BILBAO. La nueva redacción del proyecto de ampliación del Museo de arte clásico y contemporáneo bilbaino, denominado "Agravitas" y adjudicado a Foster en colaboración con el arquitecto alavés Luis María Uriarte, incluye una segunda planta de 2.000 metros cuadrados en la bóveda diseñada por encima del actual tejado del edificio clásico del Museo cuando antes sólo estaba proyectada una para acoger la sala principal de exposiciones.

Foster ha explicado, en la presentación del Avance del Proyecto de Reforma y Ampliación del Museo a los medios este lunes, que la inclusión de esta segunda planta en la bóveda, en la que irán los servicios del programa educativo del Museo y las oficinas de administración, permitirá liberar 1.000 metros cuadrados en el subterráneo del edificio actual, donde actualmente se ubican las oficinas administrativas de la pinacoteca.

El acto ha contado con la presencia de Unai Rementeria, diputado general de Bizkaia y presidente del Patronato del museo; Bingen Zupiria, consejero de Cultura y Política Lingüística del Gobierno vasco; Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao, e integrantes del Patronato y del jurado del concurso de ampliación.

El arquitecto británico ha apuntado que el espacio que dejen libre en el subsuelo del museo las oficinas administrativas podrá ser destinado a albergar el almacén de obras de arte, los archivos del Museo, la biblioteca, el departamento de documentación y otros servicios del mismo que se pensaban trasladar a un edificio externo alejado del mismo y que de esta manera se podrán mantener dentro de la pinacoteca.

Foster, que se ha implicado personalmente en la redacción del avance del proyecto arquitectónico, para lo que ha realizado cientos de bocetos, ha confesado en su intervención que la idea de crear una segunda planta en la nueva bóveda del edificio para ganar más espacio a la ampliación, ha surgido "a primeros de este mes" y que todavía tendrá que refinar y ajustar más el proyecto en los próximos meses, junto a sus colaboradores.

Fuentes del Museo han explicado a los medios que la redacción definitiva del proyecto arquitectónico y ejecutivo de la ampliación no se espera que esté concluida antes de finales de 2020, con lo que las obras podrían comenzar en el primer cuatrimestre de 2021 y estarían concluidas en otoño o invierno de 2022, de forma que se pueda inaugurar el nuevo museo a finales de 2022 o a lo largo del primer trimestre de 2023.

Las mismas fuentes han indicado que se sigue trabajando con la idea de mantener abierto el Museo, al menos uno de sus dos edificios actuales, mientras duren las obras de construcción de la nueva bóveda que irá situada sobre el tejado del edificio antiguo.

El avance del proyecto arquitectónico presentado hoy mantiene también la idea de prolongar el parque de Doña Casilda hasta la plaza de Euskadi, con lo que se alterará el sentido de la circulación en dicha plaza, lo que, a juicio de Foster, "permitirá aumentar la calidad de vida en el entorno del Museo al modificar la circulación rodada" en ese punto.

El reputado arquitecto británico ha defendido que el impacto visual de su proyecto de ampliación es "amable" con su entorno arquitectónico y que consigue un "equilibrio" entre la nueva estructura de la bóveda, de carácter futurista, y los edificios de su entorno y del propio Museo de Bellas Artes.

A este respecto ha precisado que todavía no se han decidido los materiales con los que se construirá la nueva estructura, ni su color definitivo, aunque ha adelantado que ha propuesto al Patronato del Museo tres posibilidades: algún tipo de piedra blanquecina, un "composite" o resina clara o un cristal tintado en blanco que permita el paso de la luz natural al interior de las dos galerías proyectadas.

El presidente del Patronato del Museo y diputado general de Bizkaia, Unai Rementería, por su parte, se ha mostrado convencido de que "esta reinvención del Bellas Artes seguirá el mismo camino" de éxito que tuvo su diseño para el Metro de Bilbao y que "aportará otro rasgo a esa marcada personalidad de Bilbao, Bizkaia y Euskadi".