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20 años sin el ‘sonero’ Compay Segundo

Este jueves 13 de julio se cumplen dos décadas de la muerte del mítico cantante cubano, famoso por himnos como ‘Chan Chan’ y ‘Macusa’

20 años sin el ‘sonero’ Compay SegundoJavier Salas

“Yo vengo aquí, yo vengo aquí, para cantar, para cantar”. Así se abría una de las tonadas más populares del inolvidable sonero cubano Compay Segundo. Este jueves 13 de julio se cumplirá el vigésimo aniversario del fallecimiento de este auténtico corazón, alma, vitalidad y ritmo de la música tradicional de su país, que logró el éxito a los 88 años y dejó para la historia clásicos como Chan Chan, Yo vengo aquí o Macusa. El sello Warner reivindica el legado del músico en 2023 con la publicación de ediciones en vinilo de su discografía.

No llegó a los 115 años que cumplió su abuela pero el corazón de Compay Segundo (Siboney1907 – La Habana 2003) tardó en dejar de latir casi 100 años. Historia contradictoria, lúdica y rítmica del son en el siglo XX, el eterno enamorado del tabaco y las mujeres sigue vivo a través de sus “trovas fascinantes” aunque él ya no las cante desde hace dos décadas. Francisco Repilado –su verdadero nombre- parecía un hombre eterno, ajeno al paso del tiempo, las crisis, los cambios políticos y la tristeza en cada una de las múltiples visitas que realizó a Euskadi en los últimos años de su vida, en el cambio del milenio.

En nuestro último encuentro, antes de un concierto que ofreció en Euskalduna Jauregia con motivo del 25º aniversario de DEIA y apenas un año antes de su muerte, negaba la mayor al ser preguntado por su retirada de los escenarios. “Solo me retiraré cuando no pueda tocar. Mientras esté tocando, tengo energía para aguantar. Todavía me siento bien, siento la música, la compongo y la toco. De retiro, nada. Tocaré mientras me sienta con deseos”, concluía.

El veterano sonero cautivó a los fans vascos cada vez que nos visitaba, ya bien superados los 90 años, al grito en los escenarios de: “¿Estamos todos vivos? Pues entonces, seguimos”. Su música todavía sigue viva y lo seguirá estando, convertida en clásico y archivo histórico del son de todo un pueblo, por los siglos de los siglos. Y su sentido del humor y vitalidad, también. Recordamos, ahora entre risas, su tardanza en bajar de la habitación de un hotel en Bilbao para realizar una entrevista. Él, ya nonagenario, nos pidió perdón porque defendía que había sentido un repentino e irreprimible deseo sexual. Su pareja, a su lado, no reprimió una sonrisa.

Patriarca octogenario

Verdad o no, el sonero que cantaba “la franqueza vale mucho y la mentira muy poco” en Sabroso, fue conocido como “el patriarca del son” aunque no lo inventara él. Compay alcanzó fama internacional con más de 80 años gracias al apoyo de varios artistas internacionales. Aquí nos lo descubrió Santiago Auserón, exlíder de Radio Futura, quien ya como Juan Perro se acercaba sin recato a los ritmos afrocubanos. Él le sacó del ostracismo y su fama internacional se proyectó con su participación en el proyecto Buena Vista Social Club, impulsado por el productor y músico Ry Cooder, después trasladado a la gran pantalla por Wim Wenders.

El músico trabajó más de media vida liando tabaco y ligado a la agricultura aunque se diera a conocer con el dúo Los Compadres, junto a Lorenzo Hierrezuelo, cuando mediaba el siglo XX y tras pasar por agrupaciones como Cuban Stars, el cuarteto Hatuey o el Conjunto Matamoros. Allí recibió el apodo de Segundo, ya que hacía la segunda voz, grave y ejerciendo de bajo, aunque el éxito duró poco porque fue sustituido por el hermano de Lorenzo, Reinaldo Hierrezuelo. Compay fue el descubridor del armónico, un instrumento de cuerda que fusionó la guitarra y el tres cubano.

Reedicciones

Con motivo del veinte aniversario de su muerte, el sello Warner reivindica su catálogo con la publicación de ediciones en vinilo de sus discos Yo vengo aquí, que está ya disponible; Duets, en el que compartió micrófono con Khaled, Eliades Ochoa, Lou Bega, Silvio Rodríguez, Auserón, Césaria Evora y Pablo Milanés, entre otros, y a la venta el 6 de octubre, y Las flores de la vida y Calle Salud, ambos el próximo 27 de octubre.

Dos de los más estrechos colaboradores de Compay, Luis Lázaro, su productor y mánager, y Alfonso Pérez, el A&R que lo fichó para DRO (hoy Warner), han escrito sendos textos sobre la figura de Compay en este aniversario. El primero destaca “el alto riesgo” que supuso fichar a un sonero de 87 años por parte de una compañía especializada en pop–rock. “Aquella corazonada que inspiró su fichaje cobró todo el sentido y Compay se convirtió desde su primer álbum en una de las estrellas de la compañía”, recuerda Lázaro.

El músico le dijo que “había soñado” su mayor éxito, Chan Chan. “Sueño con música, a veces me despierto con una melodía en la cabeza. Ese día oí los instrumentos, todo muy clarito. Me asomé al balcón y no vi a nadie, pero lo escuché como si estuviesen tocando en la calle”, le comentó. “Aquel día me levanté escuchando cuatro noticias sensibles y las puse una letra inspirándome en un cuento infantil. Y ahora la cantan en todo el mundo. Será magia o algo de eso”, apostilló.

Por su parte, Pérez evoca las dudas del presidente de la compañía, que no veía claro grabar a Compay. Al final, se revisaron sus mejores canciones en un buen estudio, con todos los músicos tocando a la vez, para “preservar la pureza de su sonido”. Pérez, también músico, destaca “la vitalidad” del cubano, su éxito internacional, los cuatro discos compartidos y las respuesta a su muerte. “Sentí que se había ido uno de los más grandes artistas que había tenido la suerte de conocer y querer”, recuerda. Al ver la cola de miles de personas que acudieron a su capilla ardiente, en la que Pérez estuvo presente, se dio cuenta de “la huella tremenda que había dejado”. Saludo eterno, Compay.