Los lectores del dibujante Francisco Ibáñez, fallecido este sábado, se han volcado en Twitter para mostrar su dolor por la pérdida del que fue mentor de muchas infancias y un gran maestro del cómic, con el que muchos empezaron a disfrutar de la lectura y también del humor a través de sus personajes más universales: "Mortadelo y Filemón".

La red social se ha llenado de mensajes de condolencia y nostalgia de muchos ciudadanos, de al menos tres generaciones, que se iniciaron en la lectura con sus tebeos y en una época -como dice uno de sus seguidores en un tuit- "sin internet, ni tablet, ni consola, sin TikTok y casi sin bici ni balón, en el que el mayor tesoro eran esas páginas de colores".

"¡Qué pena! Descanse en paz. Nunca he visto a nadie reírse con tantas ganas como a mi hijo mayor de niño, cuán largo era tumbado en la alfombra leyendo Mortadelo y Filemón", comenta una madre.

Otro usuario, Manuel, dice que siempre recordará esas visitas hace 40 años a casa de su tío que tenía todos los volúmenes de Mortadelo y Filemón. "Esas tardes leyéndolos uno tras otro en un salón, yo solo y los personajes. Nadie más".

"Debo tantas horas de diversión a F. Ibáñez que no sé qué decir. En mi casa, tres generaciones -mi padre, yo, mis hijos- hemos reído a carcajadas con sus historietas y personajes. Trabajó hasta el final para hacernos a todos un poquito más felices", señala Rafa.

Otro seguidor recuerda uno de los momentos más felices de su infancia, cuando le regalaron dos tomos de SuperHumor con las historias "Mortadelo y Filemón". "Las historias de los dos descacharrantes agentes secretos de la TIA -asegura- fueron de las cosas más bonitas que he tenido en mi infancia".

A otra ciudadana le llamó la atención cuando era niña unas hojas llenas de dibujos y colores: "aquellas historietas graciosas" -mantiene- fueron las primeras líneas que comenzó a leer por el gusto de leer.

Los cómic de Ibañez siguen en casa y en el aula de Juanjo, como un tesoro, "iniciando en la lectura a muchas generaciones".

"Se nos está muriendo nuestra infancia -afirma Anais-. Gracias por enseñarnos el mundo con los ojos del humor y por alegrarnos la niñez de todas las edades", añade.

La mayoría de quienes escriben recordándolo han crecido con la habitación llena de tebeos con sus personajes, y en algunos casos les enseñaron a leer, como a Eduardo que asegura que "Morta y File no se quedan huérfanos, nosotros los acogeremos".

Gracias a Ibañéz y a sus personajes, muchos de los españoles aprendieron a ver el mundo, a ver la vida como una aventura. "A reírnos de nuestros errores, y a comprender los ajenos. Gran persona, gran corazón. Hizo el mundo más amable y más humano con sus lápices y su gran humanidad", escribe Maricruz.

"Me hiciste entender qué era un tebeo -comenta otro-. Me reí a carcajadas con tus ocurrencias, mientras mis padres dudaban si era por un tebeo, un videojuego o porque me estaba volviendo majara. Permanecerás en mi recuerdo siempre".

Algunos creen, como Mariano, que no se ha valorado lo suficiente a Ibáñez por lo que ha hecho por el fomento de la lectura en España y por la felicidad y el humor, y otros se lamentan de que el año pasado y anteriores no le dieran el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.

Los lectores de sus cómic están de luto, pero también reconocen que éste es uno de los pocos acontecimientos que puede unir a tantos pensamientos divergentes en Twitter, aunque, como escribe Violeta: "una pena, en cualquier caso" porque "es decir adiós a la infancia de muchos".