Entre dos crisis, los milenials llevan más de una década tratando de abrirse paso en un precario ámbito laboral que condiciona cada una de sus decisiones vitales, desde el momento idóneo para emanciparse hasta para tener descendencia. El debacle del coronavirus ha apuntalado esta situación que sigue vigente para toda una generación a la que han cambiado las reglas por las que se guiaron los boombers. Esta realidad se plasma en Archipiélago Bidasoa (Baile del sol), séptima novela de la escritora Esther ZorrozuaArchipiélago Bidasoa. A través de una mirada intimista, sin analizarlo como fenómeno sociológico, la autora ejemplifica mediante la protagonista principal, Ariana, la incertidumbre que gobierna el futuro inmediato de toda una generación. “Los milenials están viviendo un retroceso, como en época de guerras”, asevera la vizcaina.Esther Zorrozua ya había puesto el punto final a su novela antes del azote de la pandemia. “Todo se ha dilatado muchísimo en el tiempo y el manuscrito ha estado durmiendo en la editorial hasta ahora”, explica la escritora, que compagina su labor literaria con la docencia en centros de educación secundaria. “Me suele gustar tener cierta perspectiva, no abordar los temas en el momento en el que están sucediendo. Por eso busco temas amplios, que tiendan a la universalidad”, describe la autora, que en su anterior trabajo, Vida secreta del ornitorrinco, trató la censura en relación a la cantidad de asuntos relacionados con la Ley Mordaza que habían saltado a la palestra: las polémicas con el libro Farinha, el rapero Valtònyc o el actor Willy Toledo, entre otros.

En esta ocasión, Zorrozua expone que la situación poco a variado tras la crisis sanitaria en relación al tema central que trata en Archipiélago Bidasoa, donde narra indirectamente aquellos problemas a los que se enfrentan los “jóvenes que ahora tienen entre 25 y 40 años”. La aproximación a esta temática ha sido sencilla para la escritora que, además de tener dos hijos que pertenecen a esta generación, ha sido profesora durante cuarenta años y, por lo tanto, ha seguido de cerca la trayectoria de muchos exalumnos. “Estoy viviendo muy de cerca lo que les está costando hacerse un hueco y pelear. Todo está en el alambre, nada es definitivo. No hay manera de hacer un proyecto de vida”, considera Zorrozua, quien afirma que todas esas “dificultades para posicionarse en el mundo” afectan tanto al día a día de estos jóvenes que “muchos de ellos van a tener que renunciar a tener hijos”.

La escritora emplea una cita de Mario Benedetti -“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas de pronto nos cambiaron las preguntas”- para describir cómo han cambiado las reglas del juego. “A nosotros nos dieron unas herramientas para saber por dónde ir: fórmate y prepárate y tendrás un puesto en la vida, una seguridad. Hemos transmitido lo mismo, pensando que hacíamos lo mejor, y todo se ha ido al garete”, expone sobre una generación, la de los milenials, que si bien creció en una época de bonanza económica su contexto ha cambiado completamente. “La historia nos ha enseñado que cada generación supera a la anterior. Esta es la primera que sin haber una guerra no está sucediendo eso, sino todo lo contrario. Es algo que nos desconcierta”, añade la autora vizcaina.

Incertidumbre

Con ese síndrome de la incertidumbre convive Ariana, la protagonista principal de Archipiélago Bidasoa. “La línea estructural de la novela es un largo viaje en tren, de Bilbao a París. No hay momento de paz ni de calma, todo está en movimiento. Es mi manera de reflejar cómo están viviendo los milenials, no tienen tiempo para detenerse y reflexionar”, considera. Así, Ariana, que vive en Bilbao con una pareja con la que no ha conseguido estabilizarse, inicia el viaje con una primera parada en Hendaia, a donde se ve obligada a acudir por el fallecimiento de una hermana como consecuencia de un accidente de tráfico. Paralelamente, Ariana deberá lidiar con tres hombres muy distintos entre sí que no le proporcionan la seguridad que necesita. “¿El problema está en ella? ¿Está en los demás?”, pregunta retóricamente la autora. “A partir de ahí suceden una serie de episodios que le llevan a tomar otra vez rumbo al norte para terminar en París con una tía suya, un poco perro verde como ella, poco asentada”, explica Zorrozua sobre el argumento de la novela, que tiene un final abierto.

A su juicio, Archipiélago Bidasoa no tiene un enfoque sociológico, sino que va a lo individual. “No es una novela denuncia, sino que es una puesta en escena de una realidad que existe”, concreta Zorrozua quien, por otra parte, asevera que en otros momentos históricos también ha habido personas que han tenido que vivir bajo el mismo paradigma. “Pero ahora es una minoría muy numerosa”, puntualiza la escritora, quien se recuerda a sí misma ideando historias desde los 8 años. “He escrito siempre, pero he sido muy exigente conmigo misma y he roto mucho. He empezado a publicar muy tarde, no sé si porque ahora me perdono más a mí misma”, confiesa esta vizcaina, que ha publicado sus últimas tres novelas con una editorial independiente canaria. A partir de la semana que viene, su séptima novela, repleta de protagonistas conscientes de la contingencia histórica que les ha tocado vivir, estará disponible en las librerías.

“La línea estructural de la novela es un largo viaje en tren, de Bilbao a París. Sin paz ni calma”

“No es una novela denuncia, sino que es una puesta en escena de una realidad que existe”

Escritora