bilbao. ¿Cuándo toma la decisión de presentarse a la presidencia de la Federación Vasca?
A raíz de conocer que se iban a convocar las elecciones a la Federación un grupo de gente que está metida en la pelota -pelotaris, expelotaris, gente de clubes- hablamos de crear una plancha, un grupo ilusionante para entrar en la Federación. La mayoría somos gente que estamos enamorados de la pelota. Un proyecto como este lo empezamos a trabajar de forma conjunta y coordinada con gente de las diferentes modalidades. Una vez que se conformó el equipo había que determinar la cabeza del grupo. Cuando vi la gente que estaba, me animé a ello.
No se pudo contener.
He vivido la pelota desde niño con mi aita, de aficionado, de profesional, como directivo... Y estos últimos años estaba un poco distanciado porque necesitaba coger aire. Cuando plantean un proyecto ilusionante, la gente que llevamos ese veneno no nos podemos aguantar. Hemos conformado un grupo de gente de todas las modalidades y de todos los territorios y por ahora vamos recibiendo bastantes apoyos de los tres estamentos: clubes, jueces y pelotaris.
¿Cuáles son las líneas maestras de su proyecto?
En general hay cuatro líneas maestras. La primera es clara: la promoción de la pelota. En principio parece que la mano es la que disfruta de mejor salud, pero dentro de la pelota hay otras modalidades que no están pasando por su mejor momento y en la Vasca debemos de hacer un esfuerzo en ese sentido, que la que esté bien se mantenga como está y la que no esté tan bien busque revulsivos para que llegue a lugares en los que estuvo otros años. Para ello tenemos que encontrar coordinación con las territoriales. En principio, entendemos que la Vasca será más fuerte y más práctica en la medida en la que nos podamos acercar a las territoriales y coordinar problemas y soluciones de forma conjunta. Para ello, hay que mimar a los clubes, que son el vivero de los pelotaris y donde se están esforzando los chavales.
¿La segunda?
Tendríamos que seguir con la tecnificación, tanto de jueces como de técnicos. Pensamos que un deporte que quiere ser moderno y serio tiene que tener unos jueces bien preparados. Los técnicos son gente que tiene que estar muy preparada para la pelota y creo que tenemos que darle acercamiento a la sociedad. Los chavales que éramos hace 30 años y los que hay ahora no somos iguales. Las expectativas y los ritmos de vida son distintos. Tenemos que procurar que los técnicos puedan ofrecer a los chavales un proyecto atractivo para ellos, dinámico y que enganche.
¿Qué mas proyectos tienen?
Fomentar el tema de la mujer en la pelota. Hay un camino empezado, es un mundo por explorar y se tiene que seguir desarrollando por esa vía, porque en la medida en la que se desarrolle estaremos llegando a una realidad que está delante de nuestros ojos. Y, además, en cuarto lugar, dar pasos por la oficialidad de la selección vasca de pelota. Creemos que la pelota vasca tiene que tener una selección vasca de pelota. En estos momentos, la configuración de los estamentos deportivos internacionales no contemplan a la Vasca como oficial y nosotros debemos tener unas líneas de trabajo de la mano de la propia dirección de Deportes del Gobierno vasco. Y en ese sentido intentar que la pelota sea oficial.
¿Cómo ve la pelota actual?
La verdad es que vemos una gran brecha entre la mano y las demás especialidades. La mano goza en este momento de una buena cantera y tiene mucha competición. En ese sentido pensamos que la competición tiene que ser regulada entre los torneos oficiales y privados. Aunque sea una labor muy difícil, tenemos que sentarnos con organizadores y clubes para hacer un calendario compatible, que no haya ocho o diez torneos en una época y en otra, poquitos, que no sean competencia y que los chavales puedan competir lo máximo y planificarse el año.
¿Y en el resto de modalidades?
Queremos estimular al resto, que gozan de menos aire social, para que la captación de chavales sea mayor. Porque a menor captación, menos chavales y menos competición. Creemos que debemos buscar fórmulas revulsivas.
¿Qué opinan de las empresas profesionales?
En estos momentos ellas tienen una asociación que les ampara, pero creo que desde la Federación tenemos que tener vías de contacto con ellos, de diálogo constructivo para las dos partes: ellos, pensando en una actividad económica, y nosotros, en que ellos se nutren del trabajo. Por eso, la Federación tiene que ir de la mano para atender a las dos necesidades.
Es decir, tener una relación fluida para el beneficio de todos los agentes de la pelota.
La colaboración es clave. El deporte de la pelota ante la apisonadora del fútbol se tiene que reforzar. En estos momentos tenemos que ser complementarios. Por un lado, las empresas nos dan ese aire mediático y nosotros les vamos a nutrir de chavales, figuras, que evitan que se pare esto. Es una simbiosis interesante.
¿Les preocupa la herramienta?
Sí, mucho. Queremos colaborar con las instituciones, buscar apoyos, porque debemos hacer algo por ellas a nivel profesional y aficionado, que son patrimonio euskaldun. La pelota vasca siempre ha sido un exponente por el que hemos sido conocidos en el mundo entero.
La base, otro tema importante.
La pelota si por algo existe es por los clubes y por las escuelas. Es un trabajo que no se puede pagar. En los últimos años, el tema de los técnicos se está remunerando a la medida de los clubes. Hace treinta años, la gente dedicaba todo el tiempo del mundo de modo altruista y en ese sentido hay que agradecer ese trabajo oscuro. Queremos establecer vías con los clubes para que nos expongan sus problemas y, en colaboración con las territoriales, establecer soluciones. La Vasca no tiene que ser algo supraterritorial, algo inalcanzable, a lo que no se tiene acceso. Si existe, es para demostrar que sirve. Queremos conectar con los clubes.
Hay una coyuntura económica complicada, es otro punto caliente.
Así es. Entramos con mucha ilusión, tenemos los datos de la Federación y estamos viendo que las subvenciones del Gobierno vasco se han reducido los últimos años a un cincuenta por ciento. Imagínese cuál es el punto de partida. Echar a andar proyectos nuevos es difícil. Tenemos que intentar por todos los medios buscar patrocinios y apoyos. Así, tenemos que ir de la mano del Consejo Mundial porque proporciona grandes beneficios fiscales a las empresas patrocinadoras. Además nos va a dar opción a competir en el extranjero.