bilbao. "Siempre dije que quería ser una leyenda", dijo Usain Bolt tras llegar más alto que nunca nadie antes, más lejos que el viento, que su hijo, que el legendario Carl Lewis -El hijo del viento- al que igualó tras un buen 4x100 de Jamaica -lejos, de todas maneras, del récord del mundo que buscaba Bolt para cerrar los Mundiales de Moscú por varias razones, entre otras, el molesto relevo de Estados Unidos que invadió su calle- en oros mundialistas. Ambas leyendas tienen ocho, como Michael Johnson, pero la calidad del resto de metales que posee el jamaicano -las dos platas del Mundial de Osaka en 200 y el 4x100- le sitúa por encima de ambos en el altar de los Mundiales de atletismo. Más arriba que Bolt, que también tiene un triplete único en los Juegos al reeditar en Londres los tres oros -100, 200 y 4x100- de Pekín, no hay nadie. Ni nada. ¿O sí?

"Mi objetivo es defender mis títulos en los próximos Juegos Olímpicos, algo que no hizo nunca nadie antes. Y estos Mundiales son un peldaño hacia ese objetivo", advirtió el jamaicano después de que el sábado ganara con suficiencia los 200 metros y se diera por hecho que pocas horas después ganaría su tercer oro en Moscú y el octavo en los mundiales para destronar a Lewis. "Siempre dije que quería ser una leyenda. Eso lo conseguí el año pasado en los Juegos Olímpicos de Londres", prosiguió. "Ahora intento ganar tantas medallas como sea posible, pero la verdad que no llevo bien la cuenta". Pues eso, diez. Y con ello, el cuarto triplete de oros en las pruebas de sprint que logra el jamaicano en los últimos cinco grandes campeonatos entre Mundiales y Juegos Olímpicos. En ese periodo que va desde los Juegos de Pekín hasta el Mundial de Moscú que finalizó ayer solo ha perdido los 100 metros de Daegu 2011, donde fue descalificado por salida nula. Esa parece la única forma de derrotarle, aunque dicen que en Moscú se vio estos días a un Bolt más pesado y lento. "Sí, sí", dijo Lemaitre, el europeo más rápido, después de lesionarse en la final de los 100 metros; "Bolt no domina tanto como antes, pero sigue intocable". A esos comentarios sobre el inicio de su decadencia física -tiene 26 años y lleva en la élite desde las dos medallas de plata de Osaka 2007 mientras que, por ejemplo, el periodo de plenitud de Carl Lewis fue entre los Juegos de Los Ángeles 84 y Seúl 88 porque el oro de Barcelona 92 lo conquistó en salto de longitud y ni siquiera se clasificó para disputar los 100 metros- responde Bolt diciendo que se siente orgullos de sí mismo y que "continuaré trabajando para dominar la velocidad tanto tiempo como sea posible". Aunque no descarta la posibilidad de tomarse un año sabático en 2014. "No lo sé", respondió cuando se lo preguntaron ayer. "Decidirá mi entrenador".

La velocidad es jamaicana Tras el Mundial de Moscú, la velocidad sigue siendo cosa de los jamaicanos. "Velocistas de talento pueden aparecer allí de cualquier sitio", dijo Bolt. "El atletismo es cada vez más grande en Jamaica, así que pienso que veremos muchos más esprinters de talento pronto". Al igual que él, su compatriota Shelly-Ann Fraser-Pryce ganó los 100, 200 y 4x100 metros y evitó así que Allyson Felix (ocho oros, una plata y un bronce en los Mundiales) se convirtiese, por encima de Bolt, en la atleta más laureada de la historia de la competición en la que la reina de podios sigue siendo la jamaicana Merlene Ottey, que posee mayor cantidad de medallas, 14, aunque solo tres de ellas son de oro.

Si la velocidad es jamaicana, el medio fondo es keniano después de que Eunice Jepkoech Sum ganara la final de los 800 metros en 1:57,38 minutos por delante de la gran favorita, la rusa Maria Savinova, campeona olímpica y defensora del título (1:57,80), y Asbel Kiprop, oro olímpico, cumpliera con las expectativas y retuviese en Moscú el título mundial de los 1.500 metros con un crono de 3:36,28 minutos.