Bilbao - Seve Calleja (Zamora 1953) ha viajado en el tiempo para novelar una historia real con nombres ficticios que se desarrolla en Bilbao, Donostia y Baiona. En ella se cruzan viejos republicanos, nazis, judíos y fugitivos de la justicia. Quince años después de su desaparición de Ramón Sotil, la hermana del protagonista se lanza a investigar qué es lo que pasó con el joven. Profesor de Lengua y Literatura, Calleja es un amante de la literatura en general y de la literatura infantil en particular.

¿No ha sido difícil ser profesor de adolescentes en un instituto?

-Es difícil ser profesor. Pero creo que Lengua y Literatura es una de las asignaturas más gratas que hay para impartir. Aunque tiene sus dificultades. ¿Sabes lo que es estar dando clase a las tres de la tarde y que horas después juegue el Athletic? O que estén esperando a quedar con su chica, y tú vas y les hablas de Quevedo.

¿Y cómo entra un profesor en el mundo de la litera’tura?

-Empecé en el mundo de la poesía y de los cuentos. Formé parte del colectivo poético Zurgai y tuve la suerte del ganar el premio Ignacio Aldecoa de cuentos. Un premio de este tipo puede servir para que te lo creas o para que digas: ¡Hala!

Hablemos de la novela que va a estar presente en la Feria del Libro en Bilbao, ¿qué es ‘Muerte en el Adur’?

-Es la historia de una vida real novelada. El personaje existió. Era de Donostia y vino a estudiar al Colegio Alemán de Bilbao. Él era el hijo de las Curtidurías Olaran, pero es un chico empobrecido y decide abandonar el colegio para ayudar en casa. Su madre, tras la muerte del padre, por la noche cose alpargatas, eran ocho hermanos. Con los contactos que tiene a través de los compañeros del colegio, se enrola en un barco.

Y comienza la aventura, ¿no?

-Es un barco mercante que hace la ruta Bilbao-Baiona con mineral para los Altos Hornos nazis. Él de la guerra no sabe nada y, sobre todo, no entiende nada. Cuando llega a Baiona se hospeda en un pequeño hostal que es un lugar secreto donde están exiliados vascos, republicanos? La chica que le sirve la comida está en la Resistencia y ve en esa chica un poco la historia de su padre que yendo a trabajar se enamoró de la hija del hostelero, su madre.

¿Es la política quien le juega una mala pasada a Ramón?

-Se sabe que un día apareció moribundo en unos muelles, era el año 42. Lo acoge gente de la sinagoga de Baiona y muere. Nadie sabe quién lo mató. Un día, la furgoneta de su tío va con su hermana pequeña y trasladan el cadáver a Polloe, es donde está enterrado. Esta es la historia real y con ella he construido mi novela.

¿Cómo es de real su personaje?

-Tiene bastante de real y mucho de novela. Él es un chico que no quiere saber nada de la guerra, solo quiere una cosa, que su familia viva mejor; las guerras no le interesan, piensa que destruyen a todo el mundo menos a quienes las organizan. Esa es la pura verdad. Él quiere su vida en Donostia, se sabe que su familia de químicos tiene una farmacia en Sestao. Todo ese mundo es el que a él le atrae.

Sin embargo, él mismo se mete en la boca del león.

-Claro, pero él lo único que quiere es mejorar la situación de su madre. Cuando llega a Baiona, él sabe alemán y se codea muy bien con los alemanes, se lleva bien también con los que están en contra de los alemanes. Hay gente que no entiende cómo puede llevarse bien con todo el mundo, sean de un bando u otro. En el barco, él es el marmitón, trabaja de ayudante de cocina, les viene muy bien porque en los controles de los alemanes hace de portavoz y tiene el pedigrí de vasco republicano. En todo ese marasmo histórico he metido a mí personaje. En realidad, era el tío más pequeño de mi mujer al que nunca conoció.

¿Por qué cuenta ahora la historia?

-Había una tía soltera, una hermana de él, que quince años después de su desaparición se puso a investigar. Yo he manejado cartas de verdad de él. Me he empapado de historia de la época y he escrito esta novela, porque su hermana ha muerto, antes no me hubiera atrevido a hacerlo. Era un chico que buscaba modelos, a mí me ocurre lo mismo. ¿Quiénes eran sus modelos? Los personajes de los libros que leía en el colegio, sobre todo Telémaco.