La obsesiva pasión por el rodaje de películas caseras que un lúgubre Will More mostraba ante Cecilia Roth y Eusebio Poncela en la cinta de culto Arrebato (1980), era un reflejo de su director, Iván Zulueta (1943-2009), cuya obra fílmica, incluida la de su propia familia, acaba de musicar J, el cantante de Los Planetas, entre guiños a la contracultura del siglo XX, de Warhol a la Velvet y Lou Reed, pasando por Family, New Order, Enrique Morente y Kerouac. El disco, que se acompaña de los cortos del donostiarra en DVD, se presentará el 18 de noviembre en el Arriaga en el marco de Zinebi.

Plena pausa (El Ejército Rojo), ese es el título de este arrojado y lúcido artefacto artístico que supone el debut de J en solitario tras casi tres décadas al frente de Los Planetas –su debut se tituló Super 8– y varias aventuras paralelas como Los Evangelistas y Grupos de Expertos Solynieve. Disco de tirada limitada a 2.992 copias y no disponible en digital, extrae su título de una de las citas más célebres de Arrebato, cuando el repaso a películas en Súper 8 y colecciones de cromos les llevan al éxtasis, a la fuga artística de la realidad… a “estar colgado en plena pausa”.

El disco, que se edita en el 80 aniversario del nacimiento del director vasco, funde las obsesiones artísticas, alucinógenas y químicas de Zulueta con las de J, retroalimentándose en un artefacto que pone imágenes a cortos y películas inéditas y familiares. El origen del trabajo surgió en 2022 tras la adquisición por parte de Filmoteca Española del archivo personal del cineasta e ilustrador, artista maldito en los 70 y referente contracultural por su condición de rockero, homosexual, drogodependiente y bohemio de alta alcurnia.

Portada del disco que ha sacado al mercado el líder de Los Planetas

El segundo paso fue que, a instancias de la Filmoteca, J dotara de concreción sonora esas cintas mudas de Zulueta, y que trasladara esa banda sonora fragmentada a los escenarios. “Lo primero fue Arrebato, un impacto brutal”, confiesa J de su encuentro. “Cuando la vi ya había oído hablar de Zulueta, pero me marcó mucho la historia, la visión del arte, la época. Era muy joven en los 70, pero lo recuerdo; ya era consciente de lo que pasaba, escuchaba música y leía la revista Vibraciones. Tenía referencias, así que al ver Arrebato ya estaba avisado”, explica el granadino.

Equipo diferente

El hecho de que Los Planetas estuvieran en punto muerto debido al trabajo en un disco de Florent y a la confección del documental que Eric está a punto de estrenar, metió a J de lleno en este primer disco bajo su nombre, que cobró vuelo en formato físico tras la loada repercusión de su traslación al directo, con estreno en el madrileño Cine Doré, sede de la Filmoteca.

J –guitarras, teclados y voz– se rodea de un equipo diferente que incluye a la guitarrista argentina Natalia Drago, el bajista planetario Miguel López, el teclista Miguel Martín y el batería Roberto Escudero.

Y a ellos se suman dos guitarristas esenciales, de distintas generaciones y credos, en la escena rock estatal: David Rodríguez (La Estrella de David) y el también productor Jaime Stinus, donostiarra como Zulueta, ex Brakaman (la banda del hermano de Iván) y Orquesta Mondragón.

Usando los cortos originales como “videoclips de tres o cuatro minutos”, como los de Sonic Youth en los 80, J reconvierte en canciones henchidas de melancolía esas imágenes antiguas, siguiendo el planteamiento de la primera película del donostiarra, Un, dos, tres… al escondite inglés (1969), en la que filmó pioneros vídeos musicales de grupos como Los Ángeles.

“Entrelazando las ideas de Zulueta con las mías”, en palabras de J, Plena pausa, envuelto en el puntual pero siempre arrebatador diseño de otro donostiarra, Javier Aramburu, es un disco de pop y rock, de canciones mayoritariamente cortas y directas, y repletas de referencias culturales compartidas, con la Factory de Wharhol pivotando en su centro y cediendo protagonismo a la Velvet y Lou Reed en canciones como Natalia dice, con su bajo percutivo glam y guiño a Caroline says, o a Walk on the Wild Side en Fandangos del rascacielos, respectivamente.

Bowie y el shoegaze planean sobre Y la nave va, tema de amor con guiño a San Agustín y a esos corazones que gotean sangre “cuando te apartas de mí”; los Jesus & Mary Chain de Happy When It Rain sobrevuelan Tormenta eléctrica y Kraftwert la pop Luces de neón; los aires flamencos piden protagonismo entre la psicodelia y fatalidad de Soleares del loco y la sangre que hierve, para juntarse con la de la amada en Romeras de Betty Boop; la conciencia política levanta el puño en Los desalmados; Amén suena entre noise y lisérgica, a lo Spacemen 3, y Arrebato (Un buen día para Iván) actualiza y eleva su hit Un buen día, con Kerouac y Lou Reed de fondo, y apuesta, en tributo al cineasta, por el arte. Por jugarse la vida por él filmando una película casera. Aunque no la vea nadie y sea la última.