La protagonista de esta obra de teatro es novia de un maltratador, sobrina de un putero y ejerce la prostitución para poder financiarse un doctorado. Talaré a los hombres de sobre la faz de la tierra narra el viacrucis de cualquier mujer millennial expuesta a una violencia emocional y sexual encubierta por el patriarcado. “Se trata de una experiencia personal, pero una de esas que trasciende”, expone la dramaturga María Velasco, que con esta autoficción obtuvo en 2022 el Premio Max a la mejor autoría teatral. La obra traza un paralelismo entre el sometimiento de la mujer y el extractivismo del medio ambiente, de forma que une dos corrientes fundamentales de los últimos años: el feminismo y la ecología. Tras tres años de gira, la producción podrá verse al fin en Euskadi, en la bilbaina Sala BBK, donde se ofrecerá una función mañana viernes.

Escrita, dirigida y producida por la autora burgalesa, la obra relata la historia de una preadolescente que, en una barbacoa con su familia, se aleja para leer bajo un árbol en un claro de bosque. A partir de ahí, el texto radiografía el paso a la edad adulta con la estructura de los cuentos clásicos. “En un primer plano se refleja lo que ha sido mi educación sexoafectiva, pero se trata realmente de la educación de cientos de mujeres blancas de clase media”, explica María Velasco, quien reconoce que uno de los aspectos más llamativos de la trama es la identidad de la protagonista –interpretada por Paula Ruiz–, si bien no es más que la punta del iceberg. “Comienzo con ese tipo de maltratos que pasan, quizás, más inadvertidos. Con esas formas de abuso que hemos normalizado dentro de la familia, en un entorno cercano o, incluso, en el de la educación”, cuenta Velasco.

Lo narración revive las violencias que reciben las mujeres nacidas en los 80 y principios de los 90. Sin embargo, la autora es consciente de que esos atropellos siguen vigentes en las generaciones posteriores. “Estamos viendo que frente a la ausencia de una educación sexual verdadera, el único acceso a esta temática es a través de internet y los primeros contactos se producen mediante la pornografía. Las generaciones más jóvenes siguen desamparadas, por distintos motivos”, considera la dramaturga burgalesa, quien cita la herencia de la religión como el factor que más influyó en su época. “Ahora nos enfrentamos a una sobredosis de información, de fetichitización del sexo sin que haya un acompañamiento para los menores”, añade Velasco.

Paralelamente, la obra tiene un componente importante en defensa de la ecología. “Desde las fuentes originales, se cita el Génesis de la Biblia, ya se prescribe un dominio del hombre. Todo lo que no corresponde con ese modelo puede ser explotado y sometido a esa fuerza”, argumenta la dramaturga, quien agrega que ya se pueden ver los estragos sobre el medio ambiente “que se ha tratado y consumido como si fuera un recurso ilimitado”. Así es como confecciona una obra en la que se contrapone un halo poético y onírico, próximo al realismo mágico.

De esa forma, en la escenografía se representa un bosque “de gran belleza” cuyos habitantes arropan y sirven de refugio a la protagonista. “Se basa en una primera escena de campo en la que se está gestando ese imaginario afectivo de la protagonista y también su relación con la naturaleza, con la imaginación, con la fantasía, con el pensamiento mágico que luego, en la edad adulta, se pierde. Sucumbe a la traición que la protagonista hace a su propia niña interior”, explica María Velasco, quien atribuye mucho valor al componente poético de la obra. “Son temas que se plantean con mucha crudeza, pero siempre con la salvaguarda de la poesía. Así hay posibilidad de vislumbrar otros mundos”, puntualiza. La palabra poética se resemantiza a través de la música (Peter Memmer), la danza (Joaquín Abella), la plástica (Marcos Carazo) y las artes visuales (Elena Juárez).

Estreno en Euskadi

Talaré a los hombres de sobre la faz de la tierra se ha mantenido con vida durante tres años, con periodos en pausa entre función y función, pero conservando la expectación. “Es la primera vez que está en Euskadi y será el último bolo, con lo que concluimos estos tres años de gira”, explica María Velasco sobre la función que podrá verse mañana viernes en la Sala BBK a las 19.30 horas. “Me hace mucha ilusión finalizar aquí la gira porque participé en un programa de becas en Donostia cuando fue Capital Europea de la Cultura en 2016. Ahí establecí lazos importantes con Patxo Telleria, Mireia Gabilondo, Oier Guillán...”, rememora.

Paralelamente, María Velasco está inmersa en otros proyectos. “Acabo de estrenar, con la cantante donostiarra Miren Iza, conocida como Tulsa, una obra llamada Amadora, con la que emprende ahora la gira”, relata la dramaturga. Además, avanza que tiene en camino otra obra de teatro, Primera sangre, junto al equipo de Talaré a los hombres de sobre la faz de la tierra, que se estrenará en abril de 2024 en el Centro Dramático Nacional.