“Es una obra maestra, una composición de gran perfección estructural y estilística”, describen todas las reseñas del oratorio Cain, overo il primo omicidio, firmado por el prestigioso Alessandro Scarlatti. Una pieza lírica y escénica de gran belleza que ahora llega a Bilbao [sábado 15 a las 19.00 horas] de la mano del Teatro Arriaga. Esta producción propia cuenta con la dirección musical del contratenor Carlos Mena, reconocido a nivel internacional. La dirección de escena ha recaido en manos de la alemana Tatjana Gurbaça, una de las directoras europeas “punteras” actualmente que trabaja por todo el mundo y que fue directora de ópera del State Theatre Mainz.

La interpretación de la música de Scarlatti correrá a cargo de seis solistas y la Bilbao Orkestra Sinfonikoa (BOS), a quienes hay que sumar la aportación de dos actrices y un actor a modo de colaboración especial. El propio Carlos Mena, además de dirigir musicalmente el espectáculo, interpretará el rol de Dios en el mismo (Voce di Dio), siendo por tanto uno de los seis cantantes que unirán sus voces en este Cain, overo il primo omicidio. Josu Cabrero dará voz a Adán, y de Eva se ocupará Sonia de Munck, mientras que Caín será Christian Borrelli y Abel Lucía Caihuela. Por último, Ferran Albrich será la voz de Lucifer (Voce di Lucifero), detallaron desde el Arriaga.

Además, Dios y Lucifer tendrán sus réplicas actorales. Dos actrices representarán a Dios en una doble visión, la de Ane Guisasola (haciendo de Dios madre) y Ainhoa Artetxe (mostrando a un Dios en versión hija). El papel de Lucifer tendrá una respuesta actoral por parte de Gaizka Chamizo. “Estas tres interpretaciones serán desarrolladas únicamente a través del cuerpo y la expresión, puesto que ya tienen sus alter egos vocales en las actuaciones de Carlos Mena (Dios) y Ferran Albrich (Lucifer) respectivamente”, ilustraron fuentes del Arriaga.

Emociones, colores...

Esta nueva producción propia ofrece una gran oportunidad de disfrutar del arte del genio napolitano Alessandro Scarlatti “que nos sumerge en la trama de la primera acción criminal del hombre, envueltos en una idílica atmósfera paradisíaca y en una profunda lucha de espontáneos sentimientos humanos”. Scarlatti imprime musicalmente en cada personaje “una variada paleta de caracteres y afectos que convierten el discurso dramático en un gran viaje al primer fratricidio de nuestra cultura: la historia bíblica del fratricidio de Caín a Abel”.

Su relato está lleno de sexo, crimen, drama y humor. Dios y el diablo aparecen y luchan por el alma humana. La obra tiene un equilibrio barroco fascinante, el concepto de los cuatro personajes “humanos” (Eva, Adán, Caín, Abel) recibiendo las tensiones de dos dioses, uno desde lo más alto “Voce di Dio” y otro desde lo más profundo “Voce di Lucifero”. Las emociones y las pasiones se recrean en las arias como los picos de fiebre, con una música llena de colores y detalles.

“Todas las preguntas básicas que podemos hacer al mito están contenidas en este oratorio: ¿Cómo llega el mal al mundo? ¿Por qué Dios pone al ser humano a prueba? ¿Cómo encontrar el camino correcto? ¿Y debemos subordinar nuestra felicidad personal a la fe? En el proceso, Caín se convierte en el símbolo del ser humano errante que duda y busca, pero también es el portador del conocimiento y, con su excesiva capacidad de amor y anhelo, el símbolo del hombre mismo. Junto con él, reconocemos que siempre tenemos que buscar dentro de nosotros cuando pedimos lo divino”.