Hoy, 21 de junio, se celebra el Día de la Música en lo que parece vislumbrarse como la recta final de la pandemia Y lo hace con luces y sombras, ya que es cierto que los grandes festivales y las fiestas de capitales y pueblos han vuelto a suspenderse, como en 2020, pero en Euskadi empieza a recuperarse la programación estival de conciertos con iniciativas como Aurrera Fest!, Bilbao/Gasteiz Musik Fest y Music Legends, citas puntuales en Donostia, Flamenco on Fire o Noches en la Ciudadela. Los promotores piden “ampliar los aforos” al Gobierno vasco, y los músicos abogan por “el apoyo de las instituciones”, en el caso de los jóvenes, y la “lucha por nuestros derechos”, indican desde Gatibu.

“Desde Baga-Biga tenemos el motor preparado para acometer días de música y fiesta”, explica a DEIA Ritxi Aizpuru. Es el sentimiento general en el entorno musical de Euskadi, el deseo de un sector por salir adelante ante los malos datos del año pasado, en el que la pandemia le barrió sin piedad. El Anuario de la Música en Vivo 2021, impulsado por la Asociación de Promotores Musicales, revela que en el año pasado, a partir de marzo, los beneficios por la venta de entradas de conciertos bajaron casi un 64%. Y la SGAE ha confirmado que se celebraron casi 12.000 recitales, cerca del 90% menos que en 2019, a los que asistieron dos millones y medio de personas, frente a los 21 del ejercicio anterior.

A pesar de estos datos negativos, que se amplían con la suspensión de macrofestivales como el Bilbao BBK Live, Bay of Biscay Festival o Music Legends Festival, las sombras empiezan a dejar paso a la luz a medida que avanza la vacunación, lo que ofrece un futuro esperanzador, incluso a corto plazo, si repasamos la agenda de conciertos en Euskadi en los próximos meses. En estos momentos, la CAV es la quinta comunidad en facturación por música en vivo, tras Barcelona, Madrid, Comunidad Valenciana y Andalucía, muy por delante de Nafarroa, que aparece en el furgón de cola, solo por delante de Cantabria, Extremadura, La Rioja y Ceuta y Melilla.

En el caso de Bizkaia, que está celebrando el Día de la Música con recitales en la Fnac, ofrecerá en julio un amplio número de conciertos (Hibai, Deep See Monk, Sutan, Oskarbi, Iñaki Palacios & The Gael´s, Korrontzi...) en el Palacio Euskalduna, en el marco del Aurrera Fest, mientras la Sala BBK hará lo propio con artistas emergentes en el BBK Off Festival, con la música electrónica de Zabala incluida. También se ha ampliado el cartel del 10º Music Legends, que acogerá en otoño a Wilko Johnson, Wishbone Ash, Joanna Connor, el exScorpions Uli Jon Roth, Kiko Veneno y Aurora Beltrán. Antes, a partir de agosto, cita con el novedoso Bilbao/Gasteiz Musik Fest, que llevará a Bilbao a Dvicio, Miss Cafeina, Niña Pastori, Hombres G, Izal, Pablo López, Morat y Aitana, entre otros músicos. “Es una programación potente, valiente y arriesgada en un momento complicado. Esperemos que la gente responda”, explican desde Nervion Flyn.

Algunos de estos artistas también tocarán en el Buesa Arena de Gasteiz, en Donostia lo harán Aitana, Glen Miller Orchestra, Love of Lesbian o Perales, mientras que Iruñea, en sus ciclos Noches en la Ciudadela y Flamenco on Fire, ha contratado a Zea Mays, Bad Gyal, Quique González, Mala Rodríguez, Amaya, Don Patricio, La M.O.D.A., Kutxi Romero, Falete, Niña Pastori, Javier Ruibal, Pansequito, Buika o India Martínez. Y conviene no olvidar los festivales vascos de jazz, incluido el recuperado Getxo Jazz, que aseguran la visita de estrellas como Martirio, Brad Mehldau, Cécile McLorin Salvant, Marc Ribot, Bill Frisell, Itamar Borochov y Kathrine Windfeld en julio.

Incertidumbre y esperanza

El momento actual es de incertidumbre, pero también de esperanza, según David Camín, de la promotora Nervion Flyn. “Es un momento de muchísima incertidumbre, a la espera de si la vacunación va a funcionar y se perderá el miedo a acudir a los eventos como antes de la pandemia, pero también son días muy importantes para la música y la cultura, porque llevamos tiempo desacostumbrando a la gente a acudir a conciertos, a sitios grandes como Miribilla o el BEC”, explica. En su opinión, “se ha demostrado que la cultura es segura y los eventos se hacen de manera muy controlada, cumpliendo todas las normas de seguridad sanitaria a rajatabla”.

El responsable del Bilbao/Gasteiz Musik Fest cree que tras la reunión del LABI del viernes, “las cosas se ven mucho mejor ahora, pintan mejor todo y tenemos más ilusión”. Con respecto a la nueva normativa del LABI, “tengo que felicitar al Gobierno vasco por ese cambio que hace que podamos trabajar mejor en recintos grandes con un 30% de aforo para sitios de más de 5.000 personas. Tenemos más esperanza. Zorionak al Gobierno vasco por haber hecho posible que el sector de la cultura pueda trabajar”.

“El futuro es incierto, pero ofrece ese lado esperanzado de poder volver a ver a la gente disfrutar de los conciertos cantando, bailando, abrazándose, vibrando de alegría con nuestros artistas favoritos y poder recuperar esos años tan buenos para la música como 2018 y 2019”, indica.

Desde Baga Biga Producciones también se advierte el cambio de situación frente a 2020, aunque se reconoce que “cuando empiecen a tocar los grupos de verbena, que han desaparecido de las plazas, se constatará el levantamiento del telón de las restricciones”, según su portavoz, Ritxi Aizpuru. En estos momentos, el sello y productora cuenta con grupos exitosos como ETS, que arrasan en el campo del rock con “llenazos continuos”, o el folk atractivo, fresco y femenino de AMAK, que ha tenido que cerrar su agenda al verse desbordado por las peticiones.

Aizpuru, que destaca los buenos resultados en directo del regreso de Kalakan añadiendo “elementos electrónicos a la tradición”, espera tiempos mejores con discos y recitales de Kilimak, Bastardix, STR, Dientes de Luna, La Furia, Moonshine Wagon, Xabi Aburruzaga, Guda Dantza. Modus Operandi y La Topadora, que animarán “el cotarro rock”, y el espectáculo Sorotan Bele Gogoan, a ritmo de folk-pop nostálgico.

Continuidad y lucha

“Los músicos tenemos que vivir, nos dedicamos a esto y hay que tocar para salir adelante”, explica a este diario Agus Barandiaran, líder de Korrontzi, grupo folk que recientemente recibió el premio concedido por el Instituto Etxepare a la trayectoria musical del grupo vizcaino, formado hace 17 años. “Cada vez hay más esperanzas y llamadas, los promotores se van animando y tenemos ya bastantes conciertos para el verano, incluso en Tenerife, Burgos y Turquía, no solo en Euskal Herria”, indica Agus. Barandiaran. El grupo Korrontzi tiene ya cinco fechas en el mes de julio y siete en agosto.

Y mientras un grupo joven como los vizcainos Airu aboga por aumentar “las oportunidades y ayudas” de instituciones y salas públicas, “para que los grupos más pequeños sean viables”, desde una banda veterana como Gatibu se reconoce “la dureza” del último año en los sectores que dependen de aforos y espacios interiores. Eso sí, su guitarrista, Haimar Arejita, busca “el lado positivo” de la pandemia, que ha evidenciado que “la música en vivo mejora la calidad de vida de la gente, incluso aunque esté sentada y con mascarilla”.

Arejita, que considera la música como “un bálsamo necesario, ya que no solo de pan vive el ser humano”, defiende la seguridad de la cultura y los conciertos, y denuncia “el enorme estado de precariedad laboral del sector”, que ha dejado a los trabajadores de la cultura “sin un plan de contingencia” ante la pandemia.

Por ello, el músico gernikarra apoya la creación de una ley que recoja los derechos de los trabajadores de la cultura y espectáculos, similar a la existente en Francia. “Y llegará si la peleamos, ya que nadie nos va a regalar nada”, indica, ya que para Arejita, es necesario “reclamar y salir a la calle, juntarnos y remar todos juntos, dejando de lado egoísmos y momentos personales de éxito, porque esto es global, cosa de todos, y lo que se logre repercutirá en la mayoría”, explica antes de concluir con un “¡y que viva la música!”.