El actor donostiarra Josean Bengoetxea es uno de los protagonistas de la película Ilargi Guztiak. Todas las lunas dirigida por Igor Legarreta. El filme, que se preestrenó en el Festival de Cine Fantástico FANT de Bilbao, contiene tintes fantásticos, como una fábula rural, que reivindica la vida y en el que, según confiesa Bengoetxea, como actor se ha vaciado completamente.

¿Qué fue aquello que le llamó la atención de '

—Recuerdo que empecé a leer el guion en un viaje de Madrid a Donostia y justo antes de aterrizar, o en pleno vuelo, ya le dije a Igor que la quería hacer. Me parecía un guion redondo y muy humano. Tenía una presencia muy importante la inocencia, y también la rabia por vivir, por buscar... Y son sentimientos que nos acompañan como humanos, para mí esa búsqueda interior es una constante. También me parecía interesante que estuviese caracterizado en el personaje de una niña y no de un niño, por el mundo en el que vivimos y para cambiar ciertos estereotipos.

Con la tercera guerra carlista como telón de fondo, el largometraje sigue los pasos de esta niña, Amaia, que es rescatada de un orfanato por una misteriosa mujer. La vida de Amaia, llena de dificultades, cambia cuando por casualidad conoce a Cándido, el personaje que usted interpreta. ¿Cómo le definiría?

—Una de las cosas que me gustó del personaje fue el interpretar a un campesino que ama la tierra y que no se dedica a nada más que esto. Ahora en las ciudades grandes estamos mirando cada vez más hacia el campo, que es donde está el origen de todo. Y Cándido vive en ese micromundo. Cuando arranca la película, Cándido está solo porque ha perdido a su mujer y a su niña y quiere estar solo y terminar solo. Es un personaje que refleja un poco el carácter de la gente del norte, cerrados en sí mismos, y refleja también el entorno, la educación... Y la influencia de la religión tampoco le ha ayudado mucho a expresar lo que siente, no sabe y es incapaz. Y en un momento dado, aparece en su vida un personaje del que él reniega y no quiere saber nada de primeras.

Aunque, poco a poco, se establecerá entre Cándido y esta niña una relación cercana a padre e hija.

—Claro, lo que pasa es que esta niña es la que provoca la situación. La diferencia entre ellos es que ella está buscando y él está huyendo, pero paradójicamente, se encuentran y esta mujer le provoca esa ruptura con su pasado en cuanto a no poder expresar lo que tiene dentro. Es como una catarsis, la niña lo libera.

¿Cómo ha sido trabajar con Haizea Carneros, la joven actriz que interpreta a Amaia?

—Trabajar con ella me ha liberado. Me ha dado el 80% de la película. El año pasado estuvimos un tiempo con el rodaje parado. Cuando íbamos a retomarlo, desde producción decidieron que el tronco más importante del equipo de la película estuviese confinado en un caserío. Y ahí se estableció un vínculo entre nosotros terrible y una intimidad, porque solo hablábamos de la película... Era como un Gran Hermano. Y Haizea, de alguna manera, me dio todo.

El filme ha sido su reencuentro con Igor Legarreta tras rodar juntos 'Cuándo dejes de quererme' en 2018.

—Sí, el lazo se ha estrechado todavía más. Igor es otra parte fundamental tremenda en la película, como escritor y director sobre todo, porque respeta muchísimo en el trabajo de todos y se adapta a lo que hay. Es muy flexible en ese sentido y eso es el alimento para nosotros: que te den confianza, que tenemos nuestras inseguridades y todo esto... Y él sabe manejar a todo el equipo.

La película se grabó en Gipuzkoa, Nafarroa y Bizkaia y recoge varias escenas nocturnas y muchos exteriores. ¿Fue un rodaje complicado?

—Ha sido muy duro. Yo no he estado en todo el rodaje, pero por ejemplo, en Artikutza debió ser dantesco y estuvieron a punto de parar de rodar. Lo sabe todo el mundo del cine vasco: es una de las zonas más húmedas de todo Europa. Y no sé por qué deciden siempre ir ahí. Es muy bonito pero muy oscuro (risas).

Y todo ello adaptados, además, a los protocolos que exigen la situación sanitaria...

—Sí, bueno a eso te acostumbras más fácil, o no, no lo sé... Lo vas llevando. Creo que lo más duro de la pandemia es lo que ha venido después, en el sentido de lo que ha durado en el tiempo. Al principio estábamos todos en los balcones, te emocionabas... Luego ya ha sido que te den por culo, hijo de puta y ese va sin mascarilla... Eso es lo peor, cuando sale del ser humano lo más oscuro.

En corto

Sinopsis. Año 1876. Durante los estertores de la última guerra carlista, una niña es rescatada de un orfanato por una misteriosa mujer que habita en lo profundo del bosque. Malherida, y sintiendo estar al borde de la muerte, la pequeña creerá ver en ella su salvación, un ángel que ha venido a buscarla para llevársela al cielo. No tardará en descubrir que este extraño ser le ha donado la vida eterna a cambio de su compañía. Bajo su nueva condición, tendrá que vivir el doloroso paso del tiempo encerrada en su niñez, y contar infinidad de lunas hasta conocer a Cándido, un hombre humilde que le acogerá en su casa como si de su propia hija se tratase, y con el que comenzará su viaje para ir en contra de su nueva naturaleza y encomendarse al sueño de recuperar su vida arrebatada.