El Bilbao Basket reparte regalos
Un triple de Scott Wood a 4 segundos del final fulmina la racha triunfal de los 'hombres de negro' Con el 75-77 a falta de la última acción, jugaron con fuego al no hacer falta y acabaron quemados
bilbao. Tuvo la situación absolutamente controlada el Bilbao Basket a poco más de diez minutos para el final, cuando una ventaja de 11 puntos (55-66) después de una brutal explosión anotadora de Fran Pilepic -16 puntos en el tercer cuarto- hacía pensar en un final más o menos plácido, de los de jugar con los nervios del rival y echar mano de la veteranía y experiencia del bloque. Para nada. Lo volvieron a tener en su mano los hombres de negro a 22 segundos del final, cuando Álex Mumbrú convirtió dos tiros libres y colocó el luminoso en un ajustado pero favorable 75-77 después de que los de Rafa Pueyo se rehicieran de un aciago arranque de cuarto final en el que no fueron capaces de anotar ningún punto durante casi seis minutos. Pero tampoco. El conjunto vizcaino se disfrazó ayer de Olentzero, Papa Noel y los Reyes Magos, todo junto, y dejó un regalo imperdonable en Murcia, una victoria que debió ser suya. En esos 22 segundos finales, los visitantes hicieron lo único que no debían hacer: permitir que los de Óscar Quintana percutieran desde más allá de la línea de 6,75. Hacer una falta habría obligado a los anfitriones a convertir los dos tiros libres cuando llevaban un pobre 59% desde la línea de personal y, así y todo, habría dejado a los hombres de negro la última bola del partido. Y, en caso de optar por defender con uñas y dientes la última jugada, el triple debía estar absolutamente prohibido, exiliado de la hoja de ruta.
Pero ocurrió lo que no tenía que ocurrir. El UCAM Murcia fue capaz de poner el balón en las manos que quería, en las de Scott Wood, el fusilero de Marion, el jugador que arrancó el partido con un horrendo uno de nueve desde la distancia mágica pero que un minuto antes ya había clavado un certero puñal para colocar el 75-72. Y claro, para cerrar el aciago cúmulo de despropósitos, su triple besó la red. Limpio. Teledirigido al corazón de un equipo que revivió meses después lo que ya saboreó en Fuenlabrada, la amarga y desagradable sensación de haber dejado escapar, por deméritos propios, un triunfo cantado, de haberse desplomado como un castillo de naipes. En los cuatro segundos que le quedaban a la cita había aún tiempo para una última acción de tiro, pero Álex Mumbrú amasó demasiado balón y ni siquiera llegó a lanzar, aunque fuera a la desesperada. Quizás dar ese balón a Dairis Bertans para que exprimiera sus piernas de cohete habría rendido mejores dividendos. Quién sabe. Lo único cierto es que el Bilbao Basket bajó de esa forma tan desagradable el telón de una racha de cuatro victorias consecutivas en la Liga Endesa, desaprovechando una inmejorable ocasión de continuar su escalada y apuntar con mirada de tigre hacia los puestos nobles de la tabla. Pero su incapacidad de poner el candado a los encuentros que tiene muy bien encarrilados, su gusto por complicarse la vida y esa aciaga jugada final le frenaron en seco. Al igual que es imposible que en el lanzamiento final de moneda siempre salga cruz, como en las primeras jornadas, tampoco se puede pensar que sonría siempre la cara, como en los dos últimos duelos.
Arrancó la cita demasiado impreciso el Bilbao Basket, con las coordenadas ofensivas imprecisas y con la retaguardia lenta en el repliegue, y el Murcia aprovechó la circunstancia para hacerse con el timón. Los de Pueyo solo encontraban el juego al poste de Gabriel para mover sus guarismos mientras los de Quintana fusilaban desde la larga distancia con tino y aprovechaban la velocidad en las continuaciones de Lima para dibujar un amenazante 17-12. Equilibró la balanza el conjunto visitante gracias a Mumbrú y Pilepic y otro triple de Markota confeccionó un interesante 19-23 a minuto y medio del final del primer cuarto al que, sin embargo, el Bilbao Basket no supo dar continuidad. Se atascaron los hombres de negro con la defensa zonal de los anfitriones, que merced a un parcial de 9-0 recuperaron el control en el arranque del segundo acto. La muñeca de Sergio Sánchez, con tres triples en siete minutos, se convirtió en una pesadilla, mientras que los de Pueyo desaprovecharon hasta tres claros contraataques. El 36-28 a falta de 3:30 para el ecuador no pintaba un panorama nada halagüeño, pero Raúl López volvió a acudir al rescate de los suyos cuando más necesario era. Dos triples y otros tantos tiros libres del base fueron la rampa de despegue hacia un 0-9 que devolvía al conjunto vizcaino al partido, aunque llegara al descanso un punto por debajo en el luminoso (39-38) tras dejarse Gabriel y Mumbrú dos lanzamientos desde la línea de personal por el camino.
En la reanudación, Pilepic dejó en nada la salida en tromba del efervescente Lima. El croata empezó a ver el aro como una piscina y 16 puntos salidos de su muñeca coronados con un dos más uno de Hervelle dejaron a los de Quintana al borde del K.O. El 55-66 a poco más de diez minutos para el final era un excelente botín, pero el Bilbao Basket se hizo un tremendo lío en el arranque del acto final. Un tiro fallado debajo del aro por Vrkic absolutamente solo al que siguió una antideportiva del croata fue el punto de arranque de un cúmulo de despropósitos en el que ni siquiera Raúl López, con el rumbo errante ayer y eliminado por faltas, pudo poner cordura. El Murcia fue recuperando terreno hasta ponerse por delante, pero los visitantes lo tuvieron en su mano con el 75-77 a 22 segundos del final antes de hacer otro de esos regalos que duelen. Y mucho. Muchísimo.