bilbao - 02.50 horas del 7 de julio de 2016. Cinco jóvenes se encontraban en la Plaza del Castillo de Iruñea donde entablaron una conversación con una joven madrileña de 18 años que disfrutaba de las fiestas de San Fermín junto a un amigo. Sin embargo, en ese instante se encontraba sola y nunca imaginó que una noche de jolgorio acabaría en tragedia. Cinco contra una y en apenas pocos minutos. Lo que sucedió después toda la sociedad lo conoce. El caso conocido como La Manada -así se hacía llamar el grupo formado por estos cinco amigos- se representará del 17 al 20 de octubre en el Teatro Arriaga bajo el título Jauría, un montaje documental que reproduce los testimonios de la víctima y de los agresores.

Jauria, dirigida por Miguel del Arco y escrita por el dramaturgo Jordi Casanovas, está basada en las actas del juicio que tuvo lugar en abril en la Sección Segunda de la Audiencia de Nafarroa y en la que a los acusados se les condenó a nueve años por un delito continuado de abuso sexual. Además, también se transcribe el testimonio de la propia denunciante. María Hervás, ganadora del Premio MAX a Mejor Actriz Protagonista por Iphigenia en Vallecas -obra que también se representó en el Teatro Arriaga-, vuelve a la villa encabezando el reparto de esta obra interpretando a la víctima y rodeada en el elenco por los actores Fran Cantos, Javier Mora, Ignacio Mateos, Martiño Rivas y Pablo Béjar como los cinco jóvenes sevillanos de La Manada.

“Lo mejor que hice para interpretar este papel tan complejo fue dejarme en las manos de Miguel del Arco. Había una cosa muy potente que era el propio texto transcrito literal y poco más tienes que hacer para configurar el personaje y poner en tu boca las palabras que dijo. Miguel fue muy claro diciéndonos que no pretendía generar personajes sino algo muy limpio, sin meter nosotros mucha mano”, cuenta la actriz a DEIA. A simple vista puede parecer algo muy sencillo de contar, pero admite que interpretar este papel “ha sido agotador” y que ha llegado a empatizar con la víctima. “No te puedes meter a hacer una obra de estas características sin empatizar con el personaje, ni siquiera podrías empezar a ensayar. Lógicamente no vamos a reproducir una violación porque no hace falta hacer eso para contarle al espectador el terror que vivió esa chica, pero contando esta tragedia podemos conseguir que no se repita”, apunta.

“Solo deseaba que acabara cuanto antes” o “Empecé a sentir más miedo cuando me agarraron de la mandíbula”. Estas son algunas de las declaraciones de la víctima y las que tendrá que pronunciar Hervás para narrar su versión de los hechos sobre el escenario. Además, para esta obra en particular, el director ha contado con el asesoramiento de la periodista Isabel Valdés ya que cubrió el caso para El País. “Este es el momento más duro. Cuando narro al público cómo la víctima describe paso por paso la violación. No me puedo derrumbar porque tengo que continuar con la función, pero el dolor es muy agudo”, relata la actriz.

Ellos también víctimas Hervás considera que los miembros de La Manada también son víctimas y por ello invita a todos a que vean esta función porque “lo peor es que hay mucha gente que sienten que no tienen nada que ver con esto”. “Ven a estos chicos como unos violadores, pero muchos de los comportamientos que tenemos cotidianamente son muy similares a los que tuvieron esos chicos aquella noche. No digo que la mayoría de nosotros seamos violadores, pero tachar de monstruos a personas que se comportan como el 90% de la sociedad es un error. Invito a que nos vean y que intenten ver qué parte de ellos se les asemeja en esta historia tan terrible para localizar nuestras zonas erróneas y poder cambiarlo”, explica. Es por eso por lo que Hervás aconseja que el público se deje llevar y se relajen “porque la vida a veces también es incómoda y nos ponemos una coraza para no sentir”.

Jauría permite al espectador adentrarse en la mente de la víctima y de los cinco chicos y ver una historia tan real que jamás se había puesto en escena. Se estrenó por primera vez el 25 de febrero en el Teatro Palacio Valdés, en Asturias, y desde entonces, dado su éxito, no ha parado de viajar por todo el Estado. Además, después del Teatro Arriaga regresará para subirse a las tablas del Teatro Serantes, en Santurtzi, y del Teatro Barakaldo. “Todos salen conmovidos y esperamos intentar llegar a todos los rincones posibles porque es algo que todos y todas tienen que escuchar”, concluye Hervás.