A la espera de la salida a escena de LCD Soundsystem, cabeza de cartel de la jornada inaugural del Bilbao BBK Live 2022, el concierto profesional de Placebo, oscuros, sexys y reconocibles, protagonizó anoche el arranque del festival, que vivió por la tarde dos momentos inolvidables protagonizados por mujeres: los conciertos de Zahara y Phoebe Bridgers. La andaluza optó por la rave y el baile desaforado para liberar sus miedos y fantasmas, y la estadounidense encandiló con su pop–folk recogido y doliente.
Una multitud esperaba expectante, a las 21.35 horas, la salida de Placebo en el escenario San Miguel como paso previo a la actuación estelar de LCD Sondsystem, que se alargaría más allá de medianoche, ya con esta edición cerrada. El grupo británico, liderado desde hace más de dos décadas por el guitarrista y cantante Brian Molko, que apareció con un fino bigote, y Stefan Olsdal, enorme y estilizado al bajo, apareció en formato de sexteto.
Aunque no habían publicado un disco en ocho años, el lugar de privilegio de Placebo en la cima de festivales de rock alternativo resultó incuestionable desde su salida a escena con Forever chemicals, para rendir pleitesía con su sonido y letras oscuras a su reciente y octavo trabajo, Never let me go, que repasaron con fruición, ganas y acierto. Ellos y nosotros nos hemos hecho mayores desde aquellos Teenage angst y Nancy boy que encandilaron a Bowie, pero nadie puede negarles que contraponen profesionalidad y un torrente de éxitos frente a una fórmula consabida pero efectiva en escena.
Con ganas de escenario y de repasar su último repertorio, Brian atacó pronto su último single, Beautiful James, con una mayor presencia de sintetizadores coronando su sonido clásico, pero en su vertiente más pop. A lo largo de su hora larga de actuación, el cantante disfrutó atacando su último disco, con dianas certeras como el crescendo de Happy birthday in the sky; la simbiosis de guitarras rudas y la electrónica de una rave de Sad white reggae; el medio tiempo Went missing o el alegato ecológico en Try better next time.
Su primer rescate de tiempos pretéritos fue Scene of the crime, pero la entrega apasionada del público llegó con viejos éxitos como su famoso Bionic, con ecos de Bowie y The Cure; un One of a kind donde brillaron las programaciones; las melodías incuestionables de Too many friends y, sobre todo, con la pesada For what it’s worth y los postreros Slave to the wave e Infra–red, que activaron a los fans como un resorte aunque sin llega nunca al paroxismo.
Mujeres al poder
Antes, el brillo fue para dos mujeres. La que concitó más aplausos y provocó más coros y movimientos de cadera fue Zahara, que hizo suyo el escenario principal a las 20.25 horas. La de Úbeda logró salir reforzada del confinamiento y la pandemia con Puta, un disco descarnado y confesional con el que se enfrentaba a las vejaciones y abusos personales y artísticos sufridos en su vida por su condición femenina. Tras un año defendiéndolo en directo, a Kobetamendi llegó con su versión actual, volcada en la electrónica.
Con una minimal puesta en escena, Carles Francino anunciando el fin del mundo desde los altavoces y el apoyo de los músicos Martí Perarnau IV y Manuel Cabezalí, al que se unieron las bailarinas Olga Suárez y Paulina Coelho, Zahara –top rojo con rejilla– trasladó el monte bilbaino a una rave londinense o berlinesa con un medido rescate de éxitos adaptados al sonido actual y cortes de su último disco. Las programaciones borraron el polvo del tiempo de El deshielo, Hoy la bestia cena en casa o Crash, sin rastro alguno de guitarras. Y las contrapuso con los mordaces y bailables dardos de Taylor, Joker, Marichane o el mantra techno de berlín U5, que coloreó con remezclas de Taylor Swift y Bridney Spears, y la copla Dolores, con ecos de Lola Flores y la Jurado. Todos yonkies de cariño ajeno, artista y fans –sobre todo ellas– se reconocieron en sus heridas, su aversión al odio y a la ignorancia, y buscaron la curación con el baile.
Y cuando el festival se desperezaba todavía, pasadas las 19.15 horas, fue el momento de Phoebe Bridgers, que salió con el fondo rabioso de un tema de Disturbed. La rubia estadounidense, que apareció vestida de negro con brigi brigi mientras su quinteto portaba su habitual uniforme de esqueleto fosforito, sonó más ruda y eléctrica que en sus dos maravillosos discos. La luz solar deslució su iluminación y una escenografía y proyecciones naif, como de cuento, pero sus canciones introspectivas, radiografías a corazón abierto de amores, rupturas, ausencias y curaciones, lograron un encuentro apasionado y apasionante.
Con un pie en el folk y otro en el pop, ambos con escamas rock, la ex de Ryan Adams se zambulló en su segundo disco con un arranque arrebatador con el mareo emocional de Motion sickness, la preciosa balada Garden song y el ritmo pop de Kyoto, que puso a bailar a los fans con sus arreglos de trompeta, como sucedió en el crescendo de Chinesse satellite. Con Punisher demostró que no se puede acariciar mejor, nos invitó a pasear por Scott Street, presentó el lírico Sidelines y el folkie Graceland, recuperó Waiting room y se fue con I know the end, entre una tensión propulsada por guitarras eléctricas y sus gritos desgarradores. Enorme. Era casi el inicio del festival y ya teníamos la primera gran fotografía para el recuerdo.
Viernes 8 de julio
Escenario Nagusia. Esce
18:35 - Nøgen
20:20 - Lori Meyers
22:40 - The Killers
01:45 - Stromae
Escenario San Miguel
17:40 - Shego
19:30 - Inhaler
21:30 - Supergrass
00:20 - Bomba Estéreo
02:55 - BICEP live
Beefeater
17:30 - Confeti de odio
19:30 - Laura Sam y Juan Escribano
21:35 - Planningtorock
00:35 - Mykki Blanco
03:00 - TOMM¥ €A$H
04:10 - Mareo presenta: Chico Blanco + 8kitoo + b2bbs
Txiki
18:50 - Verde Prato
20:50 - Kelly Lee Owens
23:05 - Chill Mafia
02:00 - Dorian
Firestone
18:00 - Yawners
20:00 - Lynks
22:05 - Axolotes Mexicanos
Basoa
17:00 - ISAbella
19:30 - Decius
22:00 - JASSS
01:00 - Palms Trax
04:00 - Carl Craig
Lasai
19:00 - Iro Aka
21:00 - Charlotte Bendiks
23:00 - Dinamarca
01:00 - Yu Su
03:00 - Bufiman
Bereziak
San Miguel Arenal
13:00 - Los niños Jesús
Cinzano Jardines de Albia
13:30 - La Plazuela
Vueling Torres Isokazi
14:00 - The Parrots
15:30 - Merina Gris
Autobuses. La multitudinaria cita estrena autobuses de pago para regular los aglomeraciones a Kobetamendi en las horas punta. Sale cada cuarto de hora, solo es de subida, y cuesta 1,5 euros asegurando plaza en el autobús que se haya elegido via web o aplicación del festival. Como en anteriores ediciones, habrá también autobuses lanzaderas a cargo de la organización desde el BEC de Barakaldo -donde se habilitarán 3.500 plazas de parking- y desde la calle Capuchinos de Bilbao, en la trasera de la Hacienda foral.