Bilbao - Isabel Baquedano Elvira (Mendavia, 1936-Madrid, 2018) falleció el 6 de junio de 2018 y, desde entonces, sus familiares y amigos la mantienen viva en su memoria. Tanto es así que, desde ayer y hasta el 26 de enero, la tendrán más presente que nunca en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Para rendirle el merecido homenaje, en la sala BBK de la pinacoteca bilbaina, se podrá ver De la belleza y lo sagrado, la primera revisión del conjunto de la obra de la artista, una de las figuras más personales de la pintura española de la segunda mitad del siglo XX.

Más de 150 pinturas, agrupadas por series, y medio centenar de dibujos ofrecerán al espectador un amplio recorrido por la larga trayectoria profesional y vital de Baquedano. Obras que fueron encontradas tras su fallecimiento en los estudios que la artista guardaba en sus residencias de Madrid e Iruñea.

Ayer en una rueda de prensa en el auditorio de la pinacoteca, el director del Museo de Bellas Artes, Miguel Zugaza; los comisarios de la exposición, Ángel Bados y Miriam Alzuri, y la historiadora del arte y antigua profesora de la Universidad del País Vasco, Adelina Moya Valgañón, expusieron algunos detalles de la exposición en presencia de los familiares de Baquedano que quisieron estar presentes en la inauguración de la muestra.

Mundo clásico Baquedano, formada en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza y en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, se dio a conocer a comienzos de la década de 1960, una época en la que trabajó con una orientación figurativa realista y realizó una obra que, sin perder de vista el pop art entonces en boga, poseía un fuerte trasfondo social. Después se movería hacia composiciones con un trasfondo simbólico, y los paisajes urbanos y la realidad cotidiana y autobiográfica darían paso a temas y asuntos procedentes del mundo clásico como la religión o de la historia sagrada, reflejo de su profunda religiosidad.

A pesar de su timidez desmedida, y que, según adelantó Zugaza, “el espectador conocerá la historia de Baquedano a través de las obras expuestas”, la artista dio permiso poco antes de su fallecimiento para que sus obras pudiesen ser expuestas en la pinacoteca bilbaina. Es por ello poco conocida por el gran público y ese es el principal motivo por el que el Museo de Bellas Artes ha organizado esta exposición con el doble objetivo de divulgar su obra y de profundizar en su conocimiento. “Quisiera reivindicarla como una de las grandes pintoras españolas. Es muy desconocida por el público y la historia del arte. Seguramente, porque no cayó en las modas y porque se mantuvo fiel a sus principios”, apostilló la comisaria, Miriam Alzuri, durante su intervención. “Además, es una obra muy depurada hecha con muy pocos materiales, formatos medianos y pequeños”, prosiguió.

Su gran amigo, el escultor y también comisario del museo, Ángel Bados, fue el encargado de seleccionar las obras de la artista. Obras que al no estar fechadas, la historiadora del arte, Adelina Moya, ha tenido que datar. “Las he clasificado en tres etapas. La primera cuando en 1960 comienza a ser conocida, después otra la sitúo a partir de los años 80 ya que empezó muy sólida y sus trabajos se van afianzando. Se nota que está pendiente de lo que ocurre en la sociedad y, luego, desde el 94 hasta su muerte porque es en ese instante cuando hace lo que le interesa hacer”, apuntó Moya.

Toda su trayectoria artística ha sido una continua búsqueda ya que su amigo, Ángel Bados, contó que “borraba una y otra vez sus creaciones ya que era muy inconformista”. “Las obras han sido enmarcadas, el taller de restauración ha hecho un trabajo impecable y los dibujos los recuperamos porque ayudaban a relajar la presión extrema con la que Baquedano trabajaba. Me he quedado maravillado con las obras que he descubierto de esa mujer que se resistía a exponer sus obras. Vamos a verla enfrentándose al ejercicio de pintar su mejor cuadro”, apuntó Bados.

“Ninguna obra igual” La pintora creó durante su larga trayectoria escenas cotidianas, bodegones, asuntos tomados de la tradición clásica o temas procedentes del Antiguo y del Nuevo Testamento. “Me he quedado asombrado porque no hay ninguna obra igual. Ninguna se repite, los gestos son diferentes...”, añadió Bados con la voz entrecortada.

Junto a la exposición se ha editado también un catálogo donde se explican con detalle las obras expuestas de Baquedano y donde se plasma la labor de investigación que ha realizado la historiadora del arte. Editado por el museo para la ocasión cobra especial valor, pues hasta la fecha no se ha realizado ningún estudio monográfico sobre Isabel Baquedano.

Tras su trayectoria en Bilbao, esta primera retrospectiva de la artista navarra viajará a Iruñea, donde podrá verse en el Museo de Navarra y en el Museo Universidad de Navarra, ya que también se han interesado en las obras de la pintora fallecida el pasado año.