Albert Pla: "No estaría dispuesto a defender ninguna de mis ideas ante un jurado"
El músico catalán presenta su espectáculo '¿Os acordáis?' este jueves en el Teatro Arriaga
Amado y odiado a partes iguales, músico, escritor, actor, payaso y bufón tan cínico, deslenguado, irreverente y mordaz como ingenuo y sensible, Albert Pla se desnuda en el espectáculo ¿Os acordáis?, que este jueves llega al Teatro Arriaga de Bilbao. El cantautor, que esta vez se sube al escenario solo con su guitarra y sus canciones, anuncia una actuación que recorrerá su discografía con un aliento poético y devastador. “No soy peleón, me importa un pito lo social y lo político”, explica en esta entrevista trufada de risas.
¿Es este espectáculo fruto de la pandemia?
-Surgió con los primeros conciertos que di, en el Teatre Borrás de Barcelona, cada semana. Allí empecé a armarlo. Tampoco es que haya mucho que armar porque estoy yo solo en escena. Así como lo armo, lo desarmo (risas).
¿Entonces ya tenía la canción que le dio título?
-Sí, es una canción con un buen minutaje. Son diez minutos largos que en directo pueden ser más. Lo que no recuerdo es cómo surgió, no suelo hacerlo. Suelo pasar mucho rato pensando y escribiendo, y monto puzzles de ello, por eso no sé dónde está el principio de ellos.
¿Deshecha y recompone mucho de lo compuesto?
-Cada nunca deshecho nada de lo que recuerdo. Lo meto en un sitio o en otro, pero no lo tiro. Depende de la circunstancias del momento. Igual lo necesito para otro momento posterior. Un día voy a explotar con todo lo que tengo guardado porque a veces no cabe. Pero nunca me desespero, tengo una creatividad muy armoniosa (risas).
¿Se siente cómodo en el caos?
-Sí, puede vérseme como caótico pero, al mismo tiempo, soy muy metódico. Me entiendo muy bien a mí mismo, y me engaño. Es un juego íntimo esto de hacer canciones, y yo lo paso en grande.
¿La canción surgió de la perplejidad que le originó la covid 19?
-Sí, creí que era un buen momento. Tuve tiempo para pensar y ordenar muchas cosas al no hacer conciertos. Reconozco que han sido años de hacer mucho y enseñar poco. Pero no me aburrí, nunca lo hago.
Escuchando la canción me he acordado de aquel ‘No somos nada’, de La Polla Records.
-Gran filósofo el Evaristo. La verdad es que no era consciente cuando lo escribí, pero me di cuenta de que sí, es algo parecido. Y un orgullo que te acuerdes de él oyéndome. La pandemia no sé si nos ha bajado los humos, pero sí ha sido una lección de humildad. Seguro que mucha gente recordará este tiempo como el mejor de su vida, como quienes hacían la mili antes. Las pasaban putas, pero luego contaban que habían tenido suerte.
¿De qué se acuerda y qué no quiere recordar de estos últimos años?
-¡Jo, qué difícil! Yo no soy muy reflexivo, soy de soltar las cosas. No he pensado sobre en qué he cambiado o no. Mi vida es una línea llena de baches y curvas; y por lo que veo, la de los demás también. Hay cosas que se quedan grabadas, pero te influencian menos que cualquier tontería que te pase.
Vuelve al Arriaga tras ‘Miedo’. El espectáculo actual está en las antípodas en producción. ¿Es low-cost?
-Si me consideras una baratija, sí (risas). Estamos de oferta ahora. Miedo es un espectáculo que me gusta mucho; y hacerlo aquí, fue súper chulo. Y otro anterior, Somiatruites, era también muy cuidadoso y guionizado, con gran coordinación con músicos y técnicos.
Ahora actuará solo.
-Sí, porque me gusta variar. Estar solo me lo tomo como mi estado natural. Es como mejor se puede acceder al público y vas muy descansado. Pones la energía en estar pendiente de la gente y la que te devuelve hace que todo vaya un lado u otro. La sensación de dejarse llevar por esa energía es muy bonita, y al estar solo se percibe mejor. A veces improviso mucho, por eso no llevo repertorio decidido y caen canciones nuevas y viejas. Es curioso que las viejas son las que hiciste de joven y las nuevas las que haces de viejo ¿no crees?
¿Se le permite más que a otros, que incluso han acabado en la cárcel, por rodear su subversión de cierta ingenuidad?
-Bueno… si hablo de cosas sociales, me río. De cómo somos, tanto la policía como los manifestantes, por poner un ejemplo. En ese espectáculo, Manifestación, nos reíamos de todo Dios. Pero lo social y lo político no es algo que me inspire mucho, no le doy mucha importancia. No soy peleón, me importa un pito. No estaría dispuesto a defender ninguna de mis ideas ante un jurado.
¿No le han preocupado temas como la huelga de camioneros y sus consecuencias?
-A ver, pobres camioneros… No me la suda, pero mucha huelga tendría que haber para que hablara de ella en un escenario. Y mucho político tienes que ser tú para que mencione tu nombre en un espectáculo. Tienes que ser un crack (risas). No pierdo el tiempo en eso. Creo que lo mío es como un parántesis, precisamente para no escuchar lo otro, esas opiniones que se oyen todo el día.
¿Busca destensar?
-Pues no lo sé. Tendría que ponerme en plan terapéutico, y no lo soy. Es que no lo sé, me da igual. Hago lo que puedo, no se me dan bien otras cosas.
Le he oído decir que la cultura no existe, pero en su hoja de promoción se lee: “Albert y la cultura, dos valores seguros”.
-Parece el título de una película. Valor seguro suena mucho a economía también. Vaya mezcla que han hecho los del Arriaga ¿eh? Los vascos siempre habéis sido muy imaginativos, no os cortáis un pelo. Me cago en Dios, no pongáis eso. ¡Cómo que no! Vais y lo ponéis (risas). Cualquiera os discute nada.
Hace tiempo que da más que hablar Catalunya que Euskadi.
-El otro día, en un bar de Gasteiz, me dijeron que desde que se metían con nosotros os dejaban en paz a vosotros. Y la señora me dio las gracias (risas).
‘Miedo’ llegó al Arriaga con el juicio al ‘procés’. ¿El Estado es más poderoso de lo que creían?
-Sí, sí. Fermín Muguruza me suele decir: “¿qué, ahora qué? No me vengas a llorar”. Es que no tenemos armas, las tienen ellos.
¿Lo de publicar discos es ya historia?
-Cada vez menos, a no ser que sea un espectáculo unitario. Escuchar un disco ya no es algo actual; yo no lo hago nunca, no sabría dónde poner el Cd. Si me gusta algo, voy a YouTube. Me gustan Morat, algún catalán joven, Young Beef…
¿Le gusta la música urbana?
-El rock, el pop, el indie, el grunge… son todos una mierda. Los chavales de ahora hablan y dicen cosas. Evidentemente, no tienen que gustar a gente con la edad de sus padres, sino a ellos. Yo les escucho porque soy profesional de esto, curioso y me gusta que las canciones digan cosas.
¿Tiene previsto publicar algún nuevo libro tras ‘España en guerra’?
-Sí, sacamos una novela ahora, en abril. La he escrito por whatsapp, es una conversación de un chico y una chica que intentan ser pareja. Se llama Los unos y los otros, y se leerá en ese formato al bajarse la aplicación correspondiente.