BILBAO

14 de noviembre de 2010; Abu Dhabi. Fernando Alonso se desespera al volante de su Ferrari mientras maldice su mala fortuna. El Mundial se le escapa entre los dedos. Una brillante estrategia de Red Bull y una respuesta equivocada de Ferrari han convertido en una pesadilla lo que parecía un trámite y el piloto asturiano, fuera de sí, acumula vueltas y vueltas observando, impotente, la parte trasera del Renault de un anónimo Vitaly Petrov. Desbocado, el bicampeón mundial intenta quitarse de delante al novato ruso, pero este, sabedor de que está en el momento más importante de su carrera, ni se inmuta. Resiste todas las cabalgadas del Cavallino, hasta las que ponen en riesgo la continuidad de ambos en carrera. Solo Sebastian Vettel, que se proclamó campeón del mundo, acabó en aquella carrera con mejor sabor de boca que él, mientras que Alonso, comprensiblemente decepcionado, lamenta que su rival se hubiese defendido "como si se hubiese estado jugando la vida".

Quizás fue así, si de lo que hablaba el ovetense era de la vida deportiva. Petrov, perteneciente a la estirpe de pilotos que han llegado a la parrilla gracias a las aportaciones económicas de sus patrocinadores, no tenía garantizada su continuidad en Renault y aquella carrera le favoreció claramente al colocarle bajo un gran foco mediático.

Petrov no ha tardado en devolver el crédito depositado en él y ayer subió por primera vez al podio en su trayectoria en la Fórmula 1 al acabar tercero en Albert Park... otra vez por delante de Alonso, quien en los últimos giros intentó presionarle para que cometiera algún error, algo que finalmente no ocurrió. Tras una excelente salida y una acertada estrategia a dos paradas, el ruso corrió gran parte de la carrera cómodamente instalado en la tercera posición. Cuando Alonso salió por última vez de boxes a 15 vueltas del final, la ventaja del de Renault rondaba los catorce segundos. El ovetense, con sus neumáticos mucho más afinados, comenzó entonces las tareas de persecución ganando terreno a pasos agigantados, aunque Petrov supo actuar con frialdad y se guardó para el final un par de veloces giros que acabaron por echar por tierra los intentos del pupilo de Stefano Domenicali de subir al podio en la primera carrera de la temporada. Su lugar lo ocupó Petrov, convirtiéndose en el primer ruso que ostenta este honor en la máxima categoría. A tenor de lo demostrado por su monoplaza, puede que vuelva este mismo curso.