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Ante el abismo europeo

El Bilbao Basket, que pese a su nefasto arranque desaprovechó en el tercer acto la ocasión de romper el encuentro, pierde en Francia y caerá eliminado de la Eurocup si Oldenburg y Cedevita ganan hoy

Ante el abismo europeoREPORTAJE FOTOGRÁFICO: ELAN CHALON

bilbao. Tanto ha jugado con fuego el Bilbao Basket en la Eurocup que ha acabado quemado, pasto de las llamas en una fase de grupos que arrancó con brío, enlazando cuatro victorias, para después meterse, por méritos propios, en un profundo agujero del que, salvo campanada -un triunfo del Charleroi hoy en la cancha del Oldenburg y una derrota del Cedevita que deje una casi imposible posibilidad de cara a la jornada final- le resultará imposible salir. Los hombres de negro han quedado asomados al abismo sin red de protección víctimas de su alma de funambulista, por empeñarse una y otra vez en caminar sobre el alambre, un ejercicio que vivió ayer en la cancha del Elan Chalon su último capítulo (81-79) y su definitivo golpe de bruces contra el suelo. Contundente. Se jugaba la vida el Bilbao Basket en el encuentro y no actuó con la contundencia y concentración imprescindibles para que la nave llegara a buen puerto. Arrancó, como se ha convertido en habitual en los últimos duelos continentales, timorato, a verlas venir, y se vio rápidamente al rebufo del rival. Remontó tras el descanso para fabricar un colchón de nueve puntos que debía suponer el golpe definitivo pero fue incapaz de manejar la situación con el temple y la batuta que se le debe suponer a un equipo con tanta experiencia y teórica calidad individual, y en otro final a cara o cruz, de esos en los que a cualquier error le sigue la inevitable guillotina, no acertó a la hora de imponerse, errando tiros libres, cayendo en la precipitación y, en definitiva, facilitando mucho las cosas a un cuadro rival que estuvo atento para aprovechar las vías de agua bilbainas, demasiado numerosas.

Con estas nefastas constantes vitales acabará, salvo que en la jornada de hoy los astros decidan alinearse a su favor, la singladura de los de Rafa Pueyo en una competición que hasta el momento le había sentado como anillo al dedo al club bilbaino, aunque la realidad a día de hoy sea mucho más sombría. Siempre habían alcanzado la fase final de la Eurocup los hombres de negro en sus tres anteriores participaciones, jugando incluso la final en la última de ellas; nunca habían perdido un encuentro en la fase de grupos... Pero esa relación idílica entre Europa y el Bilbao Basket ha saltado este curso por los aires como consecuencia de la exagerada irregularidad de un grupo humano que hasta el momento ha sido incapaz de enlazar dos victorias consecutivas este curso. Lejos quedaron los tiempos en los que los partidos entre semana eran la medicina perfecta para los males de la Liga Endesa, pues en el momento en el que se ha empezado a corregir el rumbo en la competición doméstica la dinámica se ha invertido.

El Bilbao Basket arrancó el choque de manera impropia atendiendo a lo mucho que había en juego: absolutamente desnortado, terriblemente blando en labores de retaguardia y con escaso orden en ataque, enlazando pérdidas que permitían volar a los franceses, quienes aprovecharon la alfombra roja puesta por el rival para coger ventaja. Los anfitriones tenían clara su propuesta de juego y la aplicaron a rajatabla, sin complicaciones. Aprovecharon su superioridad física para presionar constantemente la primera línea de pase y acabaron logrando muchas canastas fáciles, varias de ellas jugando por encima del aro. Además, como a perro flaco todos son pulgas, los exteriores bilbainos, absolutamente desarbolados, se cargaron rápidamente de faltas, lo que hizo que la defensa se resintiera aún más. Con todos estos ingredientes, el 24-17 al término del primer cuarto estaba absolutamente justificado, con Raúl y Kavaliauskas como únicas piezas entonadas. Entre el base y el pívot lograron mantener a los suyos dentro del partido, pero un horrendo relevo de Gabriel saliendo del banquillo, con dos pérdidas y un tiro fallado, volvió a dar alas al Elan Chalon, que amenazó con romper la contienda con un alarmante 33-24 a cuatro minutos y medio del descanso. Se rehizo el Bilbao Basket gracias al acierto desde la línea de 6,75 de Pilepic y López y a un dos más uno de Mumbrú y tuvo incluso balón para ponerse por delante, pero fueron los galos los que llegaron en ventaja al ecuador (41-38), con sus exteriores penetrando descaradamente debido a los serios problemas de faltas del perímetro rival (cuatro de Grimau y tres de Raúl y Mumbrú con dos cuartos todavía por disputarse).

En la reanudación, los de Pueyo sí que salieron con la energía y concentración que habría sido deseable desde el salto inicial. Serios en defensa y con fluidez en ataque, fabricaron un parcial de 2-14 que les llevó a dominar por 50-59. Ese debió ser el momento de matar el partido o al menos de dejarlo muy encarrilado, pero un triple de Slaughter solo, una pérdida evitable de Mumbrú y dos tiros libres fallados por Gabriel dibujaron un apurado 58-59 a diez minutos del final. Los galos recuperaron el timón y el Bilbao Basket regresó a labores de persecución, aunque el duelo se manejaba en márgenes muy estrechos. Un triple de Gabriel colocó el 76-77 a 1:25 de la bocina, Tchicamboud respondió desde la línea de tiros libres y, en la siguiente acción, Hervelle falló sus dos lanzamientos desde la misma distancia. Tampoco acertó Mumbrú en otra oportunidad para cobrar ventaja y Slaughter no perdonó (80-77) a dos segundos del final. Fue esta vez el capitán el que viajó a la línea de tiros libres. Metió el primero y, el segundo, el que quería fallar, también, certificando la hecatombe.