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En busca de la meseta antártica

Iñurrategi, Vallejo y Zabalza completan 17 kilómetros en ocho horas de travesía polar

En busca de la meseta antárticaN.G

bilbao. Alberto Iñurrategi, Mikel Zabalza y Juan Vallejo completaron ayer la novena jornada de marcha a través del Antártico, en la expedición Naturgas/BBK Transantartika 2011, donde esperan completar una travesía de 3.700 kilómetros, pasando por el polo Sur para emular a Roald Amundsen, que hace cien años se convirtió en el primer hombre en alcanzar el punto más meridional del planeta.

Los expedicionarios vascos mantienen el ánimo, pese a las dificultades que tienen que afrontar cada día, y que ayer apenas les permitió recorrer 17 kilómetros sobre la capa helada a lo largo de ocho largas horas de marcha. El propio Alberto Iñurrategi reconoció que "nuestro pensamiento ahora está puesto en alcanzar el plateau y conseguir buenos vientos que nos impulsen, aunque también tenemos la posibilidad de desviarnos hacia el Oeste y alejarnos en lo posible de esta zona llena de grietas y sastrugis".

Y es que los montañeros no pueden quitarse de la cabeza el percance que sufrió Juan Vallejo, cuando el hielo se abrió bajo su trineo y los 170 kilos de peso del material lo arrastraban a una sima de treinta metros de profundidad. "Ocurrió tan de repente que no da tiempo a ver nada, ni a pensar nada. Luego, en frío, miras por donde podías haber caído y...". El gasteiztarra quita importancia a su capacidad de resistencia para no ser engullido por la tierra y rememora que "en ese momento sacas fuerzas de donde no las hay". Vallejo reconoció que "desde aquí el polo Sur se ve muy lejos, pero afortunadamente estamos dentro de los plazos previstos. Estamos convencidos de que en cuanto alcancemos los 2.500 metros del plateau tendremos lo que nos ha faltado hasta ahora: buenos vientos y mejor superficie para empezar a hacer kilómetros de verdad".

Pese a la esperanza, Mikel Vallejo confesó que "ahora mismo lo que tenemos más cerca es un pedrusco, un monte feo, pequeño, que no merece la pena". El punto de mira del navarro y de sus compañeros de expedición se encuentra más lejos: en el Polo Sur.