bilbao. El futuro del Bilbao Basket sigue desgranando su cuenta atrás en lo que parece una partida que tiene por un lado a Gorka Arrinda, por otro a supuestos interesados en acceder a la gestión del club y en medio, otras personas que están haciendo de crupieres para tratar de encontrar la mejor solución para un proyecto que, ahora mismo, nadie podría asegurar que va a continuar adelante. Si lo hace, será sin el que ha sido hasta ahora su máximo accionista y, desde el año pasado, consejero delegado.

Esa es la condición que, al parecer, está poniendo un grupo de empresarios para inyectar el dinero que el Bilbao Basket necesita para mantener su actividad. Sin embargo, Arrinda, que con su familia y otros afines controla más de un 40% de las acciones de la sociedad anónima deportiva, está buscando una salida honrosa para sus intereses. Una opción pasa por la venta de sus títulos a quien esté dispuesto a acceder al club. Otra fórmula sería proponer una ampliación de capital en la que entrarían nuevos accionistas, aunque esto podría provocar una situación de equilibrio de fuerzas en el accionariado que haría difícil el gobierno del club.

En medio de esta partida, José Luis Bilbao reiteró ayer en Radio Euskadi que "no hay más dinero público" para el Bilbao Basket. "A día de hoy, no tenemos ningún compromiso con el Bilbao Basket ni existe partida presupuestaria para ello", manifestó el diputado general de Bizkaia, que pidió al deporte profesional que sea "sostenible". "Igual tiene que hacer su reflexión, pasar su crisis también y su readecuación a la situación. Tendrán que bajar sus presupuestos y tendrán que bajar las fichas de los jugadores", apuntó y en ese contexto, situó al Bilbao Basket, "que no tiene unas fuentes de ingresos importantes, como las que tiene, por ejemplo, el Athletic por parte de sus 40.000 socios y los contratos de televisión".

En cuanto a la petición de Gorka Arrinda para que las instituciones se impliquen en la búsqueda de un patrocinador para el club, Bilbao aseguró que "en la última época, no ha hablado nadie con nosotros". "Yo preferiría no entrar más. Parece ser que en este país lo único que ocurre en este momento es el drama del Bilbao Basket y qué va a pasar con él", zanjó.

Pero el futuro del club sí preocupa, al menos, a los aficionados que acuden al Bilbao Arena en número habitual de más de 8.000 espectadores, a los jugadores y a los técnicos, todos los cuales esperan decisiones que acaben con la incertidumbre que acompaña este comienzo de año. Lo que es evidente es que la figura de Gorka Arrinda, la persona que más dinero puso en su día para conformar y gestionar la obligatoria SAD, está suficientemente amortizada por parte de las instituciones, que en su día metieron mucho dinero en el club y ahora ya le ven más como un obstáculo que como una solución.

A menos que Gorka Arrinda encuentre una milagrosa baza de última hora a su favor, todo apunta a que tendrá que ceder en sus pretensiones y hacerse a un lado antes o después. La posibilidad de entrar en concurso de acreedores le dejaría en delicada posición ante los jugadores, que son los principales afectados por la falta de liquidez del club y que han confiado casi ciegamente en el máximo accionista. Quienes están interesados en entrar en el Bilbao Basket conocen las posibilidades de negocio que ofrece el club y lo entienden viable dentro de unos parámetros económicos ajustados a los tiempos, pero son incompatibles con Arrinda. Si el máximo accionista y quienes le acompañan no encuentran respuesta a sus llamadas de auxilio, es porque no quieren escucharle. Y el altavoz que supone el 'efecto Miribilla' tampoco está mayoritariamente de su parte. La resolución de este pulso desequilibrado puede ser cuestión de días.