; Isco), Cristiano Ronaldo y Benzema (Min.73, Morata).
ATLÉTICO DE MADRID: Courtois, Juanfran, Miranda, Godín, Insua, Gabi, Koke, Raúl García (Min.70, Sosa), Diego (Min.46, Cebolla Rodríguez), Arda Turán (Min.61, Adrián) y Diego Costa.
Goles: 1-0: Min. 18; Pepe. 2-0: Min.58: Jesé. 3-0: Min. 74; Di María.
Árbitro: Clos Gómez, del Comité Aragonés. Mostró tarjeta amarilla a Pepe, Diego Ribas, Diego Costa, Juanfran, Miranda y a Simeone.
Incidencias: Estadio Santiago Bernabeu, 74.278 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Luis Aragonés.
Madrid. El Real Madrid dejó al campeón contra las cuerdas y dio un paso al frente hacia la final de la Copa, a expensas aún de un giro al duelo en el partido de la próxima semana en el Vicente Calderón.
El conjunto blanco, más ambicioso que un rival que pretendió no salir del guión que acostumbra, acabó con la impecable racha del líder de Primera, que acumulaba hasta la fecha 23 partidos seguidos sin perder. Desde el 19 de octubre del pasado año, contra el Espanyol. Más memoria hay que hacer para contemplar cuándo encajó tres goles con Simeone en el banco. En enero de 2013. Hace un año, en San Mamés contra el Athletic.
De paso, el conjunto madridista se quitó un peso de encima. El psicológico. Ante un rival con el que había caído en los dos partidos recientes en los que se había enfrentado. En la final de Copa y el de Liga.
Y es que la ambición local pudo con un adversario que no pudo reaccionar a los contratiempos. Que echa en falta en exceso el aire que le proporciona Filipe Luis por la izquierda. En eso ha perdido Simeone.
El Real Madrid volvió a prescindir de Gareth Bale, que se quedó al margen de la convocatoria de un partido que arrancó con los papeles definidos. Encontró el equipo de Carlo Ancelotti dificultades para elaborar con soltura ante un rival ordenado, con Diego Ribas, la flamante adquisición invernal, como titular por primera vez en esta nueva etapa.
Conoce el brasileño en qué consisten los manejos de su técnico, que apostó también por Raúl García de inicio. El orden, la presión y la concentración rojiblancas espesaron también al Madrid en ataque.
Fue, de hecho, una acción sin aparente peligro, una subida sin excesiva convicción de Pepe la que resultó una solución. Di María desahogó hacia el defensa que lanzó un zapatazo desde fuera del área. El balón tenía pinta de ir fuera pero en su camino se topó con el argentino Emiliano Insúa, que lo cambió de dirección, fuera del alcance del belga Thibaut Courtois y hacia la red.
Acto seguido Iker desbarató una ocasión de Miranda.
El partido se situó a gusto del Real Madrid mientras la intensidad y la tensión se disparó. Pepe y Diego Costa ajustaban cuentas. El central, a la tercera, vio la amarilla antes de la media hora de encuentro.
El gran peligro blanco llegó de Jesé. El canterano se siente importante.
Simeone inyectó oxígeno a su equipo en el intermedio. Dejó a Diego en la ducha y dio entrada al uruguayo Cebolla Rodríguez. Empujó al inicio. Un córner rematado por el uruguayo Diego Godín salió por encima del larguero de Iker.
Pretendió dar un paso al frente pero sin el balón en su poder. Alargó la situación de Diego Costa y Arda pero perdió fuerza en el centro del campo.
El mazazo blanco llegó antes del cuarto de hora, con un centro de Di María que remató a la primera Jesé. El segundo. Otro gol importante del canario, que sobresale en las grandes citas. Barcelona, Valencia, Bilbao y ahora ante el Atlético Madrid. Un mérito más.
Simeone recurrió a Adrián para enmendar la plana y después a Sosa. Eran los peores momentos de su equipo ante un rival en plena ebullición que buscaba la sentencia. Sin embargo, Modric sacó bajo palos un remate de cabeza de Godín. Iker estaba batido. Pero un nuevo rechace acentuó el castigo rojiblanco. Un disparo de Di María que desvió Miranda supuso el tercero.
El Atlético, que firmó uno de sus encuentros más grises en la era Simeone, bajó los brazos. Necesita una noche épica en su estadio.