El cordero se convierte en lobo
Un gran Bizkaia Bilbao Basket da la campanada y se adelanta en la eliminatoria contra el Valencia Los de Katsikaris superaron con éxito la defensa agresiva del rival y no se diluyeron en el tramo final
BILBAO. Iniciaba el Bizkaia Bilbao Basket su tercera singladura por unas eliminatorias por el título de la ACB luciendo el papel de víctima ante el equipo del momento, el Power Electronics Valencia, el rival al que nadie quería en su camino, y de buenas a primeras el equipo de Fotis Katsikaris se ha quitado el disfraz de cordero para mostrar el lobo que lleva dentro. Su primera dentellada fue profunda, certera, de las que hacen daño a la víctima y la dejan desangrada, moribunda, con un hilo de respiración en sus secos pulmones. El 72-79 registrado en La Fonteta es un jarro de agua fría para la formación taronja y un chute de energía para los hombres de negro, que nunca habían ganado un partido de play-off, una inyección de confianza en sus posibilidades de avanzar a semifinales.
Ver para creer. El Bizkaia BB destapó el tarro de las esencias en el instante preciso, en el momento de la verdad, su talón de Aquiles hasta el momento, pues siempre tropezaba cuando se esperaba que diera un paso al frente. Ayer dio un salto hacia adelante, hacia la siguiente ronda, gracias a que jugó un partido de matrícula de honor en todas las facetas. Pesic, perro viejo en estas lides, planteó un encuentro volcánico, efervescente, sin saber quizás que es en esas situaciones en las que mejor se desenvuelve el conjunto vizcaino, dubitativo en ocasiones cuando tuvo que jugar ataques largos y elaborados, pero certero como un misil Tomahawk cuando el Valencia adelantó sus filas, presionó dos contra uno, y tuvo la oportunidad de jugar directo, vertical, como un cuchillo de cortante filo penetrando en el aro de los anfitriones. Gracias a esa clarividencia y precisión en el barullo, los visitantes consiguieron adelantarse en el marcador con rentas superiores a los diez puntos que supieron mantener incluso en un final en el que parecía que el rumbo de la contienda podía sufrir un giro de 180 grados. Pero esta vez no hubo temblores traicioneros ni crujir de dientes. Los de Katsikaris supieron en todo momento que estaban ante una oportunidad histórica y, pese a la tormenta desatada por el Valencia y por un público que criticó hasta el límite la actuación arbitral, fueron capaz de llevar su nave a buen puerto.
Los hombres de negro triunfaron porque supieron ofrecer en todo momento lo que el partido precisaba para salir airosos. La apuesta bulliciosa de los anfitriones, duros pegadores y agresivos en defensa, encontró su justa respuesta con un juego ágil, centelleante y vertical que permitió al Bizkaia BB anotar canastas sencillas con solo tres o cuatro pases. Así llenaron su zurrón los Mavroeidis, Hervelle y Sonseca, tremendos en el juego interior, resolutivos en ataque y firmes en defensa ante pares de cuidado. Los árbitros permitieron el contacto y el choque de trenes no se hizo esperar, sin que ninguno de los contendientes diera un paso atrás al armar el brazo, ya fuera para anotar o para repartir estopa.
Tampoco se achantaron los visitantes cuando en el último cuarto entraron demasiado rápido en el bonus y empezaron a sentir el gélido aliento del rival en el cogote (68-70). Lo que hicieron fue amoldarse a las condiciones ambientales, mimetizarse con el entorno. "Si quieres sobrevivir a una guerra, conviértete en guerra", que decía John Rambo en Acorralado. Con el Power Electronics enchufado y el Bizkaia BB moviéndose en arenas movedizas -pérdidas de balón, ataques demasiado espesos y canastas fáciles falladas- Fotis Katsikaris pidió un tiempo muerto y optó por simplificar las cosas: balones a Jackson. El base de Hartford no es nuevo en ese complicado arte de resolver partidos de infarto, a veces con éxito y otras errando, y en la noche de ayer no tuvo problemas para volver a asumir la responsabilidad. Un tiro de seis metros, una penetración marca de la casa y una asistencia perfecta para triple de Vasileiadis, su loco brother, dieron carpetazo al partido y dejaron al Valencia con un palmo de narices, atenazado por la presión de sentirse favorito.
Control del luminoso Y es que el Bizkaia BB logró algo que a priori parecía muy complicado: llevar el control del partido de inicio a fin. Desde que una canasta de Sonseca colocó el 11-12, nunca perdió el dominio del luminoso, llegando a acumular una renta de diez puntos en el ecuador del segundo acto (18-28). Con los de Katsikaris destrozando su defensa presionante, el Valencia se resistía a perder más terreno amparado en la muñeca de Rafa Martínez y Omar Cook, pero el dominio de la pintura, con Sonseca, Hervelle y Mavroeidis en estado de gracia, pertenecía al rival y el 37-46 era un aviso para navegantes: el Bizkaia BB empezaba a afilar sus garras.
En la reanudación, los de Pesic llegaron a ponerse a solo cuatro puntos, pero el Bizkaia BB supo sobreponerse para llegar a los diez minutos finales con un interesante colchón, 53-64, tras triple de Warren. Esos primeros minutos del acto final estuvieron repletos de dudas y errores, hasta el punto de que el 68-70 llegó a hacer temer lo peor, pero Fotis Katsikaris, que también tenía pendiente alguna cuenta con Valencia y su público, maniobró con agilidad, dio la batuta a Jackson y el cordero se convirtió en lobo. ¿Habrá mordisco definitivo mañana?