QUÉ voy a contar de Félix Espilla que no se sepa ya? El de Berriatua lleva ya más de 32 años en la élite de la cesta. Para mí, Félix, como pelotari, como puntista, ha sido la referencia de los últimos 20 años entre los zagueros, ahora en el último lustro sí han salido otros grandes zagueros como Imanol López, Eric Irastorza o Gotzon Enbil. No obstante, la referencia sigue siendo Félix, aunque dentro de unos años, quizá sean ellos la referencia. Pero, hasta la actualidad, lo es el berriatuarra.
Félix ya empezó a asomar la cabeza a finales de los ochenta y, en los noventa, ya cogió el liderato hasta hace poco. Incluso este mismo año, el de su retirada, podía haber redondeado su último curso con una victoria en la final del Mundial del Parejas, al que llegó con Julen Bereikua y tocado. Hubiera sido una de las guindas del pastel, pero el pastel entero ya lo tenía, comido incluso. Llegar a una final y no poder acabarla ya es mala fortuna, pero eso solamente hubiera sido una guinda más.
En el plano deportivo, Félix ha ganado todo lo que podía ganar. Sin embargo, una de las cosas que más le han caracterizado, aparte de los triunfos, han sido las ventajas que siempre ha dado. La faceta de Félix en la cancha ya está todo dicho: la derecha, el revés, lo pelotari que es, lo grande que ha sido... Pero igual lo que nunca se ha comentado es lo grande que ha sido como compañero. Con la categoría como pelotari que ha tenido él, hacía entrar a gente de menos nivel a los partidos. Él ha sido el padrino ideal para todos aquellos pelotaris jóvenes que empezaban a despuntar y a entrar en estelares. Entonces, para todos esos chicos que venían desde abajo, Félix ha sido el padrino y el compañero, porque nunca miraba a nadie desde el pedestal, ideal. A cada chico que venía, lo calmaba, lo arropaba y le hacía jugar como sabía. Nunca hacía un mal gesto, nunca montaba una bronca, al revés, era todo ánimos. Los nervios llegaban hasta el vestuario, después allí se quedaban. Era capaz de calmarlos y de portarse de cine con ellos. Yo creo que Félix, en ese aspecto, se parece a Chucho Larrañaga, que aparte tenía muchas cualidad y era muy bueno.
Como persona es excepcional también. Si como pelotari ha sido bueno, que ya lo sabe todo Dios, como persona ha sido mejor. Siempre en cada sitio en el que está trata de crear buen ambiente. Nosotros hemos coincidido en sitios como México o Barcelona, en algún campeonato, donde Félix siempre estaba de buen rollo con nuestros partidos y con nuestras chácharas.