En diciembre del pasado año, el Departamento de Cultura del Gobierno vasco adquirió el fondo documental Riva, compuesto por más de 8.000 bocetos y anotaciones de Cristóbal Balenciaga. Ahora el museo dedicado al modisto getariarra expone una muestra representativa de ese catálogo, nunca antes visto, que sirve, además, como paso previo al depósito del archivo en el propio centro.

A comienzos de la década de los 80, Lorenzo Riva, el que fuera director creativo de la marca, se hizo con un importante archivo documental de Balenciaga tras su salida de la empresa, que por aquel entonces estaba negociando su venta. Desde entonces, la serie, compuesta por exactamente 8.362 documentos, había permanecido encerrada en cajas. “No quería ser influenciado, eran dibujos preciosos y me alegré de haberlos salvado. Eso me bastó”, señaló esta semana el modisto italiano durante la presentación de la muestra, a la que también acudieron el consejero de Cultura, Bingen Zupiria; el viceconsejero, Andoni Iturbe; y la directora del museo, Miren Vives.

El fondo está dividido entre bocetos comerciales y para teatro. Los primeros, menores en cuanto a cantidad, están datados en los años 50 y se realizaban para las presentaciones de las colecciones, no sólo las de París, sino también las que se llevaban a cabo en otros lugares de Europa y América. También hay cabida para bocetos enviados a distintas clientas durante el proceso de compra y aquellos que tenían un objetivo publicitario o promocional.

En cada uno de ellos es posible ver, además, las anotaciones manuscritas de Balenciaga, con las que determinaba el uso de los materiales y los colores, así como la posición de los sombreros y los tocados.

En lo referente a bocetos para representaciones teatrales, la fecha es anterior, la mayoría se corresponde a comienzos de los años 40, para los que el modisto tuvo que realizar una extensa investigación de la indumentaria histórica. Uno de los casos más significativos es el realizado para la actriz Alice Cocéa y la obra Echec à Don Juan, de 1941.

PROCESO DE DIGITALIZACIÓN

El fondo adquirido pasará a manos del propio museo, que cuenta ya con un archivo documental específico en torno al modisto que es de vocación pública. “Es la primera colección de Balenciaga de este tipo que está en manos públicas, por lo que resulta muy enriquecedor desde el punto de vista patrimonial para la conformación del patrimonio cultural vasco”, señaló Zupiria.

Para la directora del museo, por su parte, la colección es “un gran impulso para los fondos documentales”, ya que “consolida y refuerza la referencialidad y proyección internacional del patrimonio documental ligado al centro”.

Los bocetos, que fueron estudiados y verificados antes de su adquisición, han sido sometidos a una conservación preventiva y a su inventariado. Además, todo el material está siendo digitalizado para que pueda ser investigado sin necesidad de la manipulación directa en el propio museo.

“Estoy seguro de que los bocetos serán estudiados y valorados como se merecen. La moda no es sólo un negocio, es historia y un reflejo de la sociedad del momento”, zanjó Riva. l