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Miren Arzalluz: "Mi actitud sobre el Guggenheim Urdaibai, al igual que en otros temas, siempre será la de escuchar”

Presenta la exposición sobre Vito Acconci y Sergio Prego en su primer acto público como directora general del Guggenheim

Miren Arzalluz: "Mi actitud sobre el Guggenheim Urdaibai, al igual que en otros temas, siempre será la de escuchar”Miguel Acera

El Museo Guggenheim Bilbao ha presentado esta mañana en la sala Film & Video una singular exposición que reúne a dos artistas de diferentes generaciones y procedencias, el norteamericano Vito Acconci y el creador vasco, Sergio Prego, cuyas trayectorias artísticas se entrelazaron en Nueva York entre 1996 y 2002 y cuyas prácticas muestran afinidades profundas.

 Se trata además de la primera comparecencia pública de Miren Arzalluz, como directora general del Guggenheim. La historiadora del arte relevó el 1 de abril a Juan Ignacio Vidarte al frente del Guggenheim Bilbao, quien ha estado dirigiendo el museo bilbaino desde su creación hace 27 años. Pero antes de tomar las riendas del Guggenheim, Arzalluz realizó, ya como directora general electa, un proceso de “inmersión” en los museos Guggenheim de Bilbao y Nueva York, un periodo de cuatro semanas en las que ha trabajado con la ayuda de su antecesor en el cargo.

Precisamente, su primer acto ha coincidido con una manifestación ciudadana local Guggenheim Urdaibai Stop en la explanada del edificio de Gehry. Preguntada sobre ello, durante su comparecencia en el auditorio Miren Arzalluz aseguró que “ella siempre ha estado en la disposición de escuchar y hoy, que están ahí fuera, también les he escuchado con todo respeto. Mi actitud sobre este y todos los temas siempre será la de de escuchar”.

Arzalluz ha señalado también la importancia de consolidar al museo como un referente en el arte contemporáneo sin perder su vínculo con la escena artística vasca e internacional.

En el acto de presentación de la exposición han participado, además de Miren Arzalluz, el artista Sergio Prego y el curator Manuel Cirauqui. 

Una de las obras de la exposición que se puede ver en la Sala Film& Video.

Dos generaciones que se entrelazan

Vito Acconci ha experimentado con las mas diversas expresiones artísticas: la poesía, la performance, el videoarte, la instalación y la arquitectura, para tratar temas como el espacio público y el espacio privado, el cuerpo, las relaciones interpersonales y la relación entre artista y espectador. 

El trabajo del artista guipuzcoano Sergio Prego afincado en Brooklyn (Nueva York) se desarrolla en torno a la escultura. Tomando como punto de referencia a artistas de los años 60 y 70, y manteniéndose fiel a la tradición minimalista, crea obras que no sólo expanden el concepto de escultura en el espacio y el tiempo, sino que además, retan las convenciones que rigen la relación entre espacio y tiempo, entre el cuerpo humano y su entorno.

La colaboración y amistad unieron al histórico artista Vito Acconci en los años finales de su carrera y a Sergio Prego en un momento determinante de su formación, como parte del equipo de la oficina de proyectos de arte y arquitectura Acconci Studio. La muestra que se puede ver en el Guggenheim hasta el 7 de septiembre ofrece un recorrido subjetivo por la trayectoria de Acconci en el vídeo y la performance dentro de una escenografía diseñada por Prego.

'You', el dedo del Tío Sam

“La exposición se llama You y no Tú ni Usted ni nada por el estilo, sino You porque es una expresión casi arrojadiza, un gesto; es más que una palabra, es como un índice o un dedo que apunta. Es un poco el dedo del tío Sam también, a Vito Acconci le encantaba reírse de América, creo que es un muy buen momento para recuperar a Vito Acconci. Tiene una actitud muy agresiva desde la pantalla”, ha explicado Manuel Cirauqui.

Un lenguaje de la provocación que se dejó notar en prácticamente todas sus obras.Como en Seedbed, para la que el artista se escondió todos los días durante tres semanas debajo de una rampa, masturbándose durante horas, basando sus fantasías en los movimientos de los visitantes que paseaban por encima de él y narrando esas fantasías en directo, sin filtros. Seedbed es considerada hoy en día una obra de gran calado en el arte de la segunda mitad del siglo XX, un ejemplo de Body Art documentado en el Met de Nueva York.

Encuentro con Prego

El artista Sergio Prego le conoció cuando viajó a Nueva York. Formado en el ambiente artístico de Arteleku durante la primera mitad de la década de los 90 del siglo pasado, Prego trabajaba en la construcción para ganar dinero, mientras realizaba sus obras. “Cuando terminaba de trabajar me iba a su estudio para hacer maquetas. La relación con Acconti era muy inusual, era un trabajador incansable, toda su vida era el trabajo. Fue muy generoso con la gente en el trabajo, me enriqueció mucho, estaba desarrollando entonces mi carrera y me contaba sus experiencias desde una perspectiva muy cercana”, explica Prego.

Prego aclara que precisamente una de sus obras más famosas Seedbed no era una de sus preferidas.Recuerda cómo una vez contó que Andy Warhol había ido a unas de sus exposiciones y cuando entró en la sala le dijo ¿dónde están los vídeos sucios? “Era lo único que le interesaba, había una cierta atracción por ese tipo de trabajos en Acconci, que yo creo que lo hacía con cierta naturalidad y de los cuales renegaba”.

 En los videos de Prego que abren la exposición se ve al artista, o sus colaboradores, levitando o componiendo posiciones corporales imposibles mediante el ensamblaje de imágenes fijas como si fueran animaciones en 3D.

Mientras se reproducen los vídeos se escucha, simultáneamente, la obra sonora de Acconci ‘Cinta corriendo’ (1069), una pieza que es un registro de una actuación que desarrolló en Central Park y que consistió en correr, contar cada paso y grabar su voz cuando se detiene para recuperar el aliento antes de volver a ponerse en marcha. 

Aranceles de Trump y el Guggenheim

Sobre el anuncio de Trump de la imposición de un arancel universal base del 10% a todas las importaciones a EE.UU., Miren Arzalluz “cree que es prematuro lanzarse a hacer una previsión de lo que puede afectar a temas tan concretos como el Guggenheim Bilbao. “Yo quiero creer que la cultura es uno de esos ámbitos en los que tenemos la libertad de seguir comportándonos como nos hemos comportado antes. Obviamente va a tener un enorme impacto en las instituciones culturales norteamericanas, eso ya lo estamos viendo, no solo en términos de financiación de los proyectos culturales en Estados Unidos, sino también en una cierta censura que está intentando promoverse con respecto a cuestiones como la diversidad, la inclusión... Eso ya es una evidencia, pero bueno, yo quiero creer que con respecto a nosotros y nuestra actividad, y también la del Museo de Nueva York, espero que todos aquellos visitantes apasionados por la cultura sigan comportándose como lo han hecho hasta ahora, independientemente de lo que está pasando, que es terrible. Pero, una de las grandes oportunidades que nos brinda la cultura es la de resistir”.