"Es posible que financiar el deporte con dinero público no sea sostenible"

Bilbao. La problemática de las radios en los campos de fútbol, los clubes que abusan de la Ley Concursal, los ámbitos de competición de las selecciones vascas... Son muchos los temas jurídicos que están relacionados con el mundo del deporte. Para reflexionar sobre todos ellos surge la Asociación Vasca de Derecho Deportivo.

¿Por qué nace esta Asociación?

Lo que pretendemos es generar un foro de reflexión para juristas que trabajan en el ámbito del deporte y ahí podemos derivar en tres ámbitos en los que trabajar: uno, el deporte profesional; un segundo que sería el vinculado a las federaciones y clubes deportivos, que sería el deporte amateur organizado, y un tercer espacio en el que creo que hay que pararse y repensar, que es el referente al deporte participativo popular. Un dato: en el último Plan Vasco del Deporte que se aprobó, los practicantes de deporte federado son el 9%. Es decir, mayoritariamente los ciudadanos que practican deporte no están federados. Lo que pretendemos es consolidar un espacio de reflexión de abogados que nos movemos en un campo, del que convienen dar algunos datos. El último Plan Vasco del Deporte en la CAV supone el 2% del PIB.

¿Y qué más problemas preocupan a la Asociación?

Aunque pueda parecer sorprendente, el mundo del deporte es especialmente conflictivo o muy conflictivo. Sobre todo en las esferas profesionales, como la Bandera de la Concha que siempre termina con pleitos de todos contra todos... Se elimina una trainera por un problema administrativo. Mira si es importante el derecho. La eliminación de una trainera fue por un problema de gestión administrativa.

¿Es sostenible este modelo en el que las federaciones dependan tanto del dinero público?

Hace poco fui a dar una conferencia en la Unión de Federaciones de Álava y la máxima preocupación que tenían era el recorte presupuestario para 2012. Porque son entidades privadas que ejercen competencias públicas pero están mayoritariamente financiadas por el ámbito público. Nosotros creemos que es necesario repensar el modelo de vinculación del deporte al sector público. Es posible que no sea sostenible, pero no por una no vocación de los diferentes ámbitos gubernamentales, sino por una realidad presupuestaria. La sociedad percibe que en todos los ámbitos hay una racionalización del gasto, una contención del gasto en un marco de recortes, entonces es difícil pensar que esto no vaya a afectar al deporte. Hay debates más complejos, porque en estos tres carriles de los que hablamos igual hay que priorizar unos sobre otros. ¿La sociedad está dispuesta a que se priorice el deporte popular y participativo en contra de una financiación del deporte profesional? ¿Está preparada para eso la sociedad? ¿Está preparada para un modelo como el inglés, en el que el deporte estrictamente profesional no recibe una sola libra de la administración pública? Aquí hay un debate interesantísimo: como la subvención directa no es posible, los gobiernos y las diputaciones dan dinero a los clubes en cantidades muy importantes, vía publicidad. Yo patrocino a un club profesional porque lleve Euskadi o Bizkaia en la camiseta. Pero es que las instituciones públicas pueden llegar a tener problemas en sus dotaciones presupuestarias para este apartado.

¿Qué opina de la polémica que existe porque las radios no pueden entrar a los campos de fútbol?

Puedo dar una posición muy, muy personal. Hay un salto peligroso en la consideración de que la labor que realizan las radios sea de interés social. ¿Realmente los letrados nos hemos parado a pensar en el problema jurídico que se deriva de ello? El fútbol es un negocio en el que los medios de comunicación entran y meten cuñas publicitarias que dependen de que tú entres en el campo. Hay que ver si todo este entramado empresarial puede ser considerado de interés público.

¿Por que hay muchos juicios entre futbolistas y sus representantes?

La cuestión de los agentes FIFA está sometida a un derecho internacional muy concreto. Curiosamente un abogado ya puede realizar las competencias que antes estaban reservadas a un agente FIFA. Como en cualquier contrato privado entran en juego los intereses. Los agentes, de la concreción de la transacción depende su minuta. Griezmann dice ahora que se quería ir de la Real por la presión del representante. Es que si no se va, el representante no cobra.

¿Se puede hacer algo para evitar que los clubes de fútbol no recurran a la Ley Concursal de manera tan banal?

Eso es lo que querríamos como juristas y como ciudadanos. La Ley Concursal hasta la última de las reformas -la nueva establece que los clubes que se acojan a ella tendrán una sanción deportiva- ha sido un segundo plan de saneamiento, es como si les perdonasen las deudas. Los grandes acreedores, por ejemplo, de la Real Sociedad, eran Kutxa y Diputación; es decir, la Diputación. A eso nos ha llevado la Ley Concursal. Entrar en concurso era garantizar la supervivencia de lo clubes, garantizar que no bajasen, en contra de las arcas públicas, porque todos los acreedores eran administraciones públicas.

¿Se puede indagar más jurídicamente sobre las selecciones vascas y su ámbito de competición?

En la Asociación tenemos que abordar ese debate. Esperamos que algún día resuelvan sobre el artículo 3 de la Ley Vasca del Deporte que lleva más de 17 años en el Tribunal Constitucional y que se rían del Estatuto catalán cuando tardó cuatro años. Los que provocaron este pleito no les interesa que esto se resuelva ahora, esto es una visión totalmente especulativa. Esto empezará a cambiar cuando se entienda que el concepto de la oficialidad no existe. Quien juega el Campeonato del Mundo no es España, sino la Federación Española, que es un ente privado. Lo que tú tienes que conseguir es buscar el reconocimiento mediante un pacto político o si no, montar torneos alternativos. Si tu valor jurídico es la búsqueda de la oficialidad es difícil conseguirlo en el sentido de que los que juegan no son oficiales de nada, si no que representan a una Federación que es privada.