Aunque no sea el único, ya que la historia del rock radical vasco firmada por Jerry Corral o el volumen Giras y salud mental. Manual de la industria musical, coordinado por Tamsin Embleton, se aúpan a lugares destacados en las listas de libros musicales de 2024, es Kokotxas, también editado por Liburuak, quien más alto ha ascendido en ellas. El libro es una antología del periodismo musical estatal, con textos de mitos como José M.ª Iñigo, Carlos Tena, Ángel Casas o Constantino Romero, desde los años 60 hasta el presente.
Quizás por evitar cierto ombliguismo evitamos reseñar Kokotxas en su día, cuyo subtítulo ya avanza su contenido: las más selectas delicias del periodismo musical español. Vol. I. Seleccionado por Bruno Galindo, escritor, periodista cultural, productor y crítico musical que ha expandido su firma por múltiples foros en las últimas décadas, exhibe un trabajo ímprobo, arqueológico y analítico que se divide en seis capítulos: Todo esto era campo (1965-1972); El underground (1973-1979); La modernidad (1980-1989); Diarios, revistas y suplementos (1994-2005) y El presente y el futuro (2010-2022).
Kokotxas, libro sobre periodismo musical estatal situado en lo más alto de las listas de la revista Mondo Sonoro, ofrece “un recorrido histórico de escritura sobre música popular en el Estado”, según su autor, e indaga y bucea por cinco décadas de periodismo musical entresacados de revistas, periódicos, suplementos, catálogos, webs, bitácoras, redes sociales… “Este oficio es nuestro modo de vida, un lugar donde vivir”, explica Galindo.
Historia musical marcada también por “sus prejuicios”, con presencia escasa de mujeres y mayoritaria del rock, en gran parte anglosajón, Galindo rescata del polvo los primeros artículos de música pop de los 60 y primeros 70, “crónicas dirigidas a la juventud” escritas por José Luis Álvarez sobre la “loca” visita de The Beatles a Madrid; un artículo de Ramón Crespo sobre Los Brincos; una mesa redonda en la que participan Mike Kennedy, Miguel Ríos, Juan Pardo y Víctor Manuel sobre la canción de autor y sus letras, y textos sobre los festivales de Woodstock y Wight.
Mitos
El volumen ofrece perlas escritas por autores famosos tiempo después en trabajos en ocasiones alejados de lo musical, de Nativel Preciado, que entrevista a la libérrima Mari Trini, a Jordi Serra i Fabra, súper ventas de libros juveniles con un texto sobre los progresivos King Crimson; la visión de Constantino Romero sobre Leonard Cohen o sendas reseñas de los pioneros Ángel Casas y Carlos Tena, el primero sobre un concierto de Bowie en Londres, en la que se define el glam rock como “acarminado”, y el segundo con una diatriba nada halagüeña sobre el punk.
El libro incluye textos sobre el rock de los 80, trufado de sintetizadores y modernez, a cargo de Ramón de España; el viaje gonzo de Ignacio Juliá hasta La Casilla de Bilbao –allí estuvimos, por cierto– con La Banda Trapera del Río, a lo Hunter S. Thompson y con un cargamento de porros como combustible principal; y textos sobre Lou Reed, Nacho Vegas, Serrat, Los Planetas, Kiko Veneno o una entrevista a Mick Jagger a cargo de Silvia Grijalba, Luis Clemente, Fernando Navarro, Rafa Cervera…
Y destacamos también dos textos escritos por vascos, el análisis de Iñigo Monster sobre el elegante y latino Tav Falco, y el compartido por Pedro Elías Igartua y Jerry sobre el concierto de The Clash en el Velódromo de Anoeta –también estuvimos– y una entrevista posterior con Joe Strummer que dejó un titular para la historia: “5 años de punk rock y lo único que puedo decir es que estoy sordo”.
Galindo deja para el final –momentáneo, se anuncian más volúmenes– una reflexión sobre el oficio, a cargo del imprescindible Carlos Pérez de Ziriza, que suscribimos, seguro, la mayoría de quienes nos dedicamos a juntar letras tras escuchar un disco o presenciar un concierto. A pesar de la llamada a veces de la rutina y del piloto automático inherente a cualquier trabajo, de Ziriza lo define como “fuente infinita de placer”, además de “la herramienta que más a mano tengo para tratar de entender y explicar el mundo en el que vivimos”. Lo firmamos.