"Soy campeona del mundo, poco me puede quedar más que surfear por placer"
Después de dos subcampeonatos, Eunate Aguirre (24-V-1982, Bilbao) se proclamó ayer campeona del mundo en las Islas Azores, donde también obtuvo la victoria ante su máxima rival en la puja por la corona, la brasileña Isabela Sousa. Cumpliendo un sueño se quita así un peso
Bilbao. Sabía lo que era perder la corona en la última prueba del Campeonato, pero en esta ocasión, a la tercera, Eunate ha exprimido esa madurez y calma que otrora no había conseguido invocar. Se ha vencido a sí misma.
Por fin.
Por fin, por fin, sin duda alguna, por fin. Siempre había soñado con ser campeona. Conseguirlo es maravilloso.
Paciencia y empeño para este momento.
Sí, mucha paciencia, aunque, sobre todo, mucha sangre fría, porque hemos llegado hasta el final, con una prueba decisiva. Azores ha sido muy difícil, cada mañana despertándome sin saber dónde se iba a celebrar la prueba, porque ha habido falta de olas. He intentando mantener la sangre fría con los nervios a flor de piel. He buscado relajarme en cada momento.
Dice que es uno de los días más felices de su vida, no el más.
Ahora mismo te puedo decir que es el día más feliz de mi vida, porque es algo en lo que he puesto toda mi energía. Pero bueno, la competición es un ámbito más de mi persona y creo que habrá muchos más días felices en el resto de mi vida. Espero que lleguen tan felices como este.
Saque lo que llevaba dentro estos dos últimos años de subcampeona.
En cuanto he salido del agua y me han dado la puntuación he gritado y pensado: Que me lancen al acantilado, me da igual, ya he hecho mi trabajo. Tengo esa sensación de que he hecho mi trabajo y que ahora pase lo que Dios quiera. Ha sido mucho trabajo y mucha tensión acumulados, mucho saber estar. He intentado estar siempre concentrada, sin despistes. Eso ha transformado mi persona, pero ha valido la pena.
¿Cambia ahora su discurso?
Sí. Antes tenía una responsabilidad conmigo de querer demostrar lo que podía y quería hacer.
Sobre todo, reflejar lo que he trabajado durante mucho tiempo. Ya he demostrado que soy campeona del mundo, poco me puede quedar más que surfear por placer.
¿Se ha acordado de algo o alguien en concreto?
No sé decir uno en concreto, pero al mismo tiempo, muchas palabras de muchas personas que me han hecho llegar la dificultad de ser campeona y me han dado los ánimos para no desesperar. Ha sido muy relevante.
Ha soñado con este título, pero sinceramente, ¿espera que llegase?
Sí, me veía como campeona. Había surfeado muy completo y en Venezuela y Puerto Rico no había tenido suerte, pero me estaba sintiendo, por seguridad y determinación, campeona. Claro que he soñado. Antes de finalizar esta prueba ya me había visto saliendo del agua como campeona. Pero también he buscado detener esos pensamientos. Había que enfocar el momento.
¿Quién ha creído más en este título, la propia Eunate o su entorno?
Ambos. Yo he creído mucho, he sido muy cabezota. Al mismo tiempo, las derrotas son duras y si no hubiera estado a mi lado esa gente no me hubiese podido levantar de ellas. Para llegar aquí también se pasa por muchos momentos bajos. He tenido instantes de falta de confianza y sin ese ánimo hubiese sido imposible.
¿Una misma se ve como máxima representante de este deporte?
No, lo somos todas. Somos un conjunto, todas hacemos este deporte.
Comenzó fuerte el año con un segundo puesto en Pipeline y un primero en Sintra, pero Isabela Sousa la ha ido remontando desde el ecuador y la corona se ha concedido en la última jornada del Circuito Mundial. ¿Temía por el título?
Sí, claro. Hubo un momento de transición en Venezuela. Allí temí. Creía que me había clasificado para la final y en los últimos segundos perdí. Eso fue duro. Sabía que podía haber perdido el título. Tuve que levantarme poco a poco, diciéndome que seguía primera en el ranking. Me decía: Eunate no te preocupes, tranquila, lo vas a conseguir. En Azores también he vivido incertidumbre y temor, pero las olas han estado conmigo y he mantenido la sangre fría para plasmar el entrenamiento realizado y no dudar en el momento decisivo.
Le bastaba con llegar a la final del Islas Azores Festival para ser campeona y se ha visto obligada a hacerlo. Sousa ha defendido su corona con uñas y dientes.
Está claro. El sábado tuvimos una manga decisiva. Los días anteriores pensaba que era dar un pasito y otro. Pero entonces llegamos a la manga del todo o nada. Lo más complicado en Azores quizá haya sido gestionar esa tranquilidad con los cambios de localización, con esa incertidumbre por ver qué tal se darían las olas.
Ha podido ganar a Sousa en la final. Un título con su guinda.
Ha sido un broche de oro, pero ha venido inconscientemente. La verdad que una vez que estaba decidido el título he entrado muy relajada al agua. Eso es un punto que se pone de tu lado, que te pone más en sintonía con las olas. Un broche de oro que ha venido sin quererlo ni beberlo.Se ha proclamado en un año de transición, de cambios que han llevado a inesperadas cancelaciones de pruebas en el calendario.
Ha sido movido. La organización cambiaba de jefes y de estructura y ha sido diferente. Puede ser el inicio de cambios para bien. Lo importante es que, así como a principio de temporada estaba enfadada con estos cambios, he sabido abstraerme de ellos, pensando que no tenía otra cosa que hacer más que adaptarme y sacar lo mejor de mí, puesto que iban a ser las mismas condiciones para todas. He llevado ese mal humor al agua y he sacado su frutoDurante el transcurso del año, ¿se ha visto más cerca del título que en los dos anteriores subcampeonatos?Sí. Pipeline fue una sorpresa, porque por más que me colé en la final pensaba que había sido cuarta más que segunda. Fue una sorpresa para bien. Luego considero que Sintra marcó un antes y un después. Es una prueba que me venía marcando desde hacía mucho tiempo y ganar allí me dio esa confianza de pensar que lo tenía todo para ganar el título. Esa cabecita que, en ocasiones, juega malas pasadas me decía que este era mi año, que incluso podía conmigo mismo, lo difícil en la competición.
¿Puede que haya especulado demasiado tras su buen arranque de año y que eso haya dado vida hasta el final a Sousa?
No sé. Si valoro lo que han sido otros años, han sido así. Arrancaba fuerte y luego la cabeza, la presión, me ha solido jugar malas pasadas.
¿Qué ha cambiado en Eunate?
La confianza. Yo había puesto toda mi energía en las olas desde los 13 años y en mejorar mi surfing y ser campeona es conseguir el objetivo. Ahora contaré con ese gran resultado para respaldarme.
Al hablar siempre ha confiado en su surfing, pero no se fiaba de su fortaleza mental. Esta última cita en Azores la ha puesto a prueba.
Este año ha sido una lucha entre lo que sabes surfear y lo que puede ofrecer en los máximos niveles de competición y de tensión. Al final, eso es la competición. Quizá me faltaba adaptarme a todo eso. Este año, al menos, no quería fallar en eso. Además, tenía la experiencia pasada. Lo quería y lo necesitaba.
Sus máximas rivales han sido las brasileñas Isabela Sousa y Neymara Carvalho o la propia Eunate Aguirre.
Las tres. Desde yo misma, porque en cuanto tocas el agua es un reto contigo mismo. Luego, lo que hagan las demás es importante. Son rivales fuertes, guerreras, con un surfing de quitar el sombrero.
Estar ahí arriba, en la cima, como ha estado desde la segunda prueba del año, a veces produce vértigo. Le ha ocurrido. ¿Qué sentía al mirar la clasificación y verse primera?Así como otros años he sentido vértigo, esta vez no lo he materializado hasta hoy -por ayer-.
Sabía que llegaba primera a Azores, con buenos resultados, especialmente el de Sintra, pero debía mantener la cabeza.
¿Qué ha primado en esta ocasión su madurez o su técnica?
Mi madurez; mi técnica ha estado ahí, aunque quizás con más confianza. Pero lo más importante es mantener la sangre fría, esperar a la ola y no fallar. Hoy -por ayer- ha sido así, faltaban cinco segundos y me he conseguido proclamar campeona.El año pasado ganó Sousa y este ha sido usted. ¿Estilos enfrentados?Estilos diferentes, pero en la misma línea. Vamos trabajando las mismas maniobras y el mismo potencial de olas. Ella viene de Brasil, una sangre diferente y otra manera de competir. Somos personas diferentes.Distingue entre personalidades, más que el surfing.
Es todo. Sin duda, Isabela es una de las más fuertes hoy en día y Brasil es una de las grandes potencias, pero he sabido imponer mi madurez.
Euskadi ha podido con Brasil
Tenía ganas de levantar la ikurriña y de que una surfista vasca pudiera estar arriba del todo y que pudiera decir que no tenemos nada que envidiar. A base de trabajo y esfuerzo estamos ahí.
Euskadi es insignificante en el mapa, pero lo importante es que tenemos una sangre fuerte.
Es un 'handicap'.
Yo lo he sentido. A la hora de disputar el título en Azores había muchas más contrincantes que deseaban que ondeara la bandera brasileña. Pero he intentado que eso no se interpusiera en mi camino y no me condicionara.
Habiendo cumplido su sueño de infancia, siendo una ganadora, ¿qué queda por aprender?
No lo sé. Veremos. En cuanto a surfing siempre quedan cosas por aprender. Este ha sido mi año, pero hay cosas en las que seguir trabajando y no me cansaré de seguir surfeando.
Sabe lo que cuesta llegar. ¿Se exigirá mantenerse en la cumbre?
Es muy precipitado decir algo. Está claro que siendo campeona me he quitado un peso de encima y el resto, por demostrar queda poco. Solo disfrutar y aguardar a ver los objetivos, que pueden ser buscar otro título o mejorar la parte técnica. Tengo ganas de tomarme un año un poco más distraída de lo que es la competición, para trabajar de otras formas.
El título es un arma de doble filo, puede conducir a la relajación.
Sí, ese es el problema. Con el título es inevitable relajarte y celebrar, porque lo llevas buscando mucho tiempo. Luego, volver a cargar las pilas a tiempo para volver a luchar por otro título es difícil. En este momento lo importante es disfrutar y agradecer.
Carpe diem.
Es precipitado marcar objetivos, aunque no. Un atleta siempre tiene sensaciones en su mente. Tendré que valorar lo que quiero hacer.
¿Habrá alguna celebración especial?
Espero que sí. Aquí (en Azores) estoy celebrando, pero llegar a casa será lo más grande, abrazar a los míos.
¿Y qué hará ahora Eunate?
Ir a casa, relajarme y disfrutar.
Por último, ejerce de monitora. ¿Qué mensaje manda una campeona a sus discípulos?
Inspiración. No he sido una chica que haya tenido un don desde el inicio en este deporte. Se trata de mucho trabajo y quiero que eso sirva a muchas chicas. El secreto es trabajar y tener fe en que todo puede ser posible.