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Para nosotros fue una gran sorpresa descubrir que Miss Oh iba a por los catorce ochomiles", señala Juanito Oiarzabal, montañero con amplia experiencia que conoce las cumbres con más pedigrí del planeta. El gasteiztarra es una eminencia del alpinismo y por ello evalúa como "sorprendente" la trayectoria de la coreana durante el pasado año. No en vano, en 2009 la asiática holló cuatro cimas: Kangchenjunga, Dhaulagiri, Nanga Parbat y Gasherbrum I. Asimismo, la temporada anterior completó otro póquer de montañas en solamente 152 días. "La trayectoria de Miss Oh ha sido cuanto menos ejemplar, en el sentido de que aun siendo una mujer y teniendo un cierto presupuesto hay que tener ganas, ilusión, ambición... para subir tantos ochomiles", remienda el alavés.

Retrata a la coreana su infraestructura. La logística que maneja Miss Oh es una bomba de oxígeno en un mundo en el que la competición estaba de lado, pero al que le ha otorgado un papel alejado de la ética del alpinista sacrificado. Juanito, ducho en ascensiones económicamente potentes, sabe de lo que habla. "El que tú llegues al campamento base con un helicóptero supone que tienes más dinero. Nosotros también lo hemos hecho, teniendo ciertas condiciones monetarias te puedes permitir ese lujo. Pero no tiene mayor significado. No quiero hacer de abogado del diablo ni mucho menos. Pero al César lo que es del César", alimenta Oiarzabal la leyenda de la coreana aupada en esa maquinaria imparable que supone Black Yak y las empresas de su país. El gasteiztarra es consciente del trabajo que también cuesta a Oh Eun Sun hollar las catorce cumbres. "Hay que ser un poco realista. La asiática está haciendo su trabajo, tiene sus medios y no hay que criticarla. Está claro que queremos que sea Edurne la primera en conseguir llegar a los catorce, pero no hay que restarle valía a la coreana". "Te pueden quitar méritos tu ética personal, la forma de escalar, la manera de subir...", admite el veterano montañero, sin embargo apostilla que "yo no tengo porqué hacer una crítica a Miss Oh por tal y como está haciendo montaña".

Ascender con Oxígeno Es el Kangchenjunga la china en el zapato de la coreana. Su punto débil. La razón de las dudas. Ocurre que cuando la alpinista alzó la cumbre no realizó la foto de rigor. "Por amenaza de fuertes vientos", explicó más tarde. Asimismo, la asiática no vio unas botellas de oxígeno que unos expedicionarios de su país dejaron en la cima. Es entonces cuando la liebre salta. La coreana comenzó a estar en el disparadero y sus métodos salieron a la luz. Además, también, se pone en duda que haya hollado varias cimas sin la ayuda de oxígeno. Oskar Porras, que en agosto de 2009 rondaba el Gasherbrum I, desgrana que: "Yo no la vi utilizar oxígeno". "Que cada uno haga la montaña como quiera. Seguro que la gente que lo critica anda parecido", espeta. El guipuzcoano holló la cumbre de la montaña paquistaní a escasos pasos de la coreana, quien llegó el 3 de agosto. "Yo hice cima detrás de ella, a diez metros o así. Cada uno es mayorcito para saber lo que hace. Lo que hay que hacer es escalar y luego no vender otra cosa. Decir lo que haces y punto", manifiesta Porras. Apela a la verdad y a la honestidad del montañero para salvaguardar los mimbres del alpinismo.

En la ascensión al Hidden Peak, Unai Zendoia también coincidió con Miss Oh. "Cada uno hace la montaña como la ve. Yo la hago como la observo y cada uno tiene su forma de plantearlo. Es verdad que es un punto a favor el apoyo económico que ella tiene detrás. Está claro que si todos tuviéramos una gran ayuda como ella buscaríamos las mejores formas posibles de llevar a cabo nuestros objetivos", esgrime el alpinista, que estuvo junto a Porras en la ascensión a la cumbre mitad china mitad paquistaní. "Al final cada uno tiene la opción de hacer la montaña como pueda", remacha el donostiarra.

"Va como una fiera" "Es verdad que va un poco en plan fiera intentado hacer todo como sea, quizás de una manera poco ética a veces. Se podrá criticar lo que sea pero cada uno es libre de escalar como quiera. Sí es verdad que hay una serie de limitaciones que uno se tiene que poner y en la medida de lo posible atender a eso", declara Juanra Madariaga, que lleva más de veinte años recorriendo el mundo y sus cumbres. Es el bilbaino conocedor de las técnicas de Miss Oh en las catorce cimas. "Lleva muchos sherpas, mucha cuerda y quiere hacerlas como sea. ¿Es criticable? Puede ser. Pero también hay tantas cosas que tenían que ser criticables en la montaña...", admite el de Begoña que, a la vez, alaba la capacidad de la alpinista asiática. "Carlos Soria me ha dicho que es una persona encantadora -la coreana ayudó al madrileño a hollar el Gasherbrum I-. Además es una mujer con una fuerza física excepcional y que tiene una caña de la leche", remata.

"Hacer un ochomil hoy en día, por muy fácil que lo tengas o por muy pequeño que sea, es duro. Tienes todas las posibilidades de no hacer cima porque tienen que darse muchas circunstancias para llegar arriba. Y esta mujer lo está haciendo", sostiene el bilbaino.

El tejido competitivo que está envolviendo la carrera por llegar a las cimas, a juicio del de Begoña, es "un poco histérico". Asimismo, el alpinista, precisamente por eso, analiza la validez de las cumbres. "Que utilice oxígeno, que no, que haya toda esa crítica por detrás... siempre va a existir. Todo esto podrá salir a la luz una vez que haya hecho todos los ochomiles y que luego, por ejemplo Gerlinde, los haga todos sin oxígeno. Igual se acabará valorando más las trayectoria de la austriaca que la de esta mujer. Al final el tiempo pondrá a cada uno en su sitio", remata con la sabiduría de los años el vizcaino.

"En los países asiáticos tienen bastantes pocos escrúpulos a la hora de hacer las montañas. Por ejemplo, en el Everest encontré basura en los campos de altura, sobre todo eran sopas y botellas con ortografía china o japonesa", finaliza Juanra Madariaga.