Euskadiko Orkestra “ha querido dar el paso” y apuesta en tiempos de incertidumbre “por no quedarse de brazos cruzados y anticiparse a los acontecimientos” presentando el programa de la temporada 2020-21. Con “plan B” por si la situación sanitaria empeora, la formación “encontrará”, de una manera u otra, “todas las garantías” para llevar al público un temario en el que el romanticismo será el hilo conductor durante diez meses.

Planificar un programa que va de septiembre a junio del próximo año “es una incertidumbre”. Aún así, Euskadiko Orkestra ya mira con ilusión y ganas a una nueva temporada que, eso sí, arrancará con los conciertos de septiembre y octubre con el aforo a la mitad, sin adjudicación de asientos y con doble sesión para que todos los abonados puedan ir.

“Tenemos equipos, medios, agilidad y una sede para afrontar un programa atractivo para el público”, explicó ayer su director general, Oriol Roch, quien confía en que la situación mejore y los otros ocho programas que se desplegarán entre Donostia, Bilbao, Gasteiz e Iruñea se puedan celebrar con todas las garantías.

Gasteiz acogerá el 25 de septiembre el primer concierto de la temporada, cuyo protagonista absoluto será Schubert. La orquesta, dividida en dos -“es algo que ya teníamos pensando antes del virus”, apuntó Roch- tocará las ocho sinfonías del compositor austríaco en sesiones dobles para cada capital, a las 18.00 y 20.15 horas, y compensar así la reducción de aforo.

Este será el primero de los cinco programas que dirija Robert Treviño en su cuarta campaña al frente de la Euskadiko Orkestra. “La música y este programa seleccionado pueden sanar ese deseo de volver a respirar aire puro y reunirnos con nuestros seres queridos”, afirmó.

Para el segundo programa, Treviño cederá su batuta a Michel Tabachnik cuando se cumplirán tres décadas de su única colaboración con la formación vasca. El suizo “volverá a sacar lo mejor de nuestros músicos” con las oberturas y preludios de piezas de Wagner. A priori, este será el último programa con reducción de aforo y doble concierto, que en esta ocasión no será el mismo día, ya que, salvo en Iruñea, para el resto de capitales se doblarán los días de actuación.

El resto de conciertos mezclarán composiciones de diferentes artistas bajo un mismo denominador común. Bajo el título Enigmatikoa se podrán escuchar el Concierto para violonchelo de Schumann y la Sinfonía número 15 de Shostakovich. Bruckern Wagneriara acogerá dos piezas de estos compositores con la colaboración del piano de Behzod Abduraimov. En Bidaiak tendrán cabida el Concierto para violín número 2 de Prokofiev y la Sinfonía número 3 de Schumann conocida como Renana. Gaua contará con la Sinfonía número 7 o la Canción de la noche de Mahler de forma íntegra. Y New York, que cerrará la temporada en junio, ofrecerá la Rapsodia sobre un tema de Paganini de Rachmaninoff y la Sinfonía número 5 de Mahler con el piano de Nikolai Lugansky.

tres mujeres jóvenes a la batuta Además, a lo largo de la temporada, tres mujeres jóvenes aportarán “su visión al proyecto”. La primera será Ruth Reinhardt, quien en Bizirik pondrá en valor dos obras de Dvorak y Hindemith con la ayuda del Orfeón Pamplonés.

En marzo, la neozelandesa Gemma New abordará el programa Bidaiak con el violinista Vadim Gluzman y Easo Abesbatza.

Por último, la alemana Anja Bihlmaier dirigirá un nuevo guiño wagneriano con Tristán e Isolda, al que le seguirán Canciones de un camarada errante de Mahler y la Sinfonía número 1 de Schumman.

paciencia a los abonados El director general de la Euskadiko Orkestra pidió “paciencia” a los espectadores. “Por ahora, no será posible comprar las entradas ni solicitar cambios de localidad”, recordó, al tiempo que agradeció el gesto de numerosos abonados por no querer recibir el reintegro de los programas que no se han llevado a cabo esta temporada.

De cara a los dos primeros conciertos, la intención de la formación es que las butacas, aunque respeten las zonas para las que han sido adquiridas, no sean adjudicadas, algo que todavía tiene que tener el visto bueno del Gobierno estatal. Además, la intención es que la orquesta pueda tocar sin tener que respetar los dos metros de seguridad.

A esta incertidumbre también se refirió el consejero de Cultura, Bingen Zupiria, quien explicó que “la apuesta de las instituciones vascas es recuperar la normalidad y plantear un escenario de cierta incertidumbre en el que puedan desarrollar su trabajo”. “Podemos quedarnos de brazos cruzados o, como ha hecho Euskadiko Orkestra, anticiparnos a los acontecimientos”, apuntó.