“La magia es lo que alguien hace para ver feliz a otra persona”
El Mago Óliver y su compañera Liuba representarán al estado en el Campeonato Mundial de Magia entre hoy el próximo sábado en Turín (Italia)
El Mago Óliver y su pareja y compañera Liuba Óliver nos reciben en su estudio ubicado en el barrio de San Inazio donde ultiman los preparativos de cara al Campeonato del Mundo de Magia que se celebrará en Turín (Italia) entre este sábado y el próximo. Mientras ella, visiblemente más tranquila, se termina de maquillar; Álvaro, la persona que encarna la famosa figura del Mago Óliver, se muestra visiblemente más nervioso, no de cara a la entrevista sino con motivo del gran acontecimiento en el que participarán en unos días. Con una amplia trayectoria a sus espaldas y cientos de espectáculos, afrontan este nuevo reto con ilusión y responsabilidad, pero sobre todo con ganas de demostrar lo que tanto tiempo llevan ensayando. En Turín, competirán en la categoría de Street Magic (magia de calle) junto a más de 30 profesionales de Europa, América y Asia.
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Este será el primer Campeonato del Mundo en el que participen. ¿Cómo encaran una competición de este nivel?
ÓLIVER: Ha sido un proceso largo. Hay mucha competencia y hay que pasar mucho filtros, pero al final es un premio a una larga trayectoria. Lo afrontamos con la responsabilidad de representar al Estado y a Euskadi con la magia que hemos hecho aquí durante tantos años, pero a nivel europeo y con otro público. También con la ilusión y la expectativa de ver con qué nos encontramos.
¿Qué tipo de propuesta van a llevar?
LIUBA: Hemos decidido apostar por lo que llevamos tanto tiempo haciendo, lo que el público ha aprobado.
O: Será un show que hemos hecho tantas veces en las fiestas de los pueblos, porque como competiremos en la categoría de Street Magic, queremos trasladar lo que hacemos en las plazas de Euskadi a las plazas de Italia. Cuando hemos tenido la oportunidad de llevar nuestra magia a personas de otras culturas y otros países, nos hemos dado cuenta de que al final la ilusión del público, sobre todo de los niños, es la misma. Se ríen de los mismos chistes y reaccionan con sorpresa a pesar de las diferencias culturales y la barrera del idioma. Solo meteremos alguna cosa en italiano y en inglés, pero al final la esencia de la magia será la misma.
¿Hay nervios?
O: Liuba está más tranquila, se lo toma con más filosofía. Igual no conoce a muchos competidores y yo al ver la lista digo wow. Al final es gente que son top mundial en el mundo de la magia de calle, pero Liuba me ha enseñado a no tener miedo a nada e ir con nuestro proyecto y nuestra esencia, y que sea lo que Dios quiera. Mi tranquilidad llegará cuando, al acabar los tres pases que tenemos que hacer, hayamos podido mostrar lo que queremos.
L: Competimos contra nosotros mismos. El objetivo es hacerlo mejor de lo que lo hacíamos antes y sacar lo mejor de este show. Tenemos un límite de tiempo de 30 minutos, entonces tenemos que elegir lo mejor y presentarlo ahí.
¿Cuál ha sido el momento más especial que han vivido en su carrera profesional?
O: Yo lo tengo muy claro. Cuando recibimos el Premio Nacional de Magia en Valladolid hace dos años en la categoría de magia cómica. Yo durante 20 años he estado asistiendo como congresista a más de 12 Campeonatos de España, viendo como recogían sus premios y siempre pensaba que daría mi vida por estar un día ahí. Al final se alinearon todos los astros para poder estar ahí haciendo lo que más me gustaba, llevando una propuesta muy arriesgada y muy diferente, y sobre todo pudiéndolo compartir con Liuba. Para mí ese momento, esa emoción, es algo que nunca olvidaré.
¿Cuál es su público ideal?
O: Personas de 2 a 99 años. Me acuerdo una vez que en uno de los pueblos que actuamos se me acercó el alcalde y me dijo que de las 223 personas que vivían allí, todas se habían acercado a vernos.
¿Cómo ven el futuro de la magia?
O: En el mundo en el que vivimos, con todo el tema del acceso a la tecnología, yo creo que para el mundo de la magia es beneficioso por dos cosas. Por una parte, ahora es más fácil aprender. Si alguien que esté leyendo esta entrevista tiene un hijo o ellos mismos tienen afición por la magia, es más fácil que hace unos años acceder a ese aprendizaje, y eso es bueno. Y por otra parte, también es más fácil que te vean. Creo que ahora está más nivelado y es más justo. Antes quizás no sólo había que ser bueno, sino también tenías que tener un padrino, alguien que confiase en ti, un representante. Ahora si alguien es bueno y tiene unos mínimos conocimientos, es más fácil que le conozcan.
L: La única dificultad ahora para mí es ser diferente. Para aprender hay tutoriales para dominar los trucos, pero la magia no es solamente eso. La magia es algo más, es envolver, qué sentido le pones a las cosas, cómo hablas, cómo te comportas.
¿Qué es la magia para ustedes?
L: La magia es amor, porque si no amas lo que haces, no puede surgir la magia. Es emoción, porque si amas lo que haces se generan emociones dentro de ti y las contagias a los demás; y es conexión con lo que haces y con todo lo que te rodea. Y la magia también es humana. Si tú actúas como un robot y no te sales de las normas, la magia no te toca.
O: Yo también añadiría que la magia no solo es lo que los ilusionistas y los prestidigitadores hacemos en un escenario, sino lo que cualquier persona hace para conseguir que otra persona sonría o sea un poco más feliz. En nuestros shows, también pedimos aplausos para todos los magos. Esas madres y padres que cada mañana se levantan a las ocho de la mañana para ir a sus trabajos y poder hacer felices a sus hijos. Eso es la magia.