Prolífico compositor, escritor, y poco amante de las etiquetas el niño que empezó tocando la trompeta y el violenchelo está considerado ahora el mejor contrabajsita de jazz. No le importa tener una pequeña audiencia mientras su música siga llegando a quien la aprecia de verdad. Con ese propósito se estrena William Parker en el Festival de Jazz de San Sebastián, que el domingo le entregará el premio de esta 59 edición.

Parker, que ofrecerá tres conciertos con formatos diferentes –dúo, trío y cuarteto–, habló ayer miércoles en rueda de prensa de muchas cosas, contó anécdotas y reflexionó sobre el mundo de la música actual, que “se ha acelerado enormemente” y en el que “es como si solo contasen las cifras y los dólares”.

“Para mí, aunque ya no se hagan ‘cedés’ y todo pase por Spotify, aunque nosotros lleguemos a muy poquita gente, lo único que nos tiene que importar es hacer esa música en la que creemos. Las cifras no es lo que nos importa. Esa es nuestra tarea, hacer lo que nos enriquece a nosotros y lo que enriquece a los demás”, destacó.

Considera que la música que interpreta es “underground” y por ello se siente orgulloso de recibir el premio Donostiako Jazzaldia, con el que el festival donostiarra reconoce la trayectoria de los grandes del género desde 1994 y que han recogido, entre otros, Chick Corea, Keith Jarrett, Herbie Hancock, Wayne Shorter y Kenny Barron.

Parker tiene espíritu combativo, dice que es “muy importante luchar” por lo que hacen los músicos de jazz, aunque se les adscriba a una categoría que está “por debajo de la tierra” o se engloben múltiples estilos dentro de la “música negra”. “No me importan las etiquetas. Animo a todo el mundo a dejarse llevar y a disfrutar de la música sin pensar en las etiquetas. Lo que importa es amar el arte, amar la vida, amar la música. Y en eso también tiene mucho que ver un festival como este”, remarcó.

El contrabajista, que empezó de niño tocando la trompeta, el trombón y el violonchelo, es además un prolífico compositor, que alimenta su música del cine y la literatura que le gustan –citó a Platón, Sócrates y Samuel Beckett– , y que entiende la escritura musical desde muchos puntos de vista porque, como aseguró hoy, “la improvisación también es componer”.

Historias a través del sonido

Escuchando a leyendas como John Coltrane y Archie Shepp se dio cuenta de que “escribían historias a través del sonido” y que cada uno tenía su propia manera de hacerlo.

Ellos y otros son los “ejemplos” que tuvo hasta que él decidió hacer lo mismo y embarcarse en una carrera que ha dado como fruto 40 discos como líder y participaciones en alrededor de 150 grabaciones, en colaboraciones con gente como Cecil Taylor, Milford Graves, Don Cherry, David S. Ware y Peter Brotzmann, entre otros.

Ha escrito además seis libros y en 1988 impulsó junto a su mujer, Patricia Nicholson, el festival Vision, que programa música, cine, danza y poesía. Ambos están comprometidos con la comunidad afroamericana en un país que, en su opinión, tuvo en Ronald Reagan “el peor presidente de su historia”.

“A partir de los años 80, el panorama cultural entró en un momento de declive que no ha hecho más que empeorar con la sucesión de diferentes presidentes. Todo eso empezó con Reagan, que ha sido el peor presidente de los Estados Unidos, aunque está claro que las cosas no mejoraron después con Bush y mucho menos con Trump”, subrayó.

Desde el Festival de Jazz donostiarra destacaron que William Parker es considerado por la crítica como “el mejor contrabajista de Jazz vanguardia de las últimas décadas”. “El neoyorquino es un músico legendario que ha dejado una huella indeleble en la música contemporánea. Su compromiso con la innovación, la libertad creativa y su profundo entendimiento del lenguaje musical lo posicionan como una figura fundamental en el Jazz contemporáneo”, subrayaron. El contrabajista estadounidense William Parker recibirá este próximo domingo el Premio del 59 Jazzaldia de San Sebastián.