Primer día de BBK Live 2025 superado con éxito. Todo nos acompañó desde el principio y fuimos tachando cosas de la lista. La hora de quedada (20.15 h.) se cumplió más o menos y eso ya es todo un logro. Una vez reunido el grupo, nos dirigimos a la parada de autobús para subir al recinto con la esperanza de no tener que esperar demasiado. Aunque la cola daba la vuelta al edificio de EITB, la espera fue amena y para eso de las 21.30 h. habíamos conseguido pasar los controles de entrada al recinto y había podido conservar mi bocata de tortilla francesa de chorizo que con tanto cariño me había preparado mi tía. Un triunfo más para el primer día, y eso que solo acababa de empezar.
Una vez dentro fuimos directos a la barra para pedir la primera consumición aprovechando que todavía no había demasiada gente. Ahora sí, vaso en mano, tocó dar una vuelta por la explanada. ¡Ah, y antes de que se me olvide! Finalmente el outfit elegido para este primer día fue el siguiente: zapatillas negras, de esas que cuando les pasas un trapo mojado se quedan como nuevas; pantalón corto negro y una camiseta oversize amarilla con rayas naranjas compradas para la ocasión. Además, una riñonera negra donde cabe de todo, las gafas estilo techno con las que me mimeticé en el ambiente de Basoa, y una sudadera que agradecí sobre todo a la vuelta a casa. Un look muy cómodo y que, más allá de los pies y alguna pequeña salpicadura de kalimotxo, llegó limpio.
Bueno, a lo que íbamos. Tras llenar el vaso, fuimos directos a la zona de stands comerciales. Tras esperar largas colas, me fui con las manos vacías un año más. Una de mis amigas en cambio, ganó un vale de 50 euros para gastar en Vueling y a los demás nos hizo pasar un rato de risas que terminó en aplausos. Sin premio, pero con hambre. Así nos alejamos de la zona de juegos y buscamos un sitio donde poder sentarnos a cenar y descansar las lumbares, ¡que ya estamos mayores!
Después tocaba mover el esqueleto. ¡Qué momento el de bailar! Me considero una persona totalmente arrítmica. Mis pasos de baile son siempre iguales independientemente de la música que este sonando, y consisten en lo siguiente: tener un vaso en la mano para sentir que todo está en equilibrio, y mover el cuerpo de lado a lado. Digno de ver.
Pero bueno, más allá de eso, fue una noche de éxitos y no sólo musicales, ya que todo nos salió a pedir de boca. Disfrutamos mucho del concierto de Pulp, liberamos energía con Ca7riel & Paco Amoroso y apenas hice gasto (6 euros por dos kalimotxos) Pero como se suele decir, una retirada tiempo es una victoria. Así que a eso de las 2 aproximadamente, bajamos hacia el bus de vuelta con la idea de descansar bien de cara a la intensidad que se prevé el viernes y el sábado . Pensando ya en que las previsiones de lluvia no nos agüen la fiesta y, sobre todo, en desengrasar las caderas para darlo todo en el concierto de Bad Gyal. No se me ocurre mejor manera de celebrar mi 25 cumpleaños, así que.... ¡Se vienen cositas!