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"Alberto está pletórico"

Sin la inquietante presencia de Armstrong y rodeado de ciclistas entregados, Contador desborda entusiasmo w "Mi motivación es seguir ganando", asegura

"Alberto está pletórico"

bilbao

Alberto está pletórico", cuenta con convencimiento salvaje el entorno del chico de Pinto, concentrado desde ayer y hasta el próximo 24 de enero en Calpe, donde despereza el Astana, una estructura en estreno, opuesta en todo, o casi, a la que la pasada temporada albergó bajo el mismo techo a los dos ciclistas con más carácter del pelotón, Armstrong y el propio Contador, que finiquitaron su tensa relación para abrir un periodo de enfrentamiento fratricida, de guerra abierta y bipolar -un Barça-Madrid- del que saca partido el ciclismo, pues gana en interés, en atención. Desvestido de jerarquía -con Armstrong se han ido al RadioShack Leipheimer, Klöden, Popovych, Paulinho o Zubeldia, la columna vertebral del equipo en el pasado Tour de Francia-, Contador ha optado por bordar el equipo con hilo de fidelidad para diseñar el abrigo que echó en falta el campeón solitario del Tour, pletórico ya desde enero.

Su estado de éxtasis nada tiene que ver con el aspecto físico, pues el madrileño, incluso, planea llegar a su estreno en la Vuelta al Algarve en febrero algo menos entonado que en 2009. La revolución es interior. "Está contento, entusiasmado", cuentan desde Calpe. Es, lo reconoce el propio Contador, porque falta Armstrong, su arrolladora presencia. "La rivalidad existe, es cierto, pero sin él en el equipo me encuentro más tranquilo que el año pasado y me puedo centrar más en la bicicleta", respondió el madrileño cuando alguien le preguntó ayer, en una rueda de prensa que se pudo seguir en directo a través de la página web de Specialized -la firma americana que surte este año a Contador y su equipo-, si el hecho de no convivir con el fenómeno americano le haría ahorrar energía. La afirmación del líder del Astana y el hecho de que asegurase también que no presta atención a las afirmaciones, punzantes siempre, retadoras, provocadoras, de su rival demuestran lo alejados que están el uno del otro. "No leo ni su Twitter ni nada de lo que comenta. Sólo me llegan algunas cosas porque los compañeros o amigos se acercan y me cuentan que Lance ha dicho esto o aquello", dijo.

Contador vive ahora refugiado en su burbuja, cobijado en el vientre de un grupo que le ha prometido lealtad eterna y del que no desprecia el madrileño su calidad. "Se habla mucho del potencial que hemos perdido, pero estos días, aunque aún es pronto, hemos estado haciendo cálculos y para el Tour contamos con 12 ó 13 corredores que pueden acompañarme. Ése es un buen síntoma, de que hay calidad, además de ser un estímulo para luchar por el puesto", explicó sin entrar en matices, sin asegurar a nadie el dorsal, pero destacando "la experiencia" de Benjamín Noval, "la motivación" de Óscar Pereiro, "la juventud" de David de la Fuente, Navarro o Jesús Hernández, "la fortaleza" de Gorazd Stanjelj y, claro, la de Alexandre Vinokourov. "¿Y su pasado Alberto? ¿Qué opinas de su pasado, de su positivo, de los dos años de sanción...?", le preguntaron a Contador. Y el chaval, coincidiendo así con Armstrong cuando el americano defendió el derecho de Floyd Landis a volver a correr tras cumplir su sanción, expuso, sin que su rostro registrase variación alguna, que el pasado era pasado y que nada tenía que ver con el presente. "Era y sigue siendo", dijo, "un grandísimo corredor con el que siempre he tenido una buena relación y con el que no va a haber ningún inconveniente", zanjó para posteriormente incidir en la importancia táctica que debe adquirir en el Tour "el corredor más fuerte del equipo en la montaña". "Su experiencia será importante, me puede ayudar mucho", explicó el ciclista que en 2009 demostró ser superior a todos tanto física -aún tiene margen de mejora, pues, además de su juventud, unas pruebas realizadas ayer demuestran que puede mejorar la eficacia del pedaleo de su pierna derecha- como mentalmente, ya que gestionó su enfrentamiento con Armstrong con madurez pasmosa y se reveló ambicioso, voraz en extremo durante todo el curso. Le compararon así con Merckx, el caníbal.

"¿Lo sigue siendo? ¿Sigue igual de motivado?", le azuzaron. Y el chico sonrió, le brillo un colmillo y dijo: "Mi motivación sigue siendo la de seguir ganando".