No esperaba que su nombre figurase entre las nominadas, pero ahí está. Itziar Lazkano enfrenta una gran noche, la de sus primeros Goya como aspirante a un cabezón. Esta vez no vivirá la gala de unos premios de los que se confiesa acólita desde el sofá. 

Esta es su primera nominación a los Premios Goya. ¿Cómo se siente?

Estoy muy contenta, muy feliz. Y muy agradecida de que haya habido alguien en la profesión que se haya fijado en mi trabajo. Ha sido algo inesperado, toda una sorpresa. ¿Cómo te vas a imaginar que van a nominar a dos actrices de la misma película –por Ane Gabarain– en la misma categoría? 

¿Cómo entra a formar parte de la película que firma Urresola?

Me llamaron de la oficina de representación para que hiciera un self take para esa película y al cabo de una semana hice un casting con ella. Fue estupendo, de los mejores que he podido hacer. Estíbaliz me dedicó tiempo y me dio espacio para poder ofrecer mi trabajo. Estuvimos dos horas juntas, y eso me pareció muy especial, de una sensibilidad extraordinaria, porque pude situarme en el espacio. Posteriormente, me llamaron para hacer otro con Patricia López Araniz y, después de este, me dieron el okey. Trabajamos desde las improvisaciones y, aunque en un principio me sentí un poco incómoda porque no estaba acostumbrada a esta forma de trabajar, me gustó mucho. De esta manera, se crean vínculos de relación, de familia, que ayudan a que el rodaje sea mucho más fácil.  

Existe la posibilidad de que, esta noche, abandone la gala con el galardón a la mejor actriz de reparto. ¿Qué le evoca ese escenario? 

La de los Goya es una gala que veo siempre porque me gusta mucho. Verme ahí, de repente, es un sueño que se ha hecho realidad. Quiero disfrutarla y estar tranquila. Para mí estar nominada ya es un premio. Llevarme el cabezón sería un regalo.

"A mí esta película me ha puesto en un lugar de reflexión. Me ha hecho cambiar la mirada a lo diferente"

¿Qué opina de que Sofía Otero, la protagonista, no haya sido nominada por las restricciones de edad? ¿El largometraje podría haber abierto el camino a que los actores y las actrices menores de 16 años tengan representación en los premios?  

Ha hecho un trabajo estupendo y la valoro mucho como actriz. Tiene una sensibilidad, una capacidad de juego, de improvisación y una inteligencia extraordinaria. Me da pena que no haya podido ser nominada, pero las normas se han establecido así y hay que aceptarlo. Eso sí, Sofía ya ganó el Oso de Plata de la Berlinale y el reconocimiento al trabajo que ha hecho es algo que todo el mundo tiene muy presente. 

Por otro lado, ¿qué lecciones ha aprendido a través de su participación en la película?

A mí esta película me ha puesto en un lugar de reflexión. Como este tema no me tocaba muy de cerca, me resultaba un poco desconocido. Me ha hecho cambiar la mirada a lo diferente. Creo que también es importante escuchar para poder comprender y no hacer juicios. Además, la considero como un pasito más en el camino de hacer una sociedad mejor.  

¿Cómo construyó a Lita, el personaje que interpreta? 

Me he basado en aquellas mujeres religiosas, conservadoras, con miedo al qué dirán. Lita es víctima de su contexto y he tenido que aprender a quererla y comprenderla, aunque no esté de acuerdo con ella. 

Por último, ¿Cómo se siente después de un viaje que le ha llevado desde Laudio hasta Berlín y que termina en Valladolid? 

Muy feliz. Este viaje ha sido un fantástico regalo. Ha sido un viaje precioso, que guardo en mi cofre de los tesoros para siempre.