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Pablo Picasso, el genio que jamás denunció una obra por plagio

El libro ‘El último Picasso’ recoge trece entrevistas con el abogado del artista en el último periodo de su vida

Pablo Picasso, el genio que jamás denunció una obra por plagioDEIA

Pablo Picasso afrontó en vida muchas falsificaciones de su obra y plagios de sus avances pictóricos pero siempre eludió denunciarlos ante el temor de que el perjudicado fuera cualquier amigo de sus primeros tiempos, según revela el que fue su abogado, Roland Dumas, en el libro El último Picasso (Berenice).

El propio Dumas, que ejerció de abogado del artista en el último periodo de su vida, cuando más famoso era y más se cotizaban sus cuadros, le aconsejó a Picasso que mandara secuestrar las falsificaciones que se le atribuían como auténticas, pero el malagueño “se lo tomaba a broma”.

“No es posible, Dumas, dese cuenta. Ya ha ocurrido, se hace una investigación, se nombra un juez que me convoca y quiere que me enfrente con el falsificador, le manda entrar y ¿a quién veo? ¡A uno de mis mejores amigos!”, así respondió Picasso a su letrado para zanjar el asunto definitivamente.

Dumas hizo una investigación para descubrir que lo que decía el pintor no era una mera excusa y confirmó que “había existido, en efecto, un pintor español que correspondía a ese perfil (no revela su identidad) y había realizado algunos falsos Picassos”.

El libro El último Picasso está firmado por Roland Dumas y Thierry Savatier, historiador del arte, que tuvo la iniciativa de mantener con el abogado de Picasso un ciclo de trece entrevistas que recoge este libro que se completan con un anexo sobre el trasfondo legal de la entrega del Guernica a España.

Traspaso del ‘Guernica’

Picasso le confió a su abogado Dumas la gestión del traslado, labor a la que se consagró de 1969 hasta septiembre de 1981, lo que, en palabras de Thierry Savatier, significó que “nunca antes había ocurrido que un artista considerado el más importante de su época delegara en otro hombre la misión de velar, después de su muerte, por el destino del cuadro más famoso del siglo en el que fue pintado”.

Sobre los entresijos de la entrega, el propio André Malraux dijo que nadie conocía mejor ese asunto que Roland Dumas. Aunque la parte más extensa del libro es la dedicada a la entrega a España del Guernica en los t érminos que dispuso su autor, Dumas también le habla a Savatier de las facetas artística y humana del pintor, a quien describe como “un falso modesto”.

Confiesa que tenía la certeza de que Picasso estaba convencido de que “no existía ni había existido un artista equivalente a él”, ni aún cuando reconocía el magisterio de Cezanne, por quien sintió mucha admiración y de quien poseía varias obras.

Y de su enemistad con Chagall, de quien Dumas afirma que entre ambos existía un “recíproco desprecio”, culpa a Chagall, de quien se hizo célebre la alusión a Picasso de que “el español pinta como mea”, para significar que pintaba sus cuadros en serie.

No obstante, añade que esa enemistad ya venía de antiguo, desde los tiempos en que Chagall quiso conocer a Picasso a través de Apollinaire y el malagueño se negó. – Alfredo Valenzuela

El apunte

Inclinación a la izquierda. De la posición política de Picasso, Dumas certifica que mantuvo su inclinación a la izquierda y que hasta los años 60 apoyó incluso económicamente a asociaciones de exiliados españoles,

Mayo del 68. Sobre esta época dice que “le causaban risa las manifestaciones de los estudiantes” y que tenía la mirada lejana de un viejo sabio que ha visto mucho en su vida y relativiza cuanto ocurre”.