EIBAR. Roberto García Ariño, lo llama chin, un sonido de raíces onomatopéyicas, que emplea para concretar el swing de Patxi Ruiz, que lo asciende en la jerarquía lingüística y le dice gloria. El chin que revela el técnico de Asegarce y la gloria del zaguero de Lizarra son sinónimos porque ambos términos ilustran el estado anímico de Ruiz, el más ciclotímico de los manistas que necesita cucharadas soperas repletas de motivación para optimizar su rendimiento, proclive al desencanto cuando no acude con todos los parámetros que le rodean debidamente ajustados y calibrados. "Cuando está bien, motivado... chin y la pelota le sale de la mano con enorme facilidad, pero no siempre es así", confiesa García Ariño sobre un pelotari configurado para el Manomanista por recursos y genética pero cuyo rendimiento es siempre un tiro al aire por un físico vulnerable y, sobre todo, por su mentalidad, quebradiza ante rivales menores, blindada sin embargo frente a los grandes retos siempre que a estos se les desbrave la presión. El del domingo ante Xala en el Astelena de Eibar lo es. Al menos así lo entiende Patxi Ruiz, redimensionado el de Lizarra tras doblegar con facilidad a Begino en la ronda previa al acceso de la liguilla de cuartos del Manomanista y refrendado su espíritu tras recoger un favorable 22-5 ante Aimar, después de que el de Goizueta se lesionase con el 5-8 en contra. "Pero hasta ese momento me estaba sintiendo muy bien en la cancha, estaba a gusto", apunta el de Lizarra desde una sonrisa que no esconde y que se balancea juguetona en su rostro.

La tez risueña de Patxi Ruiz -"es que estoy en la gloria, sin dolores, pudiendo entrenar con asiduidad", reconoce sin disimulo- es una señal de advertencia para el delantero de Lekuine, intuitivo, atento a todo lo que le rodea a pesar de su aspecto disoluto. Xala es un buen fisonomista porque su apunte fue anterior a la confesión de Ruiz. "A Patxi se le nota que está bien. ¿Que dónde se le nota? En la cara", expone Xala dibujando un círculo a la altura de su rostro para darle fuerza a su pensamiento. Las palabras del zaguero de Lizarra acompañan la sensación de Yves. "Este año estoy con ganas. Con mucha ilusión. En los entrenamientos me encuentro pletórico. Hacia mucho tiempo que no tenía esta clase de sensaciones".

Aunque se reconoce en un estado óptimo de forma y con la moral plena, Patxi Ruiz sabe del potencial de Xala, al que padeció en 2004 en Zarautz, cuando cedió con facilidad (perdió 22-6). "De eso ha pasado mucho tiempo y no tiene nada que ver cómo estaba entonces a cómo estoy ahora. Eso sí, creo que Xala llega muy bien. Ganó el Parejas y está con juego. Es muy peligroso". A Yves, aunque con menor virulencia que a Patxi, también le han embestido los desajustes en el Manomanista. "A Patxi y a mí nos pasa algo parecido en éste campeonato. Llevamos tiempo sin hacer algo bueno en el mano a mano y ahora tenemos ganas de hacerlo bien". Con el deseo de impulsar las palabras con los hechos, ambos se citarán el domingo en el Astelena de Eibar en busca de una plaza que les sitúe en semifinales, aunque dicen no pensar en ella.