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Camino a la autodestrucción

La imposibilidad de ascender del Burgos y el Lucentum vuelve a poner en cuestión el modelo y justifica el creciente desinterés por el baloncesto

Camino a la autodestrucciónCB Atapuerca

bilbao

lA ACB comunicó el viernes que el CB Atapuerca de Burgos y el Lucentum Alicante no habían cumplido con los requisitos para adquirir una plaza en la Liga Endesa y que, por tanto, no podrán rematar en los despachos el ascenso que se han ganado en la cancha. Esto quiere decir que el Lagun Aro GBC y el Manresa serán invitados a continuar en la competición la próxima temporada si antes del 30 de junio cumplen a su vez con algunas condiciones. La pregunta que se han hecho los aficionados inmediatamente es lógica: ¿esto no supone un cierre de la Liga Endesa? Otra cuestión surge ligada a esta: si nadie sube, ni baja, ni los que ganan tienen premio, ¿qué importancia tiene eso que se está jugando?

En ningún otro deporte ocurre que el noveno clasificado (Unicaja) reciba una mayor recompensa que el tercero o el cuarto (CAI Zaragoza y Gran Canaria), que quien logra el ascenso no pueda culminarlo por falta de recursos económicos. El baloncesto ha elegido este camino que le lleva directamente a la autodestrucción porque lo ha alejado del aficionado medio, ese que está en ciudades como Alicante, Cáceres, Lugo o Huesca, por citar algunas que ya han conocido la ACB, y que ahora la ve como algo lejanísimo, cuando no imposible. Ese desinterés por lo que pasa en la cancha se acaba reflejando en las audiencias, esa vara de medir que algunos utilizan para rechazar el baloncesto como oferta de ocio, bien en directo o a través de la televisión.

Será esta la segunda temporada consecutiva en que ninguno de los dos equipos descendidos caen a la Adecco Oro. Hace un año, solo la renuncia del Lucentum permitió al CB Canarias ingresar en la élite, previa compra de la plaza alicantina por la ACB. Ahora, el Burgos espera que algún otro club pueda perder sus derechos en la competición para ocupar su lugar de forma idéntica a la de los canarios. De otra manera, sería la primera vez desde 1996 que no se produce ningún ascenso deportivo a la máxima categoría. En aquella temporada, la desaparición del Zaragoza, el Salamanca y el Huesca y el descenso del Andorra y el Gijón provocó un intercambio de franquicias y la reducción de la Liga ACB a su formato actual de 18 equipos.

una barrera insuperable Hay quien piensa que en el contexto actual de crisis la competición se encamina a un número aún menor de participantes, sobre todo si se mantienen unos requisitos económicos solo sostenibles por unos pocos. Los tres millones de euros del canon de ingreso es la gran barrera que impide el acceso a una ACB que, por otra parte, está necesitada de ingresos para mantener su estructura actual, pero no quiere apearse de unas exigencias excesivas que, como destacó Álvaro Bilbao, presidente del Gipuzkoa Basket, "solo afectan a los que quieren subir, no a los que están, y es injusto".

Así, todos miran al Valladolid como el club con más posibilidades a día de hoy de perder su plaza después de dos temporadas con muchísimos problemas económicos. El Lucentum ni siquiera se plantea el ascenso y, de hecho, está más cerca de la desaparición. En estas condiciones, la tradicional y natural escalera competitiva se ha roto y la Adecco Oro, la competición gestionada por la Federación Española, corre el riesgo de convertirse en una Liga intrascendente al verse privada de su objetivo principal que es el ascenso.

Si no se produce una revisión del sistema, el baloncesto se estará suicidando poco a poco. La forma de acceder a las competiciones europeas ya ha sido suficientemente cuestionada porque protege a unos pocos de una mala campaña, pero no premia a todos los demás por un ejercicio brillante. Esta temporada la polémica se ha redoblado con la presencia del CAI Zaragoza y del Gran Canaria en las semifinales de la Liga Endesa. Si se siguiera el modelo del fútbol o el balonmano, ambos estarían clasificados para la Euroliga, pero deben conformarse con participar en la Eurocup, si quieren, ya que maños y canarios, con sus presupuestos ajustados al máximo, están haciendo cuentas para ver si resulta viable. El baloncesto ha invitado a su mesa al negocio y va a acabar muerto por inanición.