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Existe en Gernika un templo pagano. Una edificación sobre la que orbita una disciplina. Una escuela. Es el frontón Jai Alai, cuna de la cesta punta. Disciplina plástica anexionada a la dificultad de la enseñanza. Entre sus paredes se erige la Gernika Euskal Jai Alai Eskola. "La escuela nace a raíz de la huelga de 1989 en la que se cierran todos los frontones", señala Gonzalo Beaskoetxea, director técnico de la escuela y puntista reconocido, que con sólo 14 años logró la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de México. "Llegó un momento de incertidumbre y preocupación, en la que fuimos generando la escuela en el 91", explica el gernikarra. "Al principio era itinerante y competían los diez o doce chavales que llevábamos en las canchas en las que podíamos", asegura el técnico. Dos años después, la historia recompensó a los nómadas de la cesta en el templo de la modalidad. En 1993 la escuela se instauró en Gernika. Con labor de zapador, excavando en los cimientos de la especialidad, para buscar joyas por pulir.
"En la actualidad contamos con casi medio centenar de jóvenes que están aprendiendo", comenta Beaskoetxea. Las categorías que comprenden estos puntistas son desde escolares hasta continentales. "Todos los viernes de febrero, marzo, abril y mayo organizamos una velada llamada Los Viernes de Gernika. En ella se dan cita jugadores jóvenes y, a partir de las 20.00 horas, participan incluso campeones del mundo", desgrana el técnico. En los festivales, se experimenta con un estilo de juego denominado quiniela americana -"como si jugaran a primis"-, en el que la rapidez y la plasticidad se entremezclan sobre el verde de la cancha gernikarra. "Los patrocinadores -Kiroljokoa, Nueva Europa y Seguros Gaizka Etxeandia- son los que nos dan la oportunidad de ofrecer un espectáculo de estas características en Gernika", sostiene agradecido Beaskoetxea. "La nueva modalidad que estamos poniendo en liza parece que está gustando mucho al público. Estamos haciendo internacional a Gernika", remienda el ex puntista. Aunque, pese al trabajo desarrollado por la escuela, la cesta punta no termina de explotar en su propia cuna. "Casi hay más repercusión en Catalunya y Francia. Aquí tenemos pocos medios y así es difícil. Pese a ello, las últimas funciones del pasado año conseguimos atraer bastante gente al Jai Alai", evoca. La escuela, con la intención de promover la disciplina puntista, a la vez, no cobra entrada al respetable e intenta obsequiar con presentes a los asistentes.
"Estamos trabajando duro para sacar adelante el proyecto y formar a los chavales", analiza el entrenador. Desde su experiencia se unen sentimientos de juventud con el peso de los años bajo el techo de un frontón. La cancha es un mapa tan explorado para el gernikarra como la palma de su mano y la enseñanza es la manera de canalizar su saber. "Estamos con gente que quiere mucho a la pelota y a la cesta. Intentamos, por lo tanto, asesorar deportivamente, pero, sobre todo, formar personas de la mejor manera posible. Al fin y al cabo, la cesta es una manera de exponer internacionalmente el pueblo de Gernika", explica. Olvidada la bisoñez en las canchas más allá del Atlántico, Beaskoetxea traduce en sus palabras las premisas de la escuela. "Formamos a los jóvenes para el futuro, hacemos que estudien. Pero, aquel que no vale para ello, optamos por darle una vía laboral mediante la cesta. Con esfuerzo se puede llegar a colocar a los puntistas en los frontones de Estados Unidos", remacha el técnico. Habla desde las entrañas de la historia, la cual conoce desde la veteranía. "De esta cancha han salido ya unos 400 profesionales, que son nuestros embajadores por todo el mundo", añade.
"La escuela es la moradora del Jai Alai. Un frontón emblemático que a veces pasa desapercibido entre nosotros. Sin embargo, muchos arquitectos de fuera vienen a ver el edificio. Nos afanamos siempre en que vean el festival y acaban diciendo: ¡Esto es lo más grande que hay!", remienda Beaskoetxea. El maestro desvela el secreto del santuario pagano de la cesta -"Es la cancha sobre la que están basadas el resto de Estados Unidos"- bajo un halo de misticismo. Envuelto en la liturgia de la plasticidad del remate y del saque. "Pese a que andamos justos tenemos muchas ganas de seguir trabajando en la cesta y en el frontón", finaliza Gonzalo. En sus palabras se destilan las impresiones de la Gernika Jai Alai Eskola, que lleva más de dos décadas surtiendo de puntistas el tejido competitivo de la cesta, desde su templo.