Cuando al tenor Ismael Jordi le propusieron recordar a Luis Mariano en el teatro Arriaga este domingo, no se lo pensó dos veces. Parece que su destino está unido al cantante, cuya voz se apagó en 1970, pero todavía es recordado por muchas generaciones.”Sus canciones no pasan de moda. Siguen siendo actuales, emocionan a abuelos, padres e hijos”, asegura Ismael Jordi, un tenor jerezano de sólida trayectoria internacional, habitual de grandes escenarios y que próximamente debutará en el MET de Nueva York.

Mariano Eusebio González García (como se llamaba realmente) nació en Irun en 1914, pero cuando su familia fue al exilio tras el bombardeo fascista a su ciudad natal, Luis Mariano, que ya cantaba en el Orfeón Donostiarra, se unió a la coral Eresoinka (creada por el Gobierno Vasco). En ella, tomó parte, entre otros junto a Pepita Embil, madre de Plácido Domingo, en giras artísticas por París, Gante, Amberes, Brujas, Bruselas o Amsterdam.

En 1940 conoció a Jeanne Lagiscarde, directora de la casa de discos Bermond. Ésta le introdujo en los medios artísticos de Burdeos. Durante la Segunda Guerra Mundial, se inscribió en la escuela de Bellas Artes, evitando así que le enviaran a trabajar obligatoriamente en Alemania.

Lagiscarde le convenció para probar fortuna en París. Allí viajaron ambos con una recomendación para el tenor y profesor de canto Michel Fontécha. Los primeros meses fueron muy duros, pero en 1943, le contrataron para cantar Don Pasquale. Algo que también curiosamente, le une a Ismael Jordi, para quien esta ópera de Donizetti fue también uno de sus primeros papeles.

De París al mundo

En 1945 con su célebre opereta y su posterior película La Belle de Cádix saltó definitivamente al estrellato. Una obra que escribió específicamente para él Francis López, también de origen vasco.

Después vendría El Cantor de México, que se estrenó en el teatro del Châtelet, en París. “Cuando me hablaron de este proyecto en el Arriaga, me alegré muchísimo porque una de las cosas más bonitas y entrañables que he hecho desde que empecé mi carrera fue esta opereta en el Chatelet de París. El primer día que llegué vi una placa en memoria del tenor por las 905 veces seguidas que la cantó allí. Incluso le hicieron una casa encima del teatro porque estaba todos los días en él”, cuenta el tenor jerezano.

Castellano, francés y euskera

En un espectáculo producido por el Arriaga y puesto en escena por el director artístico del teatro, Calixto Bieito, Ismael Jordi cantará el repertorio de Luis Mariano acompañado por un conjunto musical dirigido por el pianista Rubén Fernández Aguirre.

El concierto supondrá también, a través de elementos visuales y de imagen, un “recorrido emocional” por la vida y obra del gran tenor, considerado uno de los grandes cantantes del siglo XX e intérprete de inolvidables piezas como Violetas imperiales, La fiesta bohémienne, La belle de Cadix, Maite o Maitechu. “Cantaré Maite parte en euskera y parte en castellano”, explica Ismael Jordi.

Porque Luis Mariano no solo cantó en francés y castellano, también lo hizo en euskera. “Me confesó que se sentía cien por cien vasco y que su mejor forma de demostrarlo era con la grabación de un LP que contenía canciones de esta tierra, entre las que estaba el Aurtxoa seaskan, la nana que nadie ha cantado como él”, escribía el periodista Alberto López Etxebarria, declaraciones recogidas en el blog aboutbasquecountry.

Aseguran quienes lo conocían que siempre tuvo presente sus raíces, que cada vez que tenía dos días libres visitaba a sus amigos de Irun y que fueron muchas las veces que en plena dictadura franquista -cuando tenía prohibida la entrada- lloraba al ver su ciudad natal desde Biriatu.

Su voz

“Luis Mariano tenía una voz muy especial, una gran facilidad para cantar tanto lírico como melodías. Empezaba de una manera un poco ligera pero en la segunda parte metía una voz de tenor lírico que sorprendía a todo el mundo En cierta manera, pasaba lo mismo con el cantante norteamericano Mario Lanza, pero es verdad que Luis Mariano tenía más facilidad para esas medias voces, para esa voz afalsetada, que le hizo famoso”.

Unas cualidades que también cuenta la voz de Ismael Jordi, por lo que le han llamado en más ocasiones para cantar a Luis Mariano. “Difiero con muchos compañeros que me dicen que no debería escuchar tanto su música porque parece que estoy copiándole. Por mucho que copie, nunca me voy a parecer a él, pero yo creo que compartimos ese estilo, esa manera que tenía de cantar, y luego cada uno tenemos nuestra voz”.

Luis Mariano murió en París en 1970, pero su tumba se encuentra en Arcangues, Iparralde.