En 2020, el primer disco de Duncan Dhu, En tierras escocesas,. A partir de esa efeméride, Mikel Erentxun reunió a a 24 colegas, de Enrique Bunbury y Andrés Calamaro a Quique González, Amaia e Izaro, con los que repasar toda su trayectoria en el disco Amigos de guardia Ahora, el músico donostiarra, nada amante de echar la mirada al pasado, se enfrenta a su "gira más grande", en la que incluso añadirá aquellos grandes éxitos de su discografía que no forman parte del último álbum.

Tras el aplazamiento a causa de las restricciones, por fin, el Kursaal.

El aplazamiento ha sido de un mes, pero realmente es de un año y medio porque este era un proyecto para 2020. Vamos con casi dos años de retraso y, cuando parecía que ya estábamos listos, nos aplazaron un mes más. Para mí Donostia es la cita con mayúsculas. El de aquí siempre es el concierto más importante de la gira y encima, en esta ocasión, nos atrevemos a dar un salto y pasar del Victoria Eugenia al Kursaal, que es como doblar la capacidad. Para mí es un reto enorme porque ahí solo he tocado con Duncan Dhu.

Pero la ocasión, celebrar 37 años de carrera, lo requería.

Sí. Es una gira muy agradecida con un repertorio ganador. Voy a hacer lo que no he hecho nunca, que es repasar mi carrera. Es un concierto de grandes éxitos, por lo que la gira es más grande de lo que acostumbro. Voy con una banda mayor, con una producción de luz y sonido más grande y a recintos con mayor tamaño.

No parece el mejor momento para afrontar una gira de este tipo.

Es cierto, pero creo que la gente tiene ganas de celebrar. Es también el final de casi dos años de confinamiento y semiconfinamiento. Por fin se abre todo y confío en que la gente, no solo en Donostia, venga a celebrar el final de unos días difíciles y raros.

La gira llega tras la publicación de 'Amigos de guardia', un disco en el que se ha rodeado de muchos compañeros y gente que admira. ¿Cómo se gestó todo?

El germen fue una comida. En Euskadi casi todo sale alrededor de una mesa (risas). A comienzos de 2020, mi manager, Iñigo Argomaniz, me recordó que se iban a cumplir 35 años del primer disco de Duncan Dhu, Por tierras escocesas, y pensamos en hacer algo. Nos cayó el covid y ese algo se convirtió en un proyecto mucho más gordo, un doble disco con 24 invitados que repasase por primera vez mis dos carreras, la de Duncan Dhu y la de Mikel Erentxun. Lo hicimos con mucha ilusión pensando que ese mismo año íbamos a poder hacer la gira. De sobra es conocido que no ha sido así.

La grabación misma del disco estuvo condicionada.

Se iba a grabar con público, pero solo se podían meter seis personas en un mismo espacio y ya la banda éramos seis. Al final, el disco se grabó en directo pero en un estudio.

Bunbury y Calamaro fueron los únicos que no lo hicieron así, ¿no?

?Exactamente. Como ellos viven en América, no vinieron y lo grabaron en la distancia. Con todos los demás fue una grabación en directo y es algo de agradecer porque no era una época fácil para viajar. Tener frente a mí a gente a la que admiro tanto cantando mis canciones fue algo muy emocionante.

¿Ellos mandaron su canción?

Sí, y fue complicado porque con cada invitado podía determinar quién cantaba cada estrofa, pero ellos enviaron la canción entera. Era muy difícil quitar algo. Como anécdota queda que de esas dos canciones existe una versión íntegra de ellos.

Estamos hablando mucho de sus viejos amigos, pero también ha contado con nuevos.

Sí. Ahora ya los considero a todos amigos pero, efectivamente, llamé a gente a la que admiraba pero no conocía: Viva Suecia, Ángel Stanich, Anni B. Sweet, Amaia... Conseguí sus teléfonos y les propuse participar.

¿Son músicos que escucha actualmente?

?Sí. El único punto en común que tienen estos artistas tan distintos es que me encantan. Hice una lista sin ningún tipo de presión y elegí a la gente que escucho en casa. Ahora, con el tiempo, no movería a ninguno, pero quizás sí que llamaría a alguno más, pero nos tendríamos que ir a un disco triple.

¿Se quedó fuera gente por falta de espacio?

No. Todos a los que llamé me dijeron que sí, que eso es lo increíble. Hice una lista pensando que la mitad iban a decirme que no y la sorpresa fue que me dijeran todos que sí, lo que convirtió el proyecto en un disco de dúos, cuando la idea original era un álbum en directo con algún invitado.

Antes ha comentado el nombre de Amaia, que tengo entendido que no sabía quién era cuando la llamó.

Sí, es una anécdota entrañable. Es la invitada más joven con diferencia. Estuvo muy cariñosa y simpática, pero me dijo que no conocía el grupo aunque le había encantado la canción 'Esos ojos negros'. Para no conocernos de nada hubo mucha química y trabajamos mucho antes de vernos cara a cara. Es uno de los momentos estelares del disco.

En cierta manera, este disco y su gira sorprenden porque nunca le ha gustado mirar al pasado.

Es cierto. Está siendo un gran paréntesis en mi carrera. He grabado más de 25 discos, así que creo que no se me puede acusar de mirar hacia atrás. En mis conciertos me gusta presentar el disco que acabo de sacar y, ahora, por primera vez me voy a dar el gustazo, porque también lo es, de mirarme el ombligo y decir que también he hecho esto. Por ello, voy a hacer lo que nunca hago, que es tocar todos mis éxitos. De hecho, en directo va a haber más que en el disco. Yo elegí a los invitados, pero no elegí las canciones, por lo que en el álbum hay muchos temas que no fueron éxitos. En directo voy a subsanar la falta añadiendo media docena de canciones que no están como Cien gaviotas, Una calle de París o Cartas de amor. Es, por lo tanto, una gira que repasa mis 37 años en la música y que en Donostia contará con invitados, que es algo que no sé si habrá en otros conciertos.

¿Invitados que forman parte del disco o no?

Son todos invitados del disco.

¿Cómo ha sido regresar a unas letras que hizo un Mikel Erentxun que no es el actual?

Es, quizás, el punto donde más cojea el disco. Musicalmente, el productor Ricky Falkner y la banda han hecho un trabajo excelente poniendo en el mismo plano canciones de hace 35 años con temas de ahora. Creo que si alguien que no conoce mi discografía escucha este disco, no sabría decir qué canción es antigua y cuál es nueva. El único punto que podría darle una pista son las letras. Antes eran mucho más naíf e inocentes.

Es curioso que el motivo del disco fuesen los 35 años de 'Por tierras escocesas' y no se haya incluido ningún tema de él.

Hay cosas muy extrañas. No hay ninguna canción de ese disco y el que más aporta es el más raro de mi discografía, Eléctrica PKWA, del que solo se hicieron mil unidades. Hay álbumes muy importantes en mi carrera o de mis favoritos que no tienen representación, como, por ejemplo, Por tierras escocesas o El corredor de la suerte, que es un disco doble y no tiene ninguna canción. Esto también lo subsano en directo, donde todos los trabajos van a tener representación.

No hay del principio de Duncan Dhu, pero tampoco de su final.

Calamaro, que estaba dudando hasta el último momento, sí tenía una canción del álbum Crepúsculo en mente, pero al final se decidió por otra. Hay algunos discos que por lo menos estuvieron en la terna de ser representados pero en otros, como por ejemplo El duelo, ningún artista se interesó.

Eso también habla muy bien de los conocimientos de los invitados, que conocen hasta lo menos común de su discografía.

Así es, y también es muy significativo que haya más canciones de mi etapa en solitario que de Duncan Dhu. Pensaba que la balanza se iba a inclinar al contrario y era algo que no me gustaba porque, al final, es un disco de Mikel Erentxun. Eso sí, a la primera persona que llamé fue a Diego Vasallo porque necesitaba tener su aprobación moral.

¿Había algún tema o disco que, aunque no lo dijera, esperaba que nadie lo eligiera? Me viene a la cabeza 'Supernova', del que siempre ha sido muy crítico.

No. De Supernova no me extrañó que no hubiera alguna porque es uno de los menores de Duncan Dhu, pero también hay dos temas de Piedras, que es un disco que no me mata. Aún así, creo que la discografía de Duncan Dhu, que es mucho más breve, está bien representada. Solo hecho de menos una de Por tierras escocesas. Un artista no son solo sus éxitos, también sus rarezas, y, en ese sentido, la fotografía del disco creo que me define muy bien.

Ha comentado la labor del productor Ricky Falkner, con el que ha trabajado por primera vez. ¿Por qué apostó por él?

Quería salirme de Paco Loco, con el que había hecho tres discos seguidos que forman una trilogía muy coherente. Sentía que este disco tenía que hacerlo otra persona y conocí a Ricky en un concierto de Iván Ferreiro. Hablamos de trabajar juntos y cuando salió el proyecto pensé en él porque ha hecho trabajos de todo tipo, propuestas más radicales y más mainstream. Además, conocía a muchos de los invitados. Estoy muy contento del trabajo que hizo porque no era fácil.

Ahora tiene la mirada puesta en el pasado con esta gira, pero imagino que también mirará de reojo al futuro.

Evidentemente. Tantos años de retraso me ha dado para pensar lo siguiente. Amigos de guardia va a ser un gran punto de inflexión que me va a permitir hacer algo distinto y cerrar puertas. Luego no sé por dónde voy a tirar, pero tengo mucho material.