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A más resistencia, más Xala

Yves resuelve por jerarquía ante Arretxe II en un duelo sin efectos clasificatorios

A más resistencia, más XalaFoto: ainara garcía

Duración 57 minutos; 11 de juego real.

Saques 3 saques y una falta de Iker Arretxe.

Pelotazos Se cruzaron un total de 259 pelotazos a buena.

Tantos en juego 18 de Xala por 7 de Iker Arretxe.

Errores 6 de Xala por 3 de Iker Arretxe.

Marcador 1-0, 1-1, 1-2, 2-2, 7-2, 7-3, 7-5, 8-5, 9-6, 12-7, 15-8, 16-9, 16-10, 18-10, 18-16 y 22-16.

Incidencias Floja entrada en el Municipal de Bergara. El dinero salió 100 a 30 por Xala. Aitor Zubieta realizó tareas de botillero para Xala, mientras que Fernando Arretxe aconsejó a su hijo Iker.

bilbao. No tenía valor en el parqué bursátil el triunfo en el Municipal de Bergara, que acogía un duelo rutinario, de aspecto funcionarial, porque Xala lucía ya en semifinales -se enfrentará a Asier Olaizola- y a Iker no le alcanzaba ni con el triunfo para asomar a semejante podio, eliminado como estaba de la ecuación. A pesar de tratarse de un asunto engorroso, sin más premio que la honra, la dignidad, el orgullo y otros intangibles aplicables a cualquier profesional que se viste de blanco, el duelo se sostuvo con cierto pulso y pálpito por el continuo afán contestatario de Iker Arretxe, un pelotari que jamás cede, que desconoce lo que supone izar una bandera blanca en el peor de los escenarios, cuando una renuncia es, incluso, comprensible. Sucede que no es de los que economiza esfuerzos Iker, un clon de su padre Fernando y su magnífica genética competitiva, de su alma guerrillera. Lo supo de primera mano Xala, superior de punta a punta, obligado, sin embargo, a una conexión permanente en la tarea para doblegar al joven delantero, dispuesto siempre a pelear, a exigir otro pelotazo más al lekuindarra, enchufadísimo al espinazo de la competición. Desde semejante estado anímico se propulsó Yves, muy por encima su pegada de la de Arretxe II, que a pesar de todo no se venció, colgado como estaba a la supervivencia, a la perseverancia. Y a más resistencia, más Xala.

Evidenció el lekuindarra su jerarquía en el juego cuando Iker trató de presionarle desde la trinchera, el hogar del delantero de Luzaide, desde el cuál es capaz de impulsarse. Elevó el bombeo de su pegada y ajustó el remate Xala para disolver la crecida de Iker, que del desasosegante 18-10 se colocó a un par de palmos- con un esperanzador 18-16- tras encolar la mejoría en su despliegue y cierto bajón de Yves, un punto relajado. Concedió tres saques Xala en este tramo, dos de ellos de manera consecutiva, que alimentaron las ilusiones de Iker, que no se dio respiro en un hábitat de rostro selvático por la humedad y el calor que se instaló en el frontón atravesado el meridiano.

Ocurre que el Manomanista -la más inmisericorde e implacable de las competiciones por difícil, severa y exigente- retrata más que ninguna otra especialidad el trecho que separa a una figura entronizada, caso del lekuindarra, de un meritorio con agallas, arrojo y una defensa impecable que linda en el infinito pero escaso de pegada, caso de Iker. Así que cuando el debate adquirió tintes oscuros para el lapurtarra, éste engranó una marcha más y sacó de punto a Iker, que estaba realizando un esfuerzo homérico, a un milímetro del límite, mientras que Xala, suficientemente fresca y achispada la pegada, tenía aún capacidad de endeudamiento. El tesoro de Yves fue la aceleración, la posibilidad de gestión y manejo a esa velocidad, propia de los manistas que viajan en primera clase y que dislocan a los que aún no lo son porque no pueden soportar el calvario, el castigo que supone trascender las fronteras propias.

El estirón del lekuindarra, firme y convincente en el recta definitiva, terminó por estrangular los pulmones de Arretxe II con una tacada de seis tantos consecutivos que cerró un debate que evidenció el fenomenal estado de forma de Yves, clarividente en el remate -se cobró 18 tantos en juego- con un manual de estilo que mezcló la dejada, el gancho, la volea y las aperturas de zurda. A todo eso Iker contrapuso resistencia, a lo que Yves contestó con más Xala.