El arte no es solo su oficio, es su vida y la pasión a la que se ha dedicado en cuerpo y alma a lo largo de cincuenta años. Cada una de las creaciones de Inés Medina son el puro reflejo de una mujer que se ha hecho así misma como persona y profesional, sin un reconocimiento a tanto y tantos años de dedicación exclusiva a la pura creación. La bilbaina es una de las artistas vascas que participan de nuevo en la feria ARCO de Madrid con la Galería José de la Mano. "El arte me encanta. Es mi vida", se sincera con esa elegancia que le caracteriza.

¿Cómo se siente volviendo a ARCO?

—Lo que más siento en este momento es alegría, mucha ilusión y agradecimiento.

Tantos años dedicada a este mundo han dado para mucho...

—Así es. A lo largo de mi carrera he luchado mucho por algo que desde siempre he deseado hacer y por lo que he creído. En este tiempo he crecido y aprendido todo, me he realizado como persona y como profesional, como artista, investigadora y pedagoga... En definitiva, he disfrutado mucho. Estoy contenta.

Sin embargo, ha desarrollado un largo e intenso camino en el mundo del arte, muchas veces, permítame, quizás en silencio...

— He estado siempre ahí, aunque es cierto que a nivel institucional y a nivel de mercado no se ha reconocido aún toda mi aportación artística al mundo. Pero de lo que estoy segura es que sucederá. No puede ser de otra manera.

¿Qué es lo que ha sido más complicado, la pura creación o hacerse un hueco en este mundo?

—La creación artística investigadora y pedagógica es un don que he recibido de la naturaleza y que por supuesto he escuchado y desarrollado con muchísima tenacidad y compromiso, por lo que lo único que me ha aportado todo mi vdia es pura gratificación.

Entonces, lo difícil ha sido hacerse un hueco.

—Hueco en este mundo he tenido siempre. Desde que tomé la decisión de dedicarme al arte no he parado de investigar y de crear, tanto desde mi País Vasco, como en Madrid y en Nueva York... En Estado Unidos no he dejado de exponer en galerías e instituciones, además de haber recibido en aquel país premios y subvenciones muy importantes. Me he dedicado de lleno a exponer, a trabajar . Llevo toda la vida dedicada al arte y nunca me he rendido.

Las formas geométricas son elementos que dan vida a muchas de sus obras. ¿Qué le inspiran?

—Desde principio de mi carrera profesional, después de largas reflexiones y análisis de toda la historia del arte, decidí iniciarla desde la decisión de considerar el arte como herramienta de conocimiento. Por eso, la globalidad de mi aportación artística es una continuada y permanente investigación artística.

¿Cuándo se inició esa investigación?

—En los años 78, con el análisis de la proyección, expresión y transcendencia espacial del color, realizada con la Serie 2 Espacialidad abstracta y aspectos sensoriales de la materia 1978-1980.

Y parte de esa obra se puede ver en la galería José de la Mano.

—Es uno de los bloques de pintura estrictamente geométrica, llamado así por su creación e investigación plástica formal. La obra escultórica que presenta en ARCO Galería José de la Mano es precisamente gran parte de la investigación de la Serie 3 Dialéctica Bi-Tridimensional 1980-1981. El mismo título ya define el propósito de este trabajo en el que partiendo del plano bidimensional voy construyendo paulatinamente el proceso de conversión de las dos dimensiones a las tres dimensiones. Esta investigación se expuso en Bilbao en la Feria de Arte Arteder del año 1981.

Son obras de los años 80 y principios de los 90. Una etapa muy concreta en su carrera como artista....

—El proyecto completo en ARCO ha sido seleccionado cuidadosamente por José de la Mano, propietario de la galería que lleva su mismo nombre. Concretamente, fue él el que consideró, y, yo se lo agradecí, presentar la obra de esa época, es decir, presentar las bases plásticas totalmente comprometidas con el arte, marcadamente definidas en mis principios, con los niveles científicos que me ha retratado a través de toda mi carrera profesional.

¿Quiénes fueron los artistas que influyeron en sus obras?

—Por lo que he estado explicando se puede transparentar el nivel de independencia que siempre me ha caracterizado en mi trabajo. Aún así, los artistas que más me han gustado siempre han sido Giotto, Velázquez, Cézanne, Mondrian, Oteiza, Louise Bourgeois -a la que conocí personalmente en Nueva York- y Basquiat.

El arte es un mundo complicado, pero con tantos años de experiencia, imagino que ser mujer tampoco le ha ayudado mucho.

—De mi promoción en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao fui la estudiante que, en primer año de carrera, recibió la Matrícula de Honor.

Siempre ha estado activa.

—Lo he intentado, de hecho estando en tercero de carrera ya empecé exponiendo en galerías y en las instituciones más destacadas del País Vasco.

Mujer comprometida.

—Entonces cumplía con el compromiso desde la facultad en la que cursaba mis estudios, aunque es cierto que en aquellos años, finales de los 70 y los 80, fueron importantísimos los cambio culturales y sociales que se produjeron en Euskadi. ¿Y a la pregunta de si ser mujer me ha ayudado? Las desigualdades de género que entonces, en aquellos años se produjeron allí, al igual que en el resto de la península y en el mundo entero, lo dejo como responsabilidad de las instituciones. En mi opinión tenían y tienen en sus manos la de no desaprovechar los talentos artísticos naturales, vengan de donde vengan, sean mujeres o hombres. En muchos casos esa falta de reconocimiento a tanto trabajo genera dolor, injusticia y humillación para las mentes creadoras.

Además de la geometría, también los paisajes le inspiran a la hora de la creación.

—La naturaleza me inspira para todo. Siempre he tenido una relación muy directa y empática con este bien que nos aporta la tierra.

¿Vivir del arte es cada vez más complicado?

—El arte en su más amplio de los significados aporta tanto a quienes nos dedicamos a ello que el comer o el ganar dinero, cada artista ha de arreglárselas como pueda para poder sobrevivir.

" Desde que decidí dedicarme al arte siempre he tenido un hueco, en el País Vasco, en Madrid, en Nueva York..."

"La falta de reconocimiento por parte de las instituciones genera dolor y humillación en las mentes creadoras"